Por Matías Fernández, Francisco Berlingieri y Juan Arienti
En algunas ocasiones, las decisiones de los referís cambian el rumbo de un encuentro de cualquier deporte. La realidad en los campeonatos locales es que el nivel de los árbitros es malo, cada fecha está llena de errores graves de arbitraje. Sin embargo, existe una discrepancia por parte de los jueces a la hora de opinar sobre el nivel. Para evitar este tipo de problemas a la hora de dirigir, es clave la formación desde joven, más aún en un fútbol argentino en el que la mayoría de los jugadores protestan y tienen tendencia a simular faltas y demás.
Agustín Fiore, estudiante de arbitraje en las AAA (Asociación Argentina de Árbitros), manifestó su experiencia en esta carrera:”Anualmente tenemos cuatro materias: sociología (haciendo foco en el ámbito del deporte y el accionar de cada uno), ética, práctica arbitral y entrenamiento. Nos preparamos físicamente todas las semanas y hacemos simulacros de partidos para perfeccionar el nivel, nos repartimos entre tres personas para dirigir el cotejo”.
La escuela, además de enseñar el reglamento y profundizar en las prácticas, a medida que avanza el año y los estudiantes van perfeccionándose, los designan para arbitrar partidos de sindicatos, es decir, de clubes amateurs. Al principio comienzan dirigiendo como jueces de línea, luego pasan al rol de árbitro principal.
Fiore explicó que las designaciones de los jueces son los viernes, y el sábado y domingo es cuando se juegan los encuentros:”Me mandan a dirigir todos los fines de semana, puede tocarte en cancha de once y en futsal, a mí por suerte desde que empezaron a probar mi nivel, me vieron bien y me siguen designando”, agregó Agustín.
En cuanto a la alimentación, lo que exige la AAA, es comer cosas saludables y dejar de lado las comidas que no aportan nutrientes como una hamburguesa o comidas “chatarra”. Lo más importante que enseñan es que deben comer las 4 comidas y no saltearse ninguna, (desayuno, almuerzo, merienda y cena) por el hecho de que son deportistas de alto rendimiento y corren la misma cantidad o más que un jugador profesional.
Por último, el estudiante Fiore destacó que es fundamental en esta época con tantos avances tecnológicos, cuidar su imagen en las redes sociales y ser responsables a la hora de subir una foto, ya que, en el caso de filtrarse una imagen de un profesional con la camiseta de determinado equipo de fútbol, podrían sancionarlos los dirigentes, además del peso que conlleva el hecho de que la gente piense que un referee es hincha de cierto club.
El ex árbitro de primera división Alejandro Toia que estudió en el mismo lugar del joven Fiore recordó que, en su época, a comparación de la actual, no cambió mucho el sistema de estudio de AAA, pero sí eran más permisivos en lo que respecta a la preparación física y la alimentación:”Tengo amigos que dan clases en esa escuela y me cuentan el procedimiento y el cuidado de los estudiantes, antes no había casi nadie que le de mucha atención al tema de su físico, más allá de que tampoco estaban excedidos de peso”.
Toia también explicó como es el proceso una vez que se finaliza la carrera y se espera por entrar a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA): “Las autoridades de la propia escuela eligen aproximadamente a veinte árbitros que estén por encima de la media, y les preparan un examen físico y teórico. Los que obtienen la mayor calificación consiguen acceso”
Un juez de AFA empieza lógicamente en las categorías menores y a medida que acumula una cierta cantidad de partidos dirigidos, los veedores y directores son quienes evalúan el desempeño de cada uno. Ellos son los mismos que les comunican a los dirigentes, quién tiene nivel para ascender de categoría y quién debe bajar debido a fallos graves en algunos encuentros. No tienen en cuenta la cantidad de partidos, solo evalúan el nivel.
Mariana De Almeida, actual árbitra, contó quien es el director del arbitraje nacional:”En el fútbol local existe la Dirección Nacional de Arbitraje, el director de la misma es Federico Beligoy, la máxima autoridad. Cuenta con un grupo de trabajo que lo ayudan, obviamente, más que nada para las categorías como juveniles, femenino, etc.”
Por último, De Almeida habló sobre cómo tratan a las mujeres que son referís en las canchas: “No recibimos ningún tipo de acoso por ser mujer ni alguna acción violenta como lamentablemente le pasó una vez a Rosana Paz (recordando la vez en la que desde la tribuna, le arrojaron agua hirviendo en la espalda), más allá de los insultos de cada fin de semana, pero yo creo que todavía faltan un par de años para que una mujer pueda dirigir en la primera división (por ahora solo participaron como jueces de línea), somos menos mujeres que hombres y la mayoría estamos en categorías muy inferiores”.
Para finalizar, las tres personas entrevistadas coincidieron en que el sueldo como árbitro no basta como para vivir solo de esa profesión, a menos que se cuente con varios años en primera división.