Joaquín Arias
Aunque su omnipotencia con la pelota sea capaz de gambetear hasta el paso de los años, todo estaría brindado para que Rusia 2018 sea el último encuentro entre los tres: él, la plenitud y una Copa del Mundo.Lionel Messi todo lo puede, pero no todo lo puede solo.Por eso y con el fin de usufructuar al máximo su cuarta cita mundialista, sus compañeros deben abandonar tal rótulo y catapultarse hacia la categoría de socios.
Son 12 los jugadores convocados por Jorge Sampaoli que juegan de la mitad de cancha hacia adelante.Excluyendo al 10, 11. Algunos volantes pueden ser delanteros y viceversa. Eduardo Salvio, por ejemplo, puede retroceder y ocupar la posición de lateral derecho.¿Qué le puede aportar cada uno al capitán? ¿Cómo pueden potenciarlo y cómo pueden ser potenciados?¿Qué clase de vínculos pueden crear? Analicemos:
Lucas Biglia: Pese a que en la final ante Alemania fue él quien dejó a Messi pie a mano ante Manuel Neuer, su conexión con el rosarino no suele ser directa: el mercedino acostumbra buscar el pase con menor posibilidad de error y Leo generalmente no lo es. Por lo tanto, Biglia puede funcionar como uno de los primeros eslabones en la cadena que tiene como destino final al capitán.
Giovani Lo Celso: Gio y Lio. Conexión zurda y rosarina. El ex Central intentará, a través de su irrenunciable dinámica, encontrar desde cerca al de Newell´s, aunque su precisión en los pases largos y cambios de frente pueden ser una alternativa si el rival lo impide.
Enzo Pérez: Lo que el reemplazante de Manuel Lanzini puede concederle a Messi halló su estado más puro aquella noche de la clasificación en Quito, ante Ecuador: recuperar y buscarlo de inmediato o, en caso de no ser posible, transportar algunos metros más para asegurar el pase.
Éver Banega: Su aptitud para encontrar el pase adecuado en el momento y lugar más propicios -últimamente más cerca de la defensa adversaria que antes- lo vuelve un mediocampista que se caracteriza por hacer jugar al compañero. Ese colega supo ser Lionel Messi en múltiples ocasiones, con quien tuvo más rodaje que su principal competidor en el puesto, Giovani Lo Celso.
Eduardo Salvio: Es extremo y mediocampista, aunque contra Haití se destacó como lateral derecho. Toto puede ser una carta clave para arrastrar marcas por ese costado y generarle espacios a Messi. Asimismo, su verticalidad lo puede transformar en receptor suyo próximo al área rival.
Maximiliano Meza: La reacción, la explosión y la versatilidad -puede ocupar posiciones centrales y externas- resplandecen como las virtudes más salientes del correntino, quien puede funcionar tanto como asistidor de Messi como opción de descarga de él en zona de gol.
Cristian Pavón: “Pavón puede ser un jugador muy importante para la Selección”.El elogio que tuvo como emisor al capitán tras la victoria 1 a 0 ante Rusia el 11 de noviembre de 2017 -el delantero de Boca asistió a Agüero-, tuvo razón de ser: en el juego ofensivo y protagonista que propone Jorge Sampaoli, la velocidad, el pique al espacio y el centro atrás a lo Jordi Alba del 7 pueden vincularlo seguido con el 10.
Ángel Di María: Hace un puñado de años era poco frecuente el diálogo futbolístico entre la pulga y el fideo: uno jugaba muy abierto por la banda derecha y el otro igual pero del otro lado. Versión actual, Messi conduce y distribuye detrás del 9. El atacante del PSG asoma como el potencial destinatario por la izquierda más recurrente de las pinceladas de Leo. Al igual que Pavón, Di María le aporta rapidez, pique al vacío y pase atrás. Una ventaja: él lo conoce más.
Paulo Dybala: “Él juega en mi posición y puedo aprender muchas cosas de él: cómo interpreta el juego, cómo piensa, cómo ve los movimientos de los compañeros”.El 10 de Juventus refiriéndose al 10 de Barcelona. No sería inusitado imaginar al cordobés como media punta en caso que las circunstancias lo requieran. En tal caso Leo jugaría unos metros detrás de la delantera con el fin de abastecerla. Ambos conocen en profundidad a Gonzalo Higuaín, lo que despierta ilusión de un eventual triunvirato.
Gonzalo Higuaín: Pocos jugadores ejecutan tan buenas diagonales y pivotean de la manera en la que lo hace Pipa. Asimismo, el botín zurdo de Messi puede conectar su cabeza cuando abajo haya exceso de piernas y, además, si por “hacer el trabajo sucio con los centrales” se entiende utilizar el porte físico y pelear cuerpo a cuerpo con ellos para desgastarlos y para liberar espacios, Higuaín puede realizar esa función.
Sergio Agüero: La conexión Agüero-Messi no gozó de su apogeo aún. El 9 puede cumplir un doble rol: principalmente ser nutrido por el 10, aunque en menor medida puede retroceder y asistirlo él. Su facultad de fabricar huecos en defensas cerradas es un plus del cual su compañero de habitación puede sacar provecho.