Gonzalo Montanari
El Samara Arena es uno de los recintos deportivos en donde se disputará la Copa del Mundo y tendrá el privilegio de albergar seis encuentros: cuatro en fase de grupos, uno en octavos y el restante en cuartos de final. Su fascinante estilo arquitectónico está basado en la identificación con su residencia, Samara, ubicada en el suroeste de Rusia. Además, esta localidad tuvo un rol fundamental para su país durante la Segunda Guerra Mundial.
El estadio, inaugurado el 28 de abril del presente año, abrirá sus puertas por primera vez durante este torneo en el encuentro entre Costa Rica y Serbia, el 17 de junio, por el grupo E. Cuatro días más tarde, recibirá el partido entre Dinamarca y Australia por el grupo C. El 25 del mismo mes será un día histórico, ya que albergará el enfrentamiento entre su país y Uruguay, por el grupo A.Cerrará su fase de grupos tres días más tarde con Senegal frente a Colombia, por el grupo H. Luego, el 2 de julio será sede de un partido de octavos y el 7, de cuartos de final.
Su infraestructura lo hace único. El diseño se basó en los viajes espaciales, en forma de homenaje a la zona en donde se lo construyó, famosa por su floreciente industria aeroespacial. La instalación cuenta con una cúpula de material metálico que cubre por completo la instalación y el arco finaliza hacia abajo con unos rayos, simulando una estrella o cohete. El recinto deportivo cuenta con una capacidad de 45 mil espectadores que estarán cubiertos por este techo tan particular y gozarán de calefacción durante toda su estadía.
La ciudad de Samara, que hoy cuenta con más de un millón de habitantes, fue protagonista de una estrategia rusa durante la Segunda Guerra Mundial contra el imperio nazi, comandado por Adolf Hitler. Por la inminencia de que el ejército alemán invadiera Moscú, fueron trasladadas todas las embajadas y gran parte de la burocracia rusa hacia esta ciudad. Fue elegida por su ubicación geográfica, la cual permitía establecer una gran variedad de comunicaciones con los países aliados. Además, fue el centro de todas las operaciones espaciales llevadas a cabo por la Unión Soviética y también fue núcleo de las factorías armamentísticas. Hasta la disolución de la URSS, la ciudad permaneció cerrada para los extranjeros.
A pesar de las polémicas de este estadio por el tiempo de construcción y porque al principio se quería edificar en otra zona de menor acceso, Samara recibirá al mundo del fútbol en un estadio que describe su historia y dejará de ser secreta para ser conocida por todos.