viernes, abril 26, 2024

¿Cómo encarar un Mundial de fútbol?

Iván Lorenz @Ivanlorenz_ Germán Leandro @GeermanLeandro

Fernando Signorini, quien fue preparador físico de Diego Armando Maradona y Lionel Messi, piensa que “lo más importante es disponer de tiempo para ensayar la idea, que es lo que no tienen actualmente las selecciones, fundamentalmente en Sudamérica”. Los clubes no ceden a sus jugadores. Hay semanas en las cuales los equipos disputan tres partidos por tres competiciones distintas.

Para el Profe, como lo llamaba Maradona, la falta de tiempo exige aún más a los futbolistas porque se le demandan respuestas de maduración que antes tenían muchos más lapsos de entrenamiento y que actualmente se demandan de un día para el otro.

“Menotti estuvo cuatro meses concentrado en la fundación Salvatori para preparar el Mundial ´78. En el ´86 estuvimos 44 días antes en el predio del América en México. Con Diego (Maradona) estuvimos nueve días antes en Pretoria. Cada vez los tiempos se van apretando más”, agrega Signorini.

Oscar Alberto Ortiz, wing campeón del mundo en 1978, asegura que la clave que tuvo a favor el cuerpo técnico encabezado por César Luis Menotti en su etapa de selección fue que “la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) pedía a los clubes que cedieran a los jugadores en la semana para entrenar con la Selección”. El Negro cuenta que gracias a esa medida podían entrenar de lunes a viernes y finalmente jugar para los clubes el domingo. Esa era la forma que tenía el técnico de trabajar con cada uno de los jugadores.

“Alemania y España obtienen títulos hoy en día porque los jugadores en su mayoría ya están en el país y nuestra Selección se reúne solo tres o cuatro días antes para preparar el partido”, añade Ortíz.

Signorini coincide: “España ganó en Sudáfrica con siete jugadores del Barcelona y Alemania en Brasil con siete del Bayern de Múnich. No es casualidad. El hecho de que Argentina tenga un gaucho de cada pueblo lo hace más complicado. Si uno tuviese la oportunidad de tener siete jugadores de un equipo de acá, otro gallo cantaría”.

Otro factor importante, para el Negro Ortiz, es que el jugador sepa con mucha anticipación si va a participar en la Copa del Mundo. “Yo ya sabía que iba al Mundial casi un año antes”, dice. “Podía haber algún cambio más pero éramos los mismos 25 que trabajábamos siempre y sabíamos qué tres iban a quedar afuera. Al final fueron (Víctor) Bottaniz, (Humberto) Bravo y Diego Maradona. ¿Sabés lo que vale para el jugador que el técnico le diga “métale que usted va a jugar”? El entrenador no debe avisar sobre la hora”. Ortiz fue titular en la final del Mundial de Argentina.

Enrique Salvador Chazarreta confirma las palabras de Ortiz. El volante chaqueño, figura en San Lorenzo de Almagro, fue titular del seleccionado durante 1973, en las Eliminatorias para el Mundial de Alemania 1974. Omar Sívori, quien conducía al equipo, lo tenía entre sus preferidos y Chazarreta estaba conforme con cómo lo preparaba el entrenador para el Campeonato del Mundo: “Sívori hacía un trabajo muy bueno, trabajábamos mucho la técnica sin descuidar el físico que siempre vino bien, pero a dos meses del Mundial se fue y nunca supimos por qué”.

Sin embargo a diferencia de la de Ortiz, la experiencia del chaqueño no fue grata. En 1973 la AFA se encontraba intervenida. Tras la ida de Sívori armaron rápidamente un equipo de trabajo. Chazarreta fue convocado por el trío dirigencial compuesto por Vladislao Cap, José Varacka y Víctor Rodríguez. No obstante el cambio fue perjudicial para el volante: “Ese trío técnico hizo todo mal en el Mundial. Entrenaban solamente los titulares y los suplentes jugábamos tenis-balón a un costado. Jugué solo tres minutos frente a Italia, de haber sabido que iba a ser dejado de lado me hubiera quedado jugando para San Lorenzo”.

Mantener un entrenador también es un factor que resulta fundamental a la hora de preparar a un futbolista para un Mundial.“El conocimiento de la táctica y el uso de la técnica están ligados tan estrechamente a la preparación del jugador como el entrenamiento de exigencia física”, dice Signorini.“Para compartir y conocer la táctica y la idea en conjunto, un grupo de jugadores necesita compartir cierta cantidad de entrenamientos”.

Las condiciones no parecieran estar dadas en la actualidad para que el seleccionado pase por una preparación como la vivieron Chazarreta y Ortiz o para implementar las ideas de Signorini. Pero entonces, ¿cómo se prepara hoy a un futbolista para el Mundial?

Signorini reflexiona y comenta que lo prepararía como hicieron él y Maradona en el Mundial Sudáfrica 2010: “Les propusimos dos turnos diarios de entrenamiento. El primer turno de la mañana era optativo y tenía tres opciones: estar con los kinesiólogos, gimnasio o campo. Yo te transfiero la autoridad porque nadie es mejor que vos para saber en qué momento estás y lo que tenés que hacer para llegar de la mejor manera. Un entrenamiento por día sería responsabilidad de ellos. La tarde es obligatorio porque es fútbol con el técnico y tiene que forjar la idea”.

Los futbolistas y los entrenadores tienen que tener en mente, para el Profe, que el Mundial no son nada más que siete partidos. En un principio son tres. Signorini afirma esto porque para que sean siete hay que pasar los tres primeros. Para lograrlo, el preparador físico, sostiene:“Es fundamental estar muy bien desde el inicio. Es un juego en conjunto. A lo mejor hay un jugador que no está muy bien y hay otro que tampoco pero que tienen un gran entendimiento entre ellos. Aunque el jugador no esté bien físicamente, no es la prioridad”.

A lo largo del tiempo el físico tomó mucha importancia. El futbolista hoy primero es atleta. Signorini menciona el caso del velocista Jamaiquino Usain Bolt que se entrenó con el Borussia Dortmund y expresó sus deseos de ser futbolista.

Para el preparador, hoy se le da mucha importancia a lo físico y perdió relevancia el juego. Al Profe no le parece que la cumbre que debe desarrollar un futbolista sea aumentar su velocidad o la fuerza o buscar saltar más alto.

El secreto, a la hora de preparar un futbolista, está en “ir descubriendo los misterios del juego y traducirlos en conceptos que los ayuden a solucionar la mayor cantidad de situaciones a favor de la eficacia en cualquier momento del partido y en cualquier lugar del terreno”.

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