Por Bruno Campanella y Diego Yudcovsky
Muchos cuestionan los argumentos que sostienen la existencia de una nueva invención, que si bien hace un tiempo tuvo su desembarco en el mundo del fútbol, pocos creen que es lo que necesita este deporte, que alguna vez un periodista llamado Dante Panzeri lo describió como “dinámica de lo impensado”. El mismo, tan vertiginoso y entretenido, se vería afectado bajo la realidad de una revisión constante de los fallos incorrectos, que, si no fuera por ellos, no existirían las conversaciones de café de los lunes.
Cada vez que se presenta a un nuevo estudiante en el salón de clases, los primeros susurros entre los ya acoplados se hacen sentir, sobre todo para aquel que pasa vergüenza en su primer día. Se lo juzga, lo miran por fuera, le quitan completamente su humanidad para observar el fenómeno que puede ocultarse detrás de las prendas compradas por alguno de sus padres.
La implementación del videoarbitraje (VAR) es el resultado de la búsqueda de optimizar la labor arbitral, minimizando los errores en los fallos y otorgando mayor legitimidad a las decisiones tomadas por los árbitros. Con la utilización de este sistema se redefine todo lo conocido hasta la actualidad en el fútbol, introduciendo un método de revisión de determinadas situaciones de juego que viene a traer mayor justicia y menor injerencia humana en el resultado de un encuentro.
En cualquier otro empleo una persona puede cometer una equivocación o tener un error en la tarea que desempeña y que el mismo no sea exhibido en reiteradas oportunidades en los medios de comunicación, pero con la globalización y era digital que estamos viviendo, el menor traspié cometido por un árbitro es juzgado y revisado de manera pormenorizada por propios y ajenos.
Este nuevo sistema viene a sumarle al futbol un concepto básico del derecho que es la doble instancia de revisión de los fallos. Sin perjuicio de ello, tiene claras diferencias con las características que dicho recurso posee en el ámbito legal, por cuanto en el fútbol es el mismo árbitro, apoyándose en los colaboradores que se encuentran visualizando y manejando el VAR, quien toma las decisiones, mientras que en el derecho es un tribunal distinto al que dictó la resolución recurrida el que decide sobre la cuestión, pudiendo revocar lo resuelto por el primero.
A su vez, una de las principales críticas o cuestionamientos al sistema, que lo diferencia de otros deportes como el tenis y que lo alejan del ámbito legal, es que los equipos no tienen la posibilidad de solicitarle al juez que recurra al VAR sino que, por el contrario, el jugador que lo hiciere es pasible de recibir una sanción. Por lo tanto, si el referí no considera que una situación de juego sea susceptible de ser revisada, o los árbitros asistentes de video no llaman al primero para indicarle que hay una jugada que amerita la utilización del sistema, no existe posibilidad alguna de reclamo por parte de los jugadores o cuerpos técnicos, por más que haya habido un error arbitral completamente evidente.
“Hoy quedó claro que ante la aparición de la tecnología prefiero que se siga equivocando el árbitro y no que se equivoquen siete. Es difícil cuando no sabes cómo va a funcionar”, declaró Marcelo Gallardo, el DT de River Plate diferenciándose de Sergio Ramos, zaguero del Real Madrid que dijo: “Se intenta ayudar al árbitro y creo que al final la tecnología será buena para el fútbol, como lo es por ejemplo el ‘Ojo de Halcón’ en el tenis. Si se puede salir de dudas al instante y evitar situaciones como la de España en el Mundial-2002 mejor”. Lo que habría que analizar es si el fútbol realmente es asimilable a un deporte como el tenis, en el cual puede haber mucha menos injerencia de decisiones arbitrales y la aplicación de las reglas es completamente objetiva, generándose una menor cantidad de situaciones dudosas o de apreciación subjetiva del referí.
No cabe dudar de la legalidad de este nuevo sistema de revisión implementado, pero lo que corresponde es preguntarnos si la utilización del mismo no desnaturaliza el juego tal como lo conocíamos hasta su puesta en marcha. Si la búsqueda de la perfección no convierte al fútbol en un deporte al cual no estamos acostumbrados a ver, si no pierde esa magia que nos enamoró, que nos atrajo desde que somos chicos y nos permite soñar con esa gambeta inventada, un penal a nuestro favor mal cobrado en el último minuto, o la picardía de nuestro nueve metiendo un gol con un piecito adelantado.
Como amantes de este deporte tenemos que cuestionarnos sobre la afectación personal que recargamos sobre él, la cual en muchos casos es causante de esta irritabilidad que no nos permite asumir que otra persona, tan común y humana como lo somos nosotros, pueda equivocarse mientras desarrolla su actividad, y a nosotros disfrutarlo sin ser jueces de la labor ajena.
