Por Juan Pablo Manera
Primero de septiembre de 1907. Ubicación: Garibaldi 1857, un bar antológico del popular barrio de La Boca, que estaba cerca del Riachuelo y a pocos metros de Vuelta de Rocha. Un grupo de jóvenes tomó la decisión de fundar un club propio, pero no cualquiera. El objetivo de estos hombres apasionados por el fútbol era formar un equipo que, en un futuro, sea el máximo rival del que hoy en día es uno de los denominados grandes en Argentina: Boca Juniors. La institución debía llevar un nombre, y así fue. Fue llamado Boca Alumni. El primero por el lugar de origen y el segundo en honor al club más ganador de la época del amateurismo, que por aquellos tiempos conquistó 22 títulos y todavía figura en las tablas históricas de la Asociación del Fútbol Argentino a pesar de haber desaparecido en 1913. De este último también abstrajo sus colores, blanco y rojo, como River, pero a bastones verticales.
El sueño terminó por hacerse realidad en el momento que se construyó el primer estadio del club, que tuvo espacio en la localidad de Wilde, al Sur del conurbano bonaerense. Luego se trasladó a Villa Domínico en 1917 para, posteriormente, recalar en Mihanovich Shipping Company, una cancha que estaba en posesión de una compañía naviera inglesa con ese mismo nombre. Se trataba de una parcela de tierra que estaba sumergida, pero que se la recuperó y hasta se le colocó una tribuna sobre uno de los costados. La misma se ubicaba en la intersección de General Rivas y Alem, en la Isla Maciel, Dock Sud, en las costas de la porción del Riachuelo adyacente a La Boca.
En 1921, el conjunto albirrojo logró posicionarse segundo en la tabla de la División Intermedia de la entonces llamada Asociación Argentina de Football (AAF) y ascendió a la primera categoría del fútbol nacional por primera vez en su historia, en la cual se mantendría hasta 1926.
El clásico frente al verdadero Boca se hizo posible. El primer partido entre ambos fue por un amistoso en 1922, que finalizó en victoria 2-0 para el Xeneize. Sin embargo, el debut oficial de este ansiado encuentro se produjo en el campeonato de ese mismo año, y hubo sorpresa. Fue triunfo para los del Sur por 2-1 con goles de Cotta y Jenda, mientras que Tarasconi descontó para el rival. Fue el único partido ganado en el historial para Boca Alumni, ya que en los otros 5 que se jugaron después salió vencedor el equipo azul y oro, con una goleada 9-0 incluída –récord de la institución en el amateurismo-.
La diferencia entre ambos clubes era infernal, lo que hacía imposible que se lo reconociera como clásico. Boca Juniors salió campeón en 1923, 1924, 1926 (además del título de honor que se le otorgó en 1925 por haber hecho una gran labor en una gira realizada por Europa), al mismo tiempo que Boca Alumni conseguía un noveno puesto como mejor marca en 1924.
La torre que había comenzado a construirse en aquel bar empezaba a demolerse poco a poco. El descenso se produjo en 1926, pero no por errores propios, sino porque se produjo la fusión entre la AAF y la Asociación Amateurs de Football y obligó a varios clubes a jugar la Segunda División. Cinco años más tarde, en 1931, los blanquirrojos estuvieron a punto de volver a ascender. Debían jugar un desempate ante Progresista (Gerli), que terminó en derrota por 2-1. Aquel partido fue el último que disputó Boca Alumni de manera oficial hasta que desapareció por completo en 1935. Un sueño clásico que duró 28 años y que, a pesar de no haber llegado al principal objetivo, logró ganarle en una ocasión a un tal Boca Juniors.