Por Lucas Rosas
Omar de Felippe jugaba en las inferiores de Huracán cuando llegó la noticia más dura de enfrentar, iría a la guerra de Malvinas. El bahiense siempre cuenta que estuvo a punto de morir, y recuerda con puntualidad el ataque final, donde el lugar en el que estaba fue bombardeado tan solo segundos después de haberlo abandonado. Volvió al club luego de la guerra, y si bien tuvo una extensa carrera de 11 años, su paso más importante sería en Olimpo, donde jugó el último año de su carrera como futbolista profesional.
Comenzó sus andanzas como entrenador cuando le tocó ser ayudante de Julio César Falcioni en el conjunto de Bahía Blanca. Luego de terminar sus estudios en Buenos Aires, en 2009 tomó las riendas y tan solo un año después, lo ascendió a la Primera División en 2010.
Idea de juego
Después de su exitoso paso por el equipo de su ciudad, estuvo por varios clubes de la Argentina hasta ir al Emelec de Ecuador, donde en 2015 consiguió el título de la Liga. Actualmente conduce a Atlético Tucumán de la misma forma que lo hizo siempre, con sus características camisas a rayas, de jean azul y sus brazos cruzados analizando cada jugada. De Felippe incorpora al estilo influenciado por Falcioni sus propias ideas, con planteos para que los futbolistas se sientan protagonistas, dándole importancia a la libertad que deben tener dentro de la cancha.
Comenzó sus andanzas como entrenador cuando le tocó ser ayudante de Julio César Falcioni en Olimpo de Bahía Blanca.
Nacido en Bahía Blanca el 3 de abril de 1962, De Felippe lleva 15 partidos en el equipo tucumano junto a su cuerpo técnico integrado por Walter de Felippe, como asistente de campo, Fernando Gómez, como preparador físico y Alfredo Rodríguez como entrenador de arqueros.
El bahiense, “es un entrenador con una gran trayectoria por el ascenso, tiene un carácter duro con sus jugadores y tiene personalidad para afrontar los riesgos de dirigir un equipo en momentos complicados”, dijo Ricardo Zielinski acerca del que alguna vez fue su ayudante de campo.