sábado, noviembre 23, 2024

El fenómeno del futsal: el deporte que fusionó cuatro disciplinas en una superficie

Por Agustín Kuc

El futsal nació en Uruguay, en 1930. Al mismo tiempo que el equipo capitaneado por José Nasazzi alzaba la copa del mundo, el profesor Juan Carlos Ceriani concluía el reglamento de un deporte diferente al ya practicado por sus compatriotas, pero en el que podían contemplarse diversas similitudes con el fútbol que se desarrollaba en los potreros de Montevideo.

Las medallas doradas en los Jugos Olímpicos de París 1924 y Ámsterdam 1928, sumado a la obtención del primer Campeonato Mundial en territorio propio, provocó un desborde en todas las canchitas de la República Oriental. 

Ante este hecho y a causa de que los espectáculos futbolísticos comenzaron a tomar terreno ajeno, los profesores de educación física se vieron obligados a adaptar establecimientos de deportes como el básquet, entre otros, para que puedan llevarse a cabo las misas dictadas por la pelota. 

Así fue como Ceriani creó el libro que mezcla bases y condiciones del baloncesto, waterpolo, handball y fútbol. De la disciplina que tiene como eje la pelota naranja, se tomaron la cantidad de jugadores (cinco), el tiempo de juego (40 minutos) y el sistema táctico; del balonmano se priorizaron las medidas de la cancha (40 metros por 20) y las porterías (tres metros de largo por dos de alto y uno de profundidad); y del polo acuático copiaron las delimitaciones del arquero. La pelota emigró del fútbol tradicional, al igual que los movimientos corpóreos del ejercicio; con una única diferencia, que fuese sólida y pesada, para impedir un pique permanente y mantener el desarrollo de la actividad en los pies de los protagonistas.

Si bien en 1965 se había fundado la Confederación Sudamericana de Futsal (CSFS), primera organización internacional del deporte, el fútbol de salón tomó vuelo el día que llegó a tierras brasileñas, de la mano de los profesores Joao Latufo y Julian Haranczyk de San Pablo, creadores de la Federación Internacional de Futsal (FIFUSA), ente que organizó el primer Campeonato Mundial en 1982. 

Luego de tres citas mundialistas, problemas económicos y la aparición de La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) con el afán de adueñarse de los derechos de la disciplina, la FIFUSA se diluyó en 1990 y en su lugar apareció la Confederación Panamericana de Futsal (PANAFUTSAL), que solo llegó a realizar cuatro mundiales. Para 2002 se fundó la Asociación Mundial de Futsal (AMF), compuesta por miembros de la antigua FIFUSA Y PANAFUTSAL, la cual se mantiene en funcionamiento, pero con sede en Asunción, Paraguay, presidida por Rolando Alarcón Ríos.

La FIFA, por su parte, logró el protagonismo en la escena del fútbol sala tras instaurar la Comisión de Fútbol 5 en la década del 80 y, poco tiempo después, en 1989, montó el primer Mundial de la disciplina en Holanda. Este fue el puntapié inicial para plantar bandera y, gracias al poderío económico y de marketing, se expandió y cobró fuerzas en las ligas más importantes como fueron Brasil, España e Italia.  

En Argentina la historia comienza en 1950, con la llegada del libro técnico desde el otro lado del Rio de La Plata. En 1960, se organizaron los primeros encuentros y, una década y media después, se fundó la Confederación Argentina de Fútbol de Salón (CAFS).

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) inauguró la representación de la disciplina en 1986, con el certamen denominado “Argentina División de Honor”, que fue adjudicado por Rosario Central. 

A nivel de selecciones, la Albiceleste inició su camino en competiciones con su participación en el FIFA Futsal Tournament, disputado en Brasil en 1987. Actualmente, cuenta con dos Copa América (2003 y 2015), dos Liga Sudamericana de Futsal (2012 y 2020), una Copa Confederaciones (2014) y un Campeonato Mundial (Colombia 2016), este último marcó un antes y después en el deporte local. 

