Por Bautista Persa
La docencia en un entrenador es muy importante para Manuel Fernández, DT de Agropecuario. Ese rol en su trabajo le permite transmitir a sus jugadores su idea, su plan de partido, y allí se encuentra la clave -según dice- de su oficio. Cree que si no consigue llegar a sus dirigidos, difícilmente consiga resultados.
“Es más importante el mensaje que se deja que su contenido en sí”, expresó en una videoconferencia con estudiantes de Deportea. Puede que la idea de alguien al decir algo tenga un propósito, pero lo realmente relevante es lo que entiende el receptor al recibir el mensaje. Así lo cree el ex entrenador de Sport Boys de Perú y las juveniles de Tigre y de Racing. Y así lo practica. Puede explicar su idea de muchas formas, pero lo que realmente importa es lo que el plantel capte de ella.
Además, considera que una de sus funciones más importantes es darles herramientas a sus dirigidos para que resuelvan en el campo: “Cuando advierto algo, luego sucede, y mis jugadores lo pueden solucionar, siento que las cosas se hacen bien”. La influencia que tiene un director técnico es mucha, pero Fernández cree que es el equipo el que, con el tiempo, termina apropiándose la idea: “Cuando me hago cargo de un plantel, comienzo teniendo más relevancia, pero una vez que se adaptan al funcionamiento, son los futbolistas los que se hacen cargo del juego”.
Cuando llegó a Agropecuario para dirigir en la Primera Nacional, tuvo que plantear su modo de juego con poco tiempo de preparación para competir y aseguró que ello conlleva un riesgo alto, pero que las victorias contra Nueva Chicago y Guillermo Brown le dieron confianza. El sistema que eligió es el mismo que plantó en Perú, el 5-3-2. Con un esquema así, suelen tildar a los equipos de defensivos, pero él no está de acuerdo con esa idea.
“Un equipo de cinco defensores no tiene por qué ser defensivo” explicó, ya que no es el sistema, sino la vocación ofensiva o defensiva que tiene el once que sale a la cancha. Un lateral que finalice como extremo, un líbero que sale jugando, dos enganches ubicados como internos, hace que un equipo piense más en el arco contrario que en el propio, y no en sí la distribución de los jugadores en el campo.
Fernández, de 35 años, es un docente con el saco de DT. Tiene una gran facilidad para explicar sus ideas y hace entender el juego a cualquiera. Esa capacidad para llegar al plantel es lo que lo hace mejor entrenador, y así lo manifestó: “Si sabes de fútbol pero no lo transmitís, no vas a ser buen entrenador, si sabes menos pero logras eso, vas a ser mejor”.