domingo, noviembre 24, 2024

El mundo paró la pelota

Por Federico Pineda

Cinco días después de arrancar la Copa de la Superliga, la dirigencia de la AFA cedió ante el pedido de los jugadores y el fútbol dijo basta, por ahora, hasta el 31 de marzo, pero el último fin de semana dejó en claro que la salud no tiene importancia cuando hay tres puntos en juego.

A la dirigencia argentina se le pide celeridad para tomar medidas en tiempos de crisis, pero al único club que acata la voluntad de sus empleados se lo caratula de “individualista” –como así lo hizo el presidente de Lanús Nicolás Russo- en pos de seguir con el show. Los poderosos querían que arranque la Copa de la Superliga y así lo hicieron a puertas cerradas. Sino, había pérdida de puntos. Lograron hacer sentir el rigor a casi todos los clubes, uno se declaró en rebeldía y, cinco días más tarde, se le da la razón.

El caso del jugador de River Thomas Gutiérrez que regresó hace algunos días de Paraguay tras lograr el subcampeonato de la Copa Libertadores Sub-20 con el club y tuvo síntomas compatibles con el Covid-19 -el examen dio negativo- alertó a todo el plantel Millonario que decidió tomar una medida al respecto: no presentarse a jugar el duelo del último sábado a las 17:45 horas frente a Atlético Tucumán por la primera fecha del torneo a causa del riesgo que suponía un posible contagio. Así lo hicieron saber en un comunicado subido a las redes sociales del club en la noche del último viernes.

Respaldados por el Presidente de la institución, Rodolfo D´Onofrio, y el entrenador, Marcelo Gallardo, tanto Leonardo Ponzio como Ignacio Fernández levantaron los teléfonos para buscar apoyo de sus colegas Nicolás Bertolo, de Banfield, y Lucas Licht, de Gimnasia. Ambos equipos darían el puntapié inicial del certamen en La Plata a las 19 horas en un duelo muy importante por la tabla del descenso.

A la par de estas gestiones, empezó a circular durante el mediodía de ese viernes una carta dirigida a los Presidentes de la AFA, Claudio Tapia, y de la Superliga, Marcelo Tinelli, escrita por la Subcomisión de médicos del fútbol. En el escrito sugerían la suspensión como medida para salvaguardar la salud de los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, entre otros. Sin ir más lejos, el primer encuentro tenía a Julio César Falcioni (63 años) como técnico del Taladro que, tiempo atrás, atravesó un cáncer, una neumonía y un proceso de quimioterapia. En una situación muy similar aparece el técnico de Boca, Miguel Ángel Russo (63 años), que se curó de un cáncer de próstata y ambos se encuentran en los grupos de riesgo pasibles de contraer esta enfermedad. El entrenador de Banfield estaba de acuerdo con sus dirigidos y sostuvo que no se debió jugar este fin de semana, pero los dirigentes tomaron la decisión por ellos. “Nos dijeron que si no salíamos a jugar nos sacaban puntos”, declaró en TyC Sports.

Las medidas pedidas por los especialistas de la salud también fueron desoídas por Sergio Marchi, Secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), que ese mismo viernes hizo oficial el arranque de la copa siguiendo los lineamientos dispuestos por el Ministerio de Salud de la Nación y les pidió a los médicos que “firmen y pongan el número de la matrícula” en aquella carta que no habría tenido el aval de varios de los clubes denominados “grandes”. Además, terminó diciendo que si se paraba el fútbol, debía pararse todo el país.

A contramano de sus dichos, este lunes en TyC Sports declaró que iba a respetar la “voluntad de sus futbolistas” ya que el “90 por ciento” querría la suspensión. ¿Qué cambió del viernes hasta hoy? Han pasado muy pocos días y, en ese trayecto, el Gobierno Nacional dictaminó la suspensión de clases hasta el 31 de marzo, se empezó a emplear el trabajo a distancia y se licenció a los mayores de 60 años salvo en el sector de la medicina. Ya no era seguro estar fuera de casa. En ese trayecto, el fútbol argentino se convirtió en el único de Sudamérica que aún no había declarado la suspensión total a excepción de Brasil que suspendió los campeonatos salvo la Federación de Fútbol de Bahía que continuará el campeonato estadual de allí las próximas dos fechas con estadios a puertas cerradas.

La situación en Sudamérica

Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela son los otros que le dijeron basta a la pelotita por un tiempo y priorizaron la salud de los protagonistas. Los dos primeros fueron los últimos en declarar la suspensión y en el país trasandino uno de los jugadores ya advertía que se corría atrás del virus. “Ya hablamos con el gremio de jugadores que cuando haya un caso de coronavirus en un futbolista, suspendemos todo”, alertó el uruguayo Ignacio Lemmo, jugador de Deportes Puerto Montt de la segunda categoría del fútbol chileno, en declaraciones a la radio de su país Sport 890.

