Por Lucas Accinelli
El 13 de mayo pasado se cumplieron 70 años del primer Gran Premio en la historia de Fórmula 1 que fue disputado en el mítico circuito de Silverstone en 1950 y ganado por el italiano Giuseppe Farina con su Alfa Romeo, quien se mantuvo constante en la carrera de principio a fin.
Sin dudas, fue un acontecimiento que cambió lo que se conocía como automovilismo debido al gran impacto que tuvo a nivel global. A pesar de que ya existían otras competiciones como la NASCAR en Estados Unidos o el Turismo Carretera en Argentina, ninguna trascendió al nivel mundial como lo hizo la que hoy conocemos como “La categoría reina del automovilismo”.
La primera temporada de la Fórmula 1 dio inicio en Silverstone, una pista creada sobre lo que solía ser una base militar de la Real Fuerza Aérea Británica durante la Segunda Guerra Mundial, con un trazado de 4,649 km.
Curiosamente, la carrera fue celebrada un sábado, debido a que los ingleses respetaban estrictamente que los domingos eran para descansar. Como consecuencia de esto, la clasificación se tuvo que hacer el viernes.
Todos los equipos se presentaron en el circuito con sus pilotos menos uno: Ferrari, que había preferido ser parte de unos tests de Fórmula 2 en Mons. Hasta el día de hoy, es el único Gran Premio en la historia del que la escudería de Maranello no participó.
En total hubo 22 competidores, aunque uno no se clasificó a la carrera. Italia llevó 10 autos para competir: 4 Alfa Romeo, entre los que se encontraba el argentino Juan Manuel Fangio, y 6 Maserati. Por su parte, Francia se presentó con 5 Talbot-Lago, mientras que el resto de la grilla fue conformada por monoplazas ingleses.
La qualy fue dominada por los Alfa Romeo, quienes ocuparon los primeros cuatro puestos de partida. Farina consiguió la pole position con un tiempo de 1 minuto con 50 segundos. Por su parte, Fangio quedó tercero, a sólo 4 décimas del tiempo del italiano.
Al día siguiente, los 21 corredores fueron presentados por el entonces rey de Inglaterra, Jorge IV, y su hija, la princesa Isabel II, actual reina del país. La familia real siguió el evento desde su palco de honor y acudieron más de 200.000 personas a ver el evento.
En la largada, los Alfa Romeo liderados por el “Nino” Farina mantuvieron sus respectivas posiciones y marcaron una gran ventaja sobre el resto. A lo largo de las 70 vueltas, la primera posición fue alternada entre 3 de los 4 pilotos de la escudería de Milán, más específicamente, entre la “triple F”: Farina, que estuvo primero durante 61 vueltas, Luigi Fagioli, que lideró por 8, y Fangio, que estuvo al frente solamente en la vuelta 14. Sin embargo, el oriundo de Balcarce tuvo que abandonar en el giro 62 por una fuga de aceite.
Luego de más de 2 horas, se agitó la bandera a cuadros consagrando a Giuseppe Farina como el primer ganador en la historia de un Gran Premio de Fórmula 1, quien al final de ese año se convertiría en el primer campeón de la categoría. El italiano estuvo implacable durante todo el fin de semana: se llevó la pole position, marcó la vuelta rápida y ganó la carrera: un hat-trick.
Fagioli finalizó en segunda posición a sólo 2 segundos y medio de su compatriota, mientras que Rog Parnell, el otro Alfa Romeo, completaría con su tercer puesto el primer podio en la historia de la Fórmula 1. Los restantes pilotos que obtuvieron puntos fueron los franceses Yves Giraud-Cabantous y Louis Rosier que terminaron en cuarta y quinta posición y a dos vueltas de los monoplazas italianos.