sábado, noviembre 23, 2024

Matías Lescano y el fútbol cuando la plata no alcanza

Por Maitén D’Alessio Rodolico

 

Es una utopía pensar que, si un pibe llega a Primera, estaría salvado económicamente. Los autos de lujo, las casas gigantes y los botines importados son sólo una realidad para aquellos jugadores que lograron alcanzar la máxima categoría del fútbol argentino.  Matías Lescano, quien vistió la camiseta de ocho clubes del ascenso, es el arquero titular de Deportivo Berazategui y lo confirmó, sin escrúpulos, desde la tribuna naranja de su estadio: “El sueldo no alcanza, y menos en este último tiempo”.

“En la C tenemos las mismas condiciones de contrato que en el fútbol femenino, y si querés independizarte necesitas trabajar de otra cosa, además del fútbol”, explicó el arquero que hizo las inferiores en el Club Comunicaciones pero logró debutar en primera en Deportivo Leandro Alem. En un principio, la salida la encontró en el negocio familiar: “Mi viejo es mecánico dental y yo trabajaba con él; entrenaba a la mañana y después me iba seis horas al consultorio donde lo ayudaba a construir las piezas”.

En su carrera, pasó por Comunicaciones, Alem, Excursionistas, Luján, Deportivo Español, Riestra, Ituzaingó y Berazategui. “A lo largo de todos estos años escuché todo tipo de historias: gente que tuvo que dejar el fútbol, compañeros que perdieron en laburo, otros que venían sin dormir porque trabajaban de noche y llegaban al club muertos”, relató Lescano. Luego, comentó que la irregularidad del fútbol, sobre todo de los horarios de partidos, es muy difícil de compatibilizar con un trabajo formal o una carrera universitaria. Los emprendimientos personales “son el camino más elegido por los futbolistas para poder sobrevivir”.

En 2012, mientras jugaba en Deportivo Riestra, su vida estuvo a punto de cambiar. “El presidente del club me dijo ‘no te vayas, quedate que va a pasar algo grande, va a venir un inversor que le va a aportar mucho al club’”, recordó el arquero de 37 años, y agregó: “La verdad es que los futbolistas de ascenso estamos acostumbrados a que nos mientan mucho los dirigentes y, entonces, no le creí”. Meses más tarde, en plena pretemporada en Ituzaingó, sus ex compañeros le contaron que tenían “los sueldos al día”,y les daban “botines y premios todos los fines de semana”. “En ese momento, me quería matar”, confesó entre risas.

Este año, Lescano fue padre por primera vez de su hijo Mateo. Por la mañana entrena en el predio de Berazategui y las tardes se las reparte entre sus clases en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde estudia la Licenciatura en Actividad Física y Deporte, y el Club Alvear, dónde es entrenador de arqueros de la primera división de futsal.  “Estudio para que cuando me retire como jugador, pueda seguir ligado al deporte”, concluyó el arquero, quien además hizo el curso de director técnico en AFA.

Como referente en el plantel del Naranja, siempre intentó transmitirle a los más jóvenes del equipo sobre la importancia de estudiar y formarse, puesto que “la carrera de futbolistas es muy corta y la vida sigue, o  arranca y hay que estar preparado”. “La famosa movilidad ascendente es a partir del estudio”, concluyó.

En paralelo con el fútbol, Lescano comenzó a transitar su camino en la militancia peronista. Nunca escondió sus convicciones, incluso cuando algunos dirigentes le negaron que se expresara. “Un 24 de marzo quise salir con una remera que decía ‘Nunca Más’ y no me dejaron. Cuando terminó el partido con el preparador físico fuimos a buscarla y nos sacamos una foto en la cancha”, dijo sobre su paso por Luján.

Toda la vida profesional la disputó en el ascenso, y salvo en determinadas situaciones, su militancia no le jugó en contra. “Creo que en otro nivel exponerte es más complicado porque hay más repercusión y contratos con sponsors que te limitan”. En 2019, en plena campaña electoral de la fórmula Alberto Férnandez y Cristina Kirchner, Matías junto a otros y otros futbolistas formaron la agrupación “Futbolistas Unidxs” con el fin de “inclinar la balanza”. Después del triunfo electoral, la agrupación continuó y realizó actividades sociales en barrios populares. Sin embargo, confesó: “Con el diario del lunes estoy desilusionado a nivel político y ciudadano. Tiempo después tuve que dar la cara con los vecinos y con los barrios a los que iba a militar, porque las cosas no funcionaron y muchos políticos fallaron”.

“Suena feo pero a veces, pareciera como si el entorno quisiera que el futbolista no piense, desde afuera se impone que debemos entrenar, jugar y nada más”, expuso y argumentó: “La verdad es que somos todos personas, con conciencia de dónde venimos, que en su mayoría son barrios populares producto de una sociedad golpeada, pero cuando uno intenta opinar desde un lado partidario, se lo señala. Creo que todos tenemos un pensamiento; yo me siento identificado por un sector y siempre voy a intentar inclinar la cancha para ese lado”.

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