En contraposición, Uruguay fue uno de los primeros que tomó la decisión de suspender el fútbol en el continente tras la suspensión de todos los espectáculos públicos por parte de su mandatario Luis Alberto Lacalle Pou que, a diferencia de la Argentina, sólo necesito la confirmación de sus cuatro primeros casos de coronavirus en el país para dictaminar la resolución. Acá se necesitaron 65 casos positivos de Covid-19, dos muertes y el miedo de los jugadores a un posible contagio masivo como ya está ocurriendo en varios países del continente europeo, epicentro de la pandemia.

Italia esperó demasiado 

¿Cual es el límite que se corre por poner en riesgo la salud de los jugadores? En el caso de Italia, se decretó la suspensión cuando el brote llegó a más de 10000 casos y el fútbol no estuvo exento. Germán Pezzella, jugador argentino de la Fiorentina, dio positivo por el Covid-19 al igual que otros 10 futbolistas como sus compañeros en la Fiore Dusan Vlahovic y Patrick Cutrone junto a Manolo Gabbiadini, Omar Colley, Albin Ekdal, Antonino La Gumina, Bartosz Bereszynski, Fabio Depaoli, Morten Thorsby de la Sampdoria y Daniele Rugani de la Juventus. Este último caso produjo que los planteles de la Vecchia Signora e Inter quedarán en cuarentena tras saberse que Rugani contaba con la enfermedad después de haber ido al banco de suplentes en el último duelo entre ambos equipos, con victoria por 2-0 para el equipo de Turín con un gol del argentino Paulo Dybala, el pasado 8 de marzo por un encuentro correspondiente a la 26° fecha de la Serie A. Tres días después, se suspendió la actividad hasta el 3 de abril.

Por detrás de China, Italia es el que tiene mayor cantidad de casos y muertos con más de 24 mil afectados por el virus y 1809 decesos al cierre de esta nota. Toda Italia se encuentra en cuarentena para evitar la propagación del virus. España le sigue en el continente con más de 9400 casos confirmados, 335 fallecimientos y sólo en Madrid hay más de 3500 personas afectadas por el virus.

Además, Ezequiel Garay fue el segundo argentino y el primero en hacer oficial que tenía este virus en la primera división española junto a dos de sus compañeros del Valencia José Luis Gayá y Eliaquim Mangala que se suman a Paco Camarasa y Juan Aliaga, delegado y médico del equipo valenciano respectivamente. Estos casos se agregan a los ya positivos de Jonathan de Jesús del Elche y Martín Ortega, directivo del Leganés. En consonancia al resto del continente, LaLiga había adoptado la medida de suspender el fútbol hasta el 31 de marzo, pero todo parece indicar que podría extenderse más de lo pautado porque también se suspendió la final de la Copa del Rey que se iba a disputar el 18 de abril entre el Athletic de Bilbao y la Real Sociedad en el Estadio de la Cartuja ubicado en Sevilla.

Como ya hemos dicho, el epicentro de la pandemia está en Europa tal cual lo declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 13 de marzo y la falta de medidas a tiempo pusieron en riesgo a toda la población. Sin embargo, Inglaterra va a contramano de la lógica y es uno de los casos más llamativos.

Inglaterra prioriza la economia

El gobierno encabezado por el primer Ministro Boris Johnson está priorizando la economía para los que sobrevivan y apuesta a extender el pico del brote hacía los meses de verano para no colapsar el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés). El mandatario catalogó al Covid-19 como “la peor crisis de la salud pública” y advirtió que “muchas personas morirán y muchas familias perderán a sus seres queridos antes de tiempo”. El Gobierno quiere desarrollar inmunidad en la población y espera que el 60 por ciento de los habitantes del Reino Unido (unos 36 millones de habitantes) contraiga la enfermedad.

Dada esta realidad, 229 científicos de universidades británicas firmaron una carta abierta a la sociedad dando muestras de las pérdidas humanas que supondría una determinación que carece de rigor. En China ya hay casos de personas que se curaron y, a los pocos días, recayeron en la enfermedad. Esto se suma a los dichos recientes de la OMS que establecen que las personas curadas aún pueden seguir contagiando el virus por otras dos semanas y se recomienda mantener el aislamiento.

A pesar que hay un poco más de 1500 casos confirmados hasta la fecha, el director científico del Gobierno británico, Patrick Vallance, estima que hay entre 5 a 10 mil personas afectadas por el virus y dijo que la situación empeorará en las próximas cuatro semanas hasta llegar a un nivel parecido al que atraviesa Italia con un sistema de salud colapsado den el que los médicos debieron empezar la cruel tarea de elegir a quien salvar primero.

Pero a contramano de todo Europa, se decidió que las escuelas, universidades, teatros y pubs sigan abiertos. Semejante acto de temeridad ante la propagación del virus se sumó a los 6200 corredores presentes este domingo en la Media Maratón de Bath. Solo asistieron la mitad de los inscriptos a la carrera. Los maratonistas dejaron de lado uno de los consejos para prevenir el contagio como la aglomeración de mucha gente en un lugar específico. Pero esto no es todo. También la Premier League pudo haber visto acción bajo un clima de contagio extremadamente alto si Mikel Arteta, técnico del Arsenal, y Callum Hudson Odoi, jugador del Chelsea, no daban positivo por coronavirus. Hasta el 12 de marzo se iba a jugar la fecha con público. Al día siguiente, se detectaron ambos casos y se declaró la suspensión con “la intención de regresar el 4 de abril” como reza el comunicado de la Premier.

