viernes, abril 26, 2024

Martín Palermo: un goleador de película

Por Ezequiel Aranguiz

Un día como hoy, pero hace nueve años, Martín Palermo disputaba su último partido como futbolista profesional. Aquel 18 de junio de 2011, el ‘Titán’ colgó los botines después de casi dos décadas y más de 600 encuentros. A continuación, recordamos los más memorables.

Su debut y primer gol

El 5 de julio de 1992, Estudiantes de La Plata enfrentaba a San Lorenzo por la última fecha del Torneo Clausura. Con 18 años y el pelo largo, Palermo debutó en primera con la camiseta del ‘Pincha’, equipo que lo vio nacer y del que es hincha.

Tuvo que pasar casi un año para que convierta su primer gol. Fue el 23 de mayo de 1993, en la victoria 3 a 0 del conjunto platense frente a San Martín de Tucumán. A los 20 minutos y tras un centro desde la derecha del uruguayo Adrián Paz, el ‘Loco’ marcó de cabeza el primero de sus 303 tantos en la máxima categoría.

La llegada al ‘xeneize

Tras una gran actuación en el Clausura 96 en el que le convirtió por duplicado tanto a Boca como a River, Palermo llegó al club de la ribera por pedido de Diego Maradona. El 3 de septiembre de 1997, por la Supercopa frente a Cruzeiro de Brasil, jugó su primer partido con la camiseta azul y oro –aunque esa noche haya sido la casaca blanca- con el ‘25’ en la espalda en lugar del ‘9’. Esa noche en la Bombonera también debutó el colombiano Jorge ‘Patrón’ Bermúdez, autor del único tanto del encuentro.

El comienzo del amor

Cinco partidos pasaron hasta que Palermo marcó su primer gol en Boca, el 30 de septiembre. Tras un rebote que lo dejó mano a mano con Faryd Mondragón, definió de derecha para abrir el marcador frente a Independiente.

Pero fue el 25 de octubre el día que comenzó a meterse en el corazón boquense. El ‘xeneize’ visitaba a River por la décima fecha del Torneo Apertura. Con el partido empatado en uno, con los locales jugando mejor y bajo una lluvia torrencial, el ‘Loco’ le ganó el salto a dos defensores millonarios y a los 22 minutos del segundo tiempo puso de cabeza el 2 a 1 definitivo. El primero de los 18 que marcaría en Superclásicos.

La noche negra con la albiceleste

En julio de 1999, Palermo fue convocado a la Selección Argentina por Marcelo Bielsa para disputar la Copa América. En el segundo partido de la fase de grupos, el nueve quedó en la historia del fútbol. El conjunto nacional cayó por 3 a 0 ante Colombia y el ‘Loco’ erró tres penales: el primero lo estrelló contra el travesaño, el siguiente lo tiró un metro arriba, y el último quedó en las manos del arquero Miguel Calero. Un récord Guinness que lo marginó de la selección por muchos años.

El gol 100

El 13 de noviembre de 1999, Boca visitaba a Colón por la fecha 14. El xeneize peleaba el campeonato y Palermo se encaminaba a ser el goleador del torneo: llevaba 13 goles en 12 partidos. A los quince minutos de juego, el defensor ‘sabalero’ Luis Medero impactó contra la rodilla derecha del delantero y le provocó la rotura del ligamento cruzado anterior. Pero el ‘Titán’ se mantuvo en cancha y, tras una gran asistencia de Juan Román Riquelme, remató de zurda, mordido –tal vez a causa de la lesión- y marcó su gol número 100. El festejo fue medido y con gestos de dolor, lo que anticipaba la gravedad de la situación.

El ‘muletazo

Desde el partido en Santa Fe habían pasado más de seis meses, el tiempo de rehabilitación recomendado tras la operación. Palermo ya había empezado a entrenar con la pelota cuando llegó la serie de cuartos de final de la Copa Libertadores 2000, nada menos que frente a River. El máximo rival se había quedado con el partido de ida y todo se definiría en la Bombonera. La semana previa a la revancha, el técnico xeneize Carlos Bianchi deslizó la posibilidad de que el delantero esté entre los suplentes. “Si ellos lo ponen, yo pongo al Enzo”, declaró Américo ‘Tolo’ Gallego, en alusión al retirado Francescoli.

