Por Fabrizio Ramos
De la mano de su entrenador Rafael Dudamel, Venezuela llega a la Copa América con el objetivo de darle el mayor rodaje posible a una nueva generación de futbolistas jóvenes, mezclados con experimentados, para competir en forma plena en las Eliminatorias. Aun así, el país se ilusiona con ser la sorpresa de la competencia.
La Vinotinto vive tiempos de renovación y evolución. Ya no es sorpresa que en la lista preliminar de jugadores que presentó su técnico, veintiuno de ellos tengan 25 años o menos, y sólo cuatro superen los 30 años.
La nueva base, con el arquero Wuilker Faríñez como la máxima figura, llega con un logro histórico en el Mundial Sub20 Corea del Sur 2017 ya que finalizó en la segunda posición y fue el equipo que más goles convirtió en el certamen.
Para el entrenador venezolano muchos jugadores aún están en una etapa de desarrollo y aprendizaje y no deben lidiar con todas las responsabilidades. Allí cumplen un papel fundamental los de mayor experiencia, como Tomás Rincón (31), Salomón Rondón (29) y Roberto Rosales (30), que suman más de 70 partidos cada uno vistiendo la camiseta Vinotinto.
Venezuela participó 17 veces en la copa más importante de Sudamérica: en las últimas cuatro ganó al menos un partido, mientras que en sus primeras 13 ediciones sólo consiguió un triunfo. Disputará el grupo B con Brasil, Bolivia y Perú. Aunque el mensaje es competir para conseguir la mayor experiencia posible, entienden que están en condiciones de repetir el histórico cuarto puesto de la Copa América 2011 con una generación de futbolistas que saben de sorpresas.