Por Fernando Bajo
A lo largo de la historia varios jugadores que nacieron en las Favelas (asentamientos precarios) como Garrincha, Romario, Adriano, Ronaldinho,Rivaldo y Gabriel Jesús integraron la selección de Brasil. Sin embargo, esos barrios están asociados solamente al narcotráfico y la delincuencia.
¿Qué hubiera pasado si el actual Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hubiese asumido antes a su cargo y realizaba (aún puede hacerlo en el futuro) la mayoría de los deseos que manifestó durante toda su carrera política como por ejemplo: “Hay que dar seis horas para que los delincuentes se entreguen, si no, se ametralla el barrio pobre desde el aire”?
El primer mandatario del país que organizará la máxima competición subcontinental a nivel de selecciones ha efectuado en varias ocasiones declaraciones discriminatorias, misóginas y racistas. “Es una desgracia ser patrón en este país, con tantos derechos para los trabajadores”, afirmó hace poco tiempo. Antes de su asunción, Brasil acarreaba una crisis política y económica, sin embargo, hasta ahora el problema no pudo remediarse y el ex militar, con sus medidas, acentúo el descontento del pueblo.
El viernes, cuando las selecciones de Brasil y Bolivia salgan al campo de juego del Estadio Morumbí para disputar el primer partido de la Copa América, en las calles de varias ciudades como Brasilia, Rio de Janeiro e incluso San Pablo, organizaciones sociales llevarán a cabo movilizaciones para repudiar el recorte de presupuesto en la educación, la reforma jubilatoria que busca modificar la edad mínima de aportes de 30 años en las mujeres y 35 en los hombres, que rige actualmente, y aumentarla a 62 y 65 años de vida respectivamente. Además, también se reclamará por la liberación del ex mandatario Luiz Inácio Lula Da Silva.
No será la primera vez que las calles del pentacampeón del mundo se copen de manifestantes. En 2013 durante la Copa Confederaciones también hubo movilizaciones, aunque en aquellos tiempos la protesta era, entre otras cosas, por las grandes inversiones que habían realizado para la celebración de eventos deportivos.
Pese a esto, el torneo, hasta ahora, se desarrollará con normalidad: “Las áreas de operación y seguridad han trabajado en cooperación con las instituciones gubernamentales. Las acciones deben tomarlas los entes públicos, no tenemos autoridad para impedir nada esperemos que todo suceda de forma pacífica, sin ningún problema”, afirmó el director general del comité organizador local, Agberto Guimarães.
A pesar de los reclamos de los trabajadores, Bolsonaro, fanático del Palmeiras, solo se interesará en el inicio de la Copa, ya que para él los más necesitados poseen nada más que una función en la sociedad: “El pobre solo tiene una utilidad en nuestro país: votar”.