El 24 de mayo se jugó el encuentro de vuelta en la Bombonera. El local ganaba 1 a 0 cuando el ‘Virrey’ giró hacia el banco y le hizo una seña al 9. El estadio se vino abajo cuando Palermo ingresó y volvió a explotar cuando, minutos más tarde, Riquelme marcó el segundo. Pero aún quedaba tiempo para más y en la última jugada, Sebastián Battaglia desbordó por izquierda, levantó la cabeza y encontró a Palermo que, con todo el tiempo del mundo, se acomodó para su zurda, definió abajo, lejos de la estirada de Roberto Bonano y selló el resultado. El ‘Titán’ –apodo que se ganó esa noche- festejó entre lágrimas uno de sus goles más emotivos, que quedó inmortalizado en la historia como el ‘muletazo’.

Japón a sus pies

Tras consagrarse campeón de América, Boca disputó en Tokio la Copa Intercontinental. El rival era Real Madrid, ganador de la Champions League. El conjunto merengue llegaba como amplio favorito ya que contaba con figuras como Raúl y Figo.

Pero el xeneize sorprendió a todos. Apenas comenzado el partido, tras un centro de Marcelo Delgado, Palermo marcó el primero. Tres minutos más tarde, después de un pase largo de Riquelme, le ganó la posición a Geremi Njitap, definió cruzado y puso el 2 a 0. Los europeos descontaron por intermedio del brasileño Roberto Carlos pero no les alcanzó, Boca se consagró campeón del mundo y el ‘Loco’ fue elegido figura de la final.

Ese maldito muro

A principios de 2001, varios clubes del viejo continente se interesaron en el nueve xeneize, pero fue el Villareal de España el que se quedó con el goleador. El 29 de noviembre, en un partido de la Copa del Rey ante el Levante, Palermo convirtió un gol y, mientras festejaba de cara a los aficionados, el muro de contención se derrumbó causándole la fractura de tibia y peroné de su pierna derecha. Después de una larga recuperación, le costó volver a su mejor nivel y pasó por varios clubes sin afianzarse en ninguno, para finalmente regresar a Boca.

El día que el Monumental coreó su nombre

En 2009, le llegó la revancha con la Selección de la mano de Diego Maradona, que lo convocó a varios partidos de las eliminatorias para Sudáfrica. En la anteúltima fecha, aquel 10 de octubre, Argentina tenía que derrotar a Perú para mantener las chances mundialistas. Iban 47 del segundo tiempo y el marcador estaba empatado. En la última jugada y bajo un diluvio, el optimista del gol –como lo apodó Bianchi- rompió la igualdad y desató la locura de 70 mil espectadores. Esa noche, el estadio de River vibró al ritmo de “Palermo, Palermo”.

El hombre récord

El 12 de abril de 2010, marcó por duplicado en la victoria xeneize frente a Arsenal de Sarandí. Tras semanas en las que los hinchas hacían la cuenta regresiva tachando números en la tribuna, el ‘Loco’ se convirtió en el máximo goleador de la historia del club superando los 218 de Roberto Cherro.

Un mundial a los 36 años

Ese mismo año, Palermo fue convocado para la Copa Mundial de Sudáfrica por Maradona. El 27 de junio, debutó ante Grecia en el último partido de la fase de grupos. Tan sólo diez minutos en cancha le bastaron para tomar un rebote del arquero, marcar el segundo gol argentino, su primer gol en la máxima competencia del fútbol y convertirse en el jugador argentino de mayor edad anotar en un Mundial.

Sus últimos partidos

El 12 de junio de 2011, Palermo se despidió de la Bombonera. El partido frente a Banfield quedó en segundo plano. Al finalizar el encuentro, el ‘Titán’ fue homenajeado y le regalaron uno de los arcos. “Vos nos diste los goles, vos nos diste alegría, lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida”, cantó el estadio al unísono.

Una semana más tarde, llegó la última escena de una carrera de película. Fue en La Plata -su ciudad natal-, frente a Gimnasia -su clásico rival- y contra Guillermo Barros Schelotto –su enemigo en los inicios y uno de sus mejores amigos al final-. Palermo no pudo convertir, pero, en la última jugada del encuentro, asistió a Cristian Cellay para poner el empate definitivo, que sentenció al ‘Lobo’ a jugar un partido desempate para mantener la categoría. Aquel 18 de junio del 2011, el ‘Titán’ peleó su última batalla.

 

 

 

 

 

 

 

 

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