¿Por qué hizo falta que Arteta cayera enfermo para que las autoridades inglesas tomaran la decisión?”, se preguntaba Wayne Rooney, jugador y entrenador del Derby County, en su columna publicada por The Sunday Times tras el test positivo que dio el entrenador del Arsenal, días después de conocerse que el plantel quedará en cuarentena tras haber tenido diálogo el pasado 27 de febrero con el Presidente del Olympiakos, Vangelis Marinakis, (horas después se supo que era portador del Covid-19) durante el duelo de vuelta que definió la eliminación de los Gunners a manos del equipo griego por los 16avos de la Europa League, competencia que suspendió todos los compromisos que se iban a disputar entre el 17 y 19 de marzo al igual que la Champions League y aún es una incógnita cómo se definirán ambos certámenes.

El examen positivo de Arteta motivó el enojo de Angelo Ogbonna, defensor italiano del West Ham, que antes de saberse esta noticia jugó ante el equipo inglés y se sometió -sin saberlo- al riesgo de ser contagiado por coronavirus. En declaraciones para el Corriere della Sera, calificó de “inaceptable” que se haya disputado ese partido y había asegurado que el Reino Unido aún no había comprendido el riesgo de este virus al igual que lo expreso su coterraneo y entrenador del Everton, Carlo Ancelotti en la Gazzetta dello Sport: “Todavía no se han dado cuenta de la gravedad de la situación”.

La falta de medidas a tiempo en Europa y la inacción de la población, por la cual muchas personas se fueron de vacaciones cuando se les pedía que hagan uso de la cuarentena, son consecuencias que no puede pasar por alto Sudamérica para no sufrir un desborde en su sistema de salud. Salvo contadas excepciones como Uzbekistan o Letonia, entre otros países donde se sigue jugando, en el continente sudamericano el fútbol siguió congregando gente de forma innecesaria el último fin de semana. Los jugadores, el cuerpo técnico, los técnicos de la televisión, la seguridad privada, los policías a cargo de cada operativo policial, entre otros.

Argentina jugó y paró

En ese contexto, la Argentina fue el último en tomar conciencia y, a través del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, presidido por Matías Lammens -expresidente de San Lorenzo-, instó a suspender el fútbol junto a los entrenamientos. La medida fue acatada por AFA y Superliga. El parate se dará, por ahora, hasta el 31 de marzo, pero nadie descarta la ampliación de esta fecha porque el 20 de marzo arranca el otoño de cara a un virus que sobrevive más tiempo en temperaturas más frías y se esperan muchos más casos para los próximos meses en el país.

Por lo pronto, la decisión de aplazar la Copa América que el país iba a albergar este año junto a Colombia se suma a la suspensión de la Eurocopa con su posterior reprogramación y ambas competencias continentales se desarrollarán entre el 11 de junio al 11 de julio del 2021. Esto sucede en un contexto donde se cree que el virus puede mutar en su fisonomía y aumentar el número de casos en todo el mundo dentro del futuro cercano.

El primer partido que no verá la luz tras la suspensión será el duelo por los 32avos de la Copa Argentina entre Independiente y Villa Mitre de Bahía Blanca, que se iba a disputar el pasado martes 16 y fue reprogramado para el 1 de abril en el estadio de Lanús. El día después que se levanta la suspensión.

A pesar  de que el accionar de River fue aplaudido, no fue acompañado por sus colegas que recibieron otras directivas de sus superiores y, muchas veces, “son los que mandan” como declaró el central de San Lorenzo, Fabricio Coloccini, en charla con Fox Sports tras la victoria por 3-1 frente a Patronato en Paraná. A la misma hora que se jugaba el encuentro, el mandamás de la institución de Boedo, Marcelo Tinelli, firmaba el comunicado de Superliga en respuesta al mensaje del Millonario donde alertaba sobre posibles sanciones al club de Núñez si no se presentaba a jugar frente al Decano.

hLa televisión impone sus condiciones, pero el circo romano que se crea alrededor de los futbolistas puso en riesgo su propia integridad física. Como dijo el capitán de Patronato, Bruno Urribarri, en TyC Sports el día después de la derrota ante San Lorenzo: “Si prima la lógica, debe pararse. Nunca quisimos jugar, pero las decisiones la tomaron los poderosos”. Esta vez la pelota estuvo desde el lado de los futbolistas que impusieron su postura ante un gremio que no pudo imponer su decisión de parar el inicio de una copa que se creó para rellenar un calendario vacío de fechas. Es momento de parar la pelota porque sino la pelota se va a parar sola.

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