Por Gianfranco Savino
El rugby argentino tuvo un punto de quiebre en el Mundial de 2007 en Francia, cuando los Pumas lograron el tercer puesto histórico (máxima ubicación hasta el momento). Tras ese torneo, el entorno guinda fue un constante ascenso, tanto en torneos, volumen de jugadores y participación a nivel mundial, abrazados a un sentido de identidad y pertenencia: La selección Argentina es etiquetada por el mundo ovalado entre las potencias, tras consolidarse en el Rugby Championship, torneo en el que participan las cuatro mejores selecciones del sur (junto a Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica). Jaguares, franquicia argentina en el SuperRugby, se dio el lujo de disputar la final de la competición frente a Crusaders, franquicia de Nueva Zelanda. Argentina XV, equipo por debajo de Jaguares que compite en torneos sudamericanos, es constante protagonista año a año.
La reciente incorporación de Jaguares XV en la liga Sudafricana, similar al proceso de Pampas XV, es otro fundamento para entender este presente. Con Pumitas, el seleccionado de menores de 20 años, que no para de crecer y competir de igual a igual frente a las grandes potencias, además de aportar jugadores a los planteles superiores. Y las asociaciones provinciales que crecen, mejoran y compiten año tras año, sobre todo la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), provincia que mayor volumen de jugadores posee y brinda a la Unión Argentina de Rugby (UAR).
Pero todo esto conseguido no es casualidad. Es en consecuencia de un legado Puma, porque quienes marcaron el quiebre, no se conformaron simplemente con lo conseguido en aquel Mundial, sino que tras el retiro continuaron enfocados en el crecimiento del rugby nacional. Agustín Pichot, medioscrum y capitán del 2007, ocupa el puesto de Vicepresidente de la World Rugby y es el representante de la UAR frente a asociaciones internacionales, lideró las tratativas para que los argentinos se sumaran al Rugby Championship, misión obtenida en 2012. También, se encargó de lograr que el Comité Olímpico reincorpore el rugby como deporte olímpico tras 92 años de ausencia. Además, intercedió en la incorporación de Jaguares al torneo del hemisferio sur, conseguido en 2016.
Otra persona clave, dentro de este crecimiento, es Marcelo Loffreda, Head Coach del staff del Mundial 2007. Desde el 2013 ocupó el cargo de asesor de selecciones y en 2015 sumó el rol de consejero de dirección deportiva en URBA, garantizando una enseñanza a jugadores en formación. Y Lucas Borges, wing durante el Mundial, se encargó de entrenar a las divisiones de Seven de la URBA, sumando la participación en clínicas de técnica de carreras a Ignacio Corleto, otro jugador mundialista.
Por el lado UAR, varios Pumas de Bronce se sumaron a sus filas. Marcelo Longo se encuentra en el puesto de manager. Mario Ledesma es Head Coach de Pumas, y cuenta con Nicolás Fernández Miranda y Martín Gaitán como ayudantes, al igual que lo hacía en Jaguares la pasada temporada (Gaitán no formó parte del plantel mundialista debido a un inconveniente cardíaco, tras la colocación de un stent tuvo que abandonar el deporte a causa del contacto físico que este tiene. Sin embargo, el Negro Gaitán es como si fuera parte de este grupo de jugadores, considerado tanto por ellos como el staff). Y recientemente, se comunicó la incorporación de Juan Fernández Lobbe como nuevo asistente.
De un hermano de Bronce a otro, ya que Ignacio Fernández Lobbe es Head coach de Argentina XV; y previamente fue Felipe Contepomi, el ex goleador histórico de los Pumas y una de las figuras del Mundial ’07.
En esta línea, hay pumas de Bronce que siguieron colaborando dentro el campo de juego; como Juan Martín Hernández, el 10 del 2007, que perteneció al proceso Jaguar (2016-2018). Y Juan Manuel Leguizamón que sigue vigente, siendo el último Puma de Bronce que continua en la cancha.
Desde lejos, en un rol distinto, se encuentra Horacio Agulla, quien se desempeña como periodista en ESPN, especializado en rugby. Parece poco importante pero transmitir el deporte y provocar su promoción también es fundamental. Muchas generaciones de Pumas siguieron ligadas al deporte pero esta ha conseguido penetrar en la cancha y por fuera; y en la actualidad se empieza a ver cómo ese legado y un mensaje atravesado por el sentido de pertenencia conquista a la nueva generación.