Por Thomas Martínez, Santiago Belén, Pedro Masi y Carolina Jurczysyn
El fútbol español tiene una gran influencia en el mundo, y nuestro país no es la excepción. Sus equipos más importantes suelen tener peñas en cada rincón del planeta. Los tres más grandes que son Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid, poseen sus filiales en Argentina, como también otros clubes más llamativos.
El único de ellos que cuenta con una peña reconocida por la entidad madre es la Peña Nicolau Casaus del Fútbol Club Barcelona. Está ubicada en el Casal de Catalunya (sede de la Generalitat Catalana en el país, una suerte de embajada) en la calle Chacabuco y avenida Independencia, barrio de San Telmo. Se fundó en 1986 casualmente en el centésimo aniversario del Casal, y funciona desde 1999. Su presidente es Alberto Caloggero (en la foto) quien también es vicepresidente de la Federación de Penyes Barcelonistas del Resto del Mundo. Además, recibió un premio a personalidad destacada del año en el Congreso Mundial de Peñas, como reconocimiento a su trayectoria.
La Peña Nicolau Casaus suma 300 adherentes, aunque llegó a alcanzar alrededor del millar cuando Juan Román Riquelme y Javier Saviola se desempeñaban en el equipo Culé, así como durante el período dorado de la dirección técnica de Josep Guardiola. El propio Alberto informó que la mayoría de los miembros son catalanes o argentinos descendientes, y que gran parte de ellos heredan la pasión por el Barça o se sienten identificados por su juego y por los jugadores argentinos que visten la casaca. Económicamente, la entidad no pasa mayores inconvenientes ya que afirman “no tener gastos dentro del Casal de Catalunya”, y cuenta con dos grandes fuentes de ingresos: las cuotas y los subsidios por eventos realizados.
Por otra parte, la peña argentina fue pionera en realizar un programa radial, que lleva activo más de 15 años. Caloggero destaca que la “necesidad de informar la actualidad de nuestro Barcelona” fue la motivación que necesitó para iniciar las emisiones en la radio AM610. En dicho espacio se informa sobre todas las actividades del club, no solamente el mundo del fútbol. Además, cuando el cuadro culé afronta un partido trascendente, se organizan para ver el partido en la sede.
Distinta es la situación de las peñas de los equipos Madridistas en Buenos Aires, puesto que ninguna posee reconocimiento oficial de las entidades españolas. Mariano, representante del Real Madrid, comentó que “los trámites cuestan mucha plata”.
En la vereda de enfrente, Azul (quien coordina la peña del Atlético Madrid) admitió que, al igual que los de blanco, no reúnen la cantidad de afiliados mínima: “Tenemos que ser 50”. También, agregó que el costo de la cuota y mantener la entidad no justifican los beneficios que gozan las oficiales, como por ejemplo entradas gratis y que un jugador los apadrine. Al no tener una sede definida, los miembros suelen reunirse en bares a ver los partidos: la parcialidad Merengue se reúne casi siempre en Chicken Bross, ubicado en Thames 1795, en el barrio de Palermo. Los Colchoneros se juntan en Locos x el Fútbol, que se encuentra en la Avenida Las Heras 2101, Recoleta.
Ambas peñas llevan poco tiempo conformadas. Los blancos se iniciaron como un grupo de amigos en 2010, y cuando comenzaron crecer, se organizaron en el 2013. En cambio, los de Aleti se empezaron a reunir a fines el año pasado, cuando Azul pensó: “No podía ser la única fanática del equipo en Argentina. Buscando, encontré dos peñas inactivas y decidí empezar la mía”. La pasión de ambos tiene orígenes parecidos: Mariano explicó que su fanatismo por el Real nació “viendo la final de la Champions League del 2000 contra el Valencia. Me encantó ese fútbol”. La representante albirroja argumentó que su amor nació “muy de chica por el Niño Torres y el Cholo Simeone”.
Al no ser reconocidas como peñas oficiales es poca la plata que pueden manejar. Mariano indicó que durante este año los únicos aportes fueron realizados por los miembros de la Comisión que dirige la entidad, que buscaban “conseguir artículos para sortear entre los socios asistentes a ciertos eventos y otros beneficios”. Del otro lado, Azul fue tajante: “al no ser oficiales, no financiamos nada aún”.
Actualmente, el Atlético tiene más de ochocientas peñas en el mundo, de las cuales 770 están situadas en España y 47 corresponden al extranjero. Desde el área social del Colchonero buscan prestarles una especial atención a los peñistas, porque son motor adicional de la entidad madrileña.
Al mismo tiempo, se ha creado la Unión Internacional de Peñas del Atlético de Madrid. Dicha Unión consideraba que la afición rojiblanca carecía de presencia de asociaciones a nivel nacional e internacional, lo que suponía que se limitase su participación en actos de confraternidad.
Por el lado del Barcelona, existen 1200 peñas y 165.000 peñistas alrededor del mundo. Se nuclean en una organización llamada Confederació Mundial de Penyes y tiene más de cien años. Todos los años realizan congresos a los que invitan a las peñas oficiales y comparten y relacionan las culturas de los diferentes países afiliados.
Una curiosa es la que preside Hernán Montoro, la Peña Los Pibes, conformada por hinchas del Leganés, equipo que ascendió a La Liga en 2016. Hernán se hizo hincha del Lega a los 15, en el año 1994, por usarlo en un juego de computadora. Se reúnen cada vez que tiene oportunidad en la casa de su presidente a comer asados, y los transmiten en vivo para los hinchas españoles. A pesar de no ser oficial, los siete viajes que Montoro realizó a España sirvieron para tener una relación cercana al club al cual alientan.
Otra de las peñas españolas que existen en la Argentina es la del Celta de Vigo, pero a diferencia del resto de las mencionadas, no está vinculada del todo al fútbol. Esta agrupación surgió como producto del club de atletismo Real Club Celta Buenos Aires. Roberto Naone es el heredero de esta idea, impulsada por Domingo Amaisón, mediofondista que corría frecuentemente en Vigo porque era invitado por los residentes de la ciudad, debido a que generó relaciones en los viajes que realizaba a España para llevarle cartas del intendente de San Martin a Juan Domingo Perón, en tiempos de su exilio a Madrid. En una de sus travesías al Viejo Continente se enamoró de Vigo y por eso en 1974 le puso ese nombre a su club.
En 1975, Naone decidió practicar atletismo en dicha entidad por recomendación de su médico. En 1980 ya era presidente del club. A raíz de esto, comenzó un proceso de identificación personal con la cultura celtista que derivó en un acercamiento al entonces presidente de Peñas, quien le recomendó crear una en Buenos Aires.
Oficiales o no, hagan o no eventos solidarios, todos comparten una extraña pasión: ser hinchas de un club del exterior. En algunos casos, pueden ser más numerosos los miembros, en otros son menos por lo curioso de su amor. Para los gustos no hay nada escrito, y bien en claro lo dejan estas personas que son felices alentado equipos de fútbol que están a miles de kilómetros.