Por Nicolás Martini
César La Paglia ejecutó el córner y tiró un centro pasado que parecía inofensivo, pero el peligro volvió a la jugada con el salto de Christian Dollberg, quien cabeceó la pelota al borde del área chica. Un joven de 1,84 m y cabello enrulado, que debutaba en la Primera de Boca, se elevó y con un frentazo convirtió el 2 a 1 parcial frente al local Unión de Santa Fe por la fecha 19 del Clausura 99. Ese comienzo prometedor aquel sábado 19 de junio de 1999 no fue más que una ilusión que se esfumó por la patria potestad, que envió sin escalas de Boca al Milan a un Fabricio Coloccini de apenas 17 años.
Veinticinco años después, Coloccini volvió a vestirse de azul y amarillo, pero como ayudante en el cuerpo técnico de Fernando Gago, entrenador de Boca. El exfutbolista Osvaldo Coloccini, padre y representante de Fabricio, había roto su relación con Mauricio Macri, presidente de Boca entre 1995 y 2007, por haber llevado a Milán a su hijo, sin dejarle un peso al club y le cerró las puertas a una posible vuelta como jugador. El conflicto parece haber quedado atrás y Fabricio Coloccini volvió al club donde había debutado como jugador, para mostrar las armas que consiguió en su trayectoria en Milan, Atlético Madrid, Newcastle y Villarreal, equipo en el que entabló una gran relación con el actual presidente de Boca, Juan Román Riquelme, a quien conoce de las inferiores de Argentinos y del Xeneize.
Coloccini tuvo su primera experiencia como director técnico en la selección de Venezuela Sub 20, que venía de dos subcampeonatos en el Mundial Corea del Sur 2017 de la categoría y en el torneo Sub 21 Maurice Revello, en el que fue dirigida por Fernando Batista. El cordobés no pudo estar a la altura de los últimos logros de La Vinotinto y ganó solo cuatro encuentros de los 14 que dirigió entre abril de 2022 y marzo de 2023. Los escasos pergaminos como entrenador no fueron un problema para que Gago, quien lo dirigió 12 partidos en Aldosivi, lo sumara a su cuerpo técnico en Chivas de Guadalajara a finales del 2023. Su paso por el club mexicano duró poco menos de diez meses, hasta que Gago ejecutó la cláusula de salida y se lo llevó de vuelta a La Boca tras la renuncia de Diego Martínez.
Con una extensa carrera como futbolista en la que disputó 668 partidos, Coloccini destacó por su liderazgo. Pablo Mouche, ex compañero en San Lorenzo y ex jugador de Boca, considera que Coloccini está a la altura de su nuevo desafío como ayudante de campo: “Se preparó para este momento; tiene un perfil de líder positivo que conocí cuando fue mi compañero. Además, es una gran persona y se merece esta oportunidad; espero que pueda cumplir con todos los objetivos que tiene en mente”. Durante su paso por San Lorenzo, Coloccini comenzó el curso de entrenador, por lo que su deseo de dirigir ya había empezado cuando era jugador, algo que le inculcó su padre Osvaldo, quien también fue director técnico.
Su paso por clubes importantes de Europa y los 38 partidos que jugó con la Selección Argentina, en la que disputó el Mundial Alemania 2006, le permitieron tener grandes entrenadores como referentes. Debutó en Primera al mando de Carlos Bianchi en Boca; en Milan lo dirigió el técnico más ganador de la historia de la Champions, Carlo Ancelotti, quien lo veía como futuro reemplazante de la dupla Alessandro Costacurta y Paolo Maldini, pero el peso específico de esos nombres lo hizo buscar otros rumbos. En el Atlético Madrid fue dirigido por Luis Aragonés, ganador de la Eurocopa 2008, que inició el camino de la generación española que logró el Mundial de Sudáfrica 2010.
El retorno del hijo pródigo a Boca comenzó con el pie izquierdo en la derrota por 3 a 0 frente a Tigre en Victoria por la fecha 18 de la Liga Profesional de Fútbol, en el estreno de Gago al mando del Xeneize. El momento de mayor protagonismo de Coloccini surgió en su charla con Milton Giménez, quien no lograba comprender sus indicaciones. Coloccini se mostraba inseguro al explicar dónde debía pararse el delantero, que estaba por ingresar. Las dudas crecieron a su alrededor a partir de aquella situación en la que se expuso su inexperiencia como ayudante de campo, pero será cuestión de tiempo saber si esa confusión será un reflejo de su nuevo ciclo en Boca o si, con el correr de los partidos, logrará acabar con las dudas y revertir la discreta imagen que dejó en el club en su paso como jugador.