Por Thiago Stortoni
Con un café en la mano, en una mesa de la panadería “El Cóndor”, mientras intenta que su voz no se opaque con el ruido de la calle Cuenca en Villa del Parque, Damián “Loco” Albil cuenta cómo una mentalidad fuerte forma parte de los requisitos necesarios para ser arquero profesional. A sus hombros, una carrera sin muchos minutos pero llena de oportunidades marcan su camino en el fútbol profesional. Ahora, en Venezuela, se encarga de la coordinación de los arqueros en las juveniles. Debutó en Independiente el 26 de noviembre de 2000, y obtuvo el Apertura 2002. Tuvo un paso más que exitoso por Estudiantes, con el Apertura 2006 y la Copa Libertadores 2009, a pesar de no ser el arquero titular, atajó en la final del Mundial de Clubes contra el Barcelona de Guardiola. En 2016 volvió a Independiente y formó parte del plantel que levantó la Copa Sudamericana en 2017, para finalmente retirarse a mediados del 2018.
-¿De chico hiciste inferiores en Racing?
-Si, ahí hice de pre-infantiles a Novena, después decidí probar en Independiente, club que amo y soy hincha, así que fui y ahí hice todas las inferiores hasta debutar en Primera.
-¿Y cuando estabas en la Sexta te rompiste los ligamentos?
-Tenía 16 años, me habían llamado para entrenar con la Primera, después de 15 días volví a mi categoría, y justamente en un partido contra Racing tuve la mala suerte de romperme el ligamento cruzado y estuve un año sin jugar. Son momentos difíciles pero ayudan a uno a madurar.
–La fortaleza mental y la personalidad son atributos muy importantes para un arquero.
-Además de lo técnico y lo táctico, la parte del carácter y mental son fundamentales, sobre todo en el puesto de arquero donde no hay muchos minutos, todas esas experiencias (como las lesiones) me ayudaron a forjar una personalidad, crecer, tener perseverancia, es una posición que hay que sentirla de verdad porque sino es imposible de soportar. Es un puesto muy ingrato, si un jugador se equivoca siempre hay alguien atrás, pero cuando un arquero se equivoca termina en gol. Es duro llegar al fin de semana y saber que no jugas, pero yo siempre me entrené como si me tocara, lo que marqué antes de la cabeza y la disciplina, y estar preparado para cuando a uno le toque, porque no sabes si vas a tener otra. Lo que yo hacía bien era aprovechar esa oportunidad.
-¿De dónde sale el apodo “Loco”?
-En las inferiores de Independiente, por algunas reacciones que tiene por lo general un arquero de calentarse y ese tipo de cosas. Algo de inconsciencia o locura necesita el puesto, estar todo el partido ahí, que te carguen, te hagan un gol, te insulten, hay que estar listo para superar esas situaciones y presiones del puesto.
-En una entrevista con “Locoxelrojo” te pusiste de jugador en un fútbol 5, ¿te hubiera gustado jugar en otra posición?
-Si, yo arranqué jugando, después un técnico me dijo que no me veía y me probó en el arco, me gustó y empecé a atajar, obviamente ya me gustaba. También siempre me gustó jugar, cuando armamos un fútbol con amigos yo no estoy en el arco. En una época jugaba de “5” en una categoría y en otra atajaba.
-Volviste a Independiente por la llamada con (Gabriel) Milito, ¿A un jugador esas acciones le llegan más?
-Después de jugar en Central Córdoba decidí retirarme y cuando volví a Buenos Aires me llamó para completar el plantel como tercer arquero, y obviamente es imposible decirle que no a una propuesta de Gabi en el club que me había formado como jugador. Pasó lo mismo con Fernando (“Bocha” Batista), yo trabajé con él en Argentina y me llamó para Venezuela.
La intención antes de cancelar su retiro y volver a Independiente era regresar a la capital del país para iniciar su preparación como entrenador de arqueros. Recibió el llamado de Martín Tocalli para ser parte del proyecto del departamento de arqueros de la selección argentina, empezó en el Sub 20 y Sub 23, e integró el cuerpo técnico que viajó al Mundial de Catar 2022.
-¿Ya tenías decidido ser entrenador de arqueros? Porque tenés el curso de técnico.
-Uno a cierta edad ya se pone en la cabeza de los entrenadores y yo lo tenía claro, no tuve mucho tiempo para prepararme porque me salió el trabajo en Tigre. A medida que van pasando los años uno va aprendiendo, se va capacitando y ganando experiencia. No descarto en un futuro ser técnico, pero por ahora disfruto del momento y estoy bien en la función que cumplo.
-¿Estás cómodo en Venezuela?
-Somos muchísimos argentinos trabajando ahí en el cuerpo técnico, la Federación le dió mucha libertad a Batista, por el nivel de la liga y la situación del país. Todos estamos trabajando de muy buena manera, la Sub 23 quedó a un partido de ir a los Juegos Olímpicos, y los chicos lo van a hacer bien en el Sudamericano Sub 20 de enero.