Seguramente, en consonancia con los tiempos que vivimos, el VAR y la tecnología continúen ganando terreno en el futbol. Esto dependerá más bien de una decisión política y dirigencial que del gusto de los aficionados. El poder es el que elige en estos casos. El tiempo nos dirá si disminuir los errores en las resoluciones arbitrales favorece al fútbol o solo viene a convertirlo en un deporte alejado de aquel que tantas emociones inesperadas nos causó.
La implementación del VAR en el fútbol es correcta siempre y cuando se utilice de la manera indicada y que no haya por detrás intereses que conlleven al árbitro a tomar decisiones erradas, o mejor dicho acertadas porque si previo al pitazo inicial al juez le pidieron que incline la balanza para algún lado y lo hace como se lo demandaron, la decisión es acertada en relación a ese pedido, pero ilegitimita en función de la verdad y transparencia que debe tener este sistema y el arbitraje.
En muchas ocasiones, en un encuentro se revisa cierta jugada en particular y al mismo momento en otro partido que se está disputando sucede lo mismo y el árbitro la pasa por alto. Por lo tanto, los jueces deberían estar capacitados para usarlo y tener claro cuando se utiliza porque debe ser regular y uniforme en todo el mundo, y no ir variando según la apreciación de cada uno, porque ahí radican las críticas y los problemas.
Hay algunas jugadas donde la revisión y la decisión tardan alrededor de 5 minutos, entonces hay que optimizar más su uso para agilizar el juego, porque si no se vuelve muy tedioso para los espectadores y los protagonistas.
En un mundo donde se busca la excelencia y lo que solo importan son los resultados y no cometer errores, es una gran ayuda para los jueces que también viven lo mismo, y cuando cometen un yerro y son puestos en el ojo de la tormenta, sienten que no cumplieron con lo que la sociedad denomina “estar en lo correcto”.
Si está bien aplicado y el margen de error se achica es positivo tanto para los árbitros, jugadores, entrenadores y todas las personas que pertenezcan al mundo futbolístico. No debemos olvidar que estamos en un mundo donde los intereses están en todos los ámbitos, y que en muchas ocasiones, tal vez, los errores de los árbitros aunque usen el VAR no son por motivos propios, sino por presiones que vienen desde arriba.
Ahora mismo parece que la situación se decanta en implementarlo en Argentina por el mero hecho de que ya está en funcionamiento en Europa y como quieren hacer parecer el torneo local a los de las ligas del exterior, ven como una obligación que empiece a implementarse en nuestro país. Pero no es lo más indicado, porque entonces va a empezar a formar una grieta y la sociedad cada vez estará más enfrentada.
Opiniones
Los protagonistas del mundo futbolístico tienen distintas apreciaciones de la innovación tecnología en el fútbol. Las opiniones son variadas y contrapuestas tanto en entrenadores, jugadores, árbitros, dirigentes y periodistas.
Juan Román Riquelme, de los jugadores más exitosos que pasó por el futbol argentino y que nos deslumbró con esas gambetas inesperadas, dijo que con la innovación tecnológica el único perjudicado es el árbitro.
Uno de los mejores jugadores de River y de la Superliga, Enzo Pérez, se encuentra descontento con el VAR porque considera que usaron este método para dejarlos afuera de la Copa Libertadores 2017: “Inventaron el VAR”, exclamó. Sosteniendo esta postura, el jugador de Racing Marcelo Díaz se mostró en contra de este método: “Le quita la esencia al fútbol, se ve raro”, evaluó.
Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors que está en el ojo de la tormenta por las críticas a su gestión, expuso todo su desagrado con la ayuda al arbitraje echándole la culpa a este método de los malos resultados obtenidos en el “Xeneize”: “El VAR no ayuda a Boca y sí a otros equipos”, protestó.
El entrenador argentino que más se destaca en el exterior, Diego Simeone, se encuentra del lado de la grieta donde las personas apoyan a este sistema. “Siempre es bueno que se den soluciones. Que haya soluciones en el futuro, es lo que nos interesa”, sostuvo. Mientras el director técnico de Portugal, Fernando Santos, está en desacuerdo totalmente porque dio a entender que en muchas ocasiones ayuda a un equipo en detrimento o perjuicio del otro.
Los periodistas también ingresaron a la discusión sobre el VAR y uno de los que expresó su opinión con mayor efusión fue el veterano Horacio Pagani: “Claramente no estoy de acuerdo con el VAR. Para mí en el fútbol primero está la emoción y después la justicia y no está pasando”, subrayó.