A partir de la obtención del torneo más importante a nivel intercontinental de selecciones, la disciplina en territorio argentino creció a pasos agigantados. Mientras que la rama masculina ajustó detalles referidos a sueldos de los jugadores, aumentó la popularidad y mejoró los aspectos técnico – tácticos del juego; las mujeres tomaron un rol protagónico, puesto que, en la escena del ejercicio llevado a cabo en el rectángulo de 40 metros por 20 se conformaron una serie de clubes con el afán de reforzar el campeonato femenino que, anteriormente, estaba compuesto por 14 equipos aglomerados en una única división y que, en la actualidad, a causa de las  nuevas incorporaciones, el ente regulador debió sumar un segundo nivel catalogado como Primera B, compuesta por 14 instituciones. A la máxima categoría solo se sumó una plaza.

El público en los estadios, a su vez, comenzó a ser ordenado como en partidos oficiales de fútbol, pasó de jugarse en cachas semivacías a dividirse entre aficionados locales y visitantes. Modificaciones que se trasladaron al campo de juego, antes era obligatorio cumplir con los 40 metros por 20 de espacio para el desarrollo del deporte y, actualmente, todas las canchas deben contar con un margen de tres metros desde la línea de demarcación hacia afuera. El récord de espectadores más reciente que se marcó en tierras argentas fue en la final del Título Mundial de Fútbol de Salón 2019 organizado por la AMF entre el seleccionado local y Brasil, el encuentro se llevó a cabo en el estadio Polideportivo Municipal de Montecarlo, ubicado en Misiones, ante más 6.500 espectadores, que celebraron el campeonato logrado por el plantel Albiceleste.

El capitán del combinado nacional en la cita mundialista de Colombia 2016, Fernando Wilhelm, señaló que “la AFA se centró en generar una liga que le impida a los más poderosos crear su hegemonía. Creó un espacio para los clubes más pequeños o de menor respaldo económico y, a su vez, se encargó de implementar nuevas reglamentaciones que agilizaran el juego”. Y agregó: “Noto un cambio de conciencia en los jugadores de hoy en día, más aún en los juveniles. Entienden que el futsal es una salida laboral, social y económica, y que Europa es un destino factible, donde pueden sentar las bases de cara al futuro”

Fernando Wilhelm.

El atleta que se desempeña como último hombre comparó la situación que le tocó vivir cuando emigró al viejo continente con la realidad que atraviesan en el presente los jóvenes que se dedican a la actividad a la hora de emigrar al exterior y afirmó: “Se me hizo muy difícil adaptarme a Italia, porque no era solamente un nuevo equipo y una jerarquía diferente, sino que me adecuaba a un idioma desconocido, vivir solo, defender lo mío. Era difícil separar lo deportivo de lo extradeportivo”

El ex Benfica vivió en carne propia el rotundo cambio que se originó en la disciplina asociado con el rol de las mujeres. Su hija de 10 años, la más grande de dos, siguió el camino de su padre y en agosto de 2019 ingresó a la escuela de formación del Club Social y Deportivo Pinocho. Dos meses después, el número de niñas se duplicó y la institución se vio obligada a conformar una tira de categorías para ordenar entre rango de edad a las jugadoras. 

“Nosotros (el plantel campeón mundial en 2016) tenemos un rol importante en esta inserción de las chicas en el deporte, que es el de poner el futsal en el mapa. Gracias a la lucha de las mismas protagonistas, se generó un movimiento cultural que rompió con todos los tabúes que giraban en torno a una mujer que patea la pelota. Se las trata como seres humanos que son”, remarcó el campeón del mundo de 38 años. 

Un partido de la liga femenina entre River y Kimberley.

Wilhelm se refirió al período de crecimiento de la actividad y manifestó que “el verdadero e inmenso cambio se va a lograr y dará resultado dentro de 10 años”. Y agregó: “El proceso debe comenzar con el puntapié derecho de la liga y fomentar el ejercicio por medio de la masividad y viralización del mismo. Al jugador argentino le faltan aditivos psicológicos como es el de competir con público desde temprana edad y recursos secundarios que se aprenden gracias a la presión del espectáculo que la gente convierte a causa la popularidad del juego”. 

El atleta debe creer que no tiene un techo que le impida progresar, sino está frito. Uno tiene que ser consciente del lugar donde está y representar a su nación y su juego con inteligencia y profesionalismo”, sentenció el surgido en Glorias Futsal.

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