martes, octubre 22, 2024

Las pibas del Sub 20 y una clasificación histórica

Por Pietro Geloso, Valentina Rossolino

La Selección Femenina Sub-20 de Argentina ha logrado lo que parecía imposible: avanzar a los octavos de final de una Copa del Mundo por primera vez en la historia. Este hito no es solo un triunfo deportivo, sino también un mensaje claro para aquellos que, durante años, dejaron de lado y no quisieron darle visibilidad al fútbol femenino. 

A pesar de las dificultades, las jugadoras nunca bajaron los brazos. Con menos recursos, menos apoyo y más obstáculos que los varones, siguieron adelante con el objetivo de crecer en este deporte que tanto amán.

Este logro no es casualidad ni se dio de un día para el otro. Es el resultado de años de esfuerzo colectivo, en el que los clubes de barrio jugaron un rol fundamental. En esos espacios humildes, donde muchas de estas jugadoras dieron sus primeros pasos, se forjaron como futbolistas y como personas. Es en los potreros y en las canchitas del barrio donde aprendieron lo que significa meter la pierna fuerte, levantarse después de una patada, bancarse las adversidades y seguir soñando. Allí compartieron ilusiones con otras chicas que también luchaban con el mismo objetivo: llegar lejos en el fútbol.

Es la cuarta participación de Argentina en un Mundial femenino Sub-20. Por primera vez, el equipo ha superado la fase de grupos y, además, lo hace con un extra sabor a victoria, ya que hacía más de cuatro mundiales que no lograba clasificar. La última participación antes de clasificar para Colombia 2024 había sido en Japón 2012. En ese torneo, la albiceleste había cosechado tres duras derrotas en la fase de grupos y había terminado como el equipo con el peor desempeño, según las estadísticas.

Cada vez que revisamos los sucesos pasados, se magnifica aún más el sacrificio y la garra de estas jóvenes. Las pibas lograron hacer HISTORIA; no hay otra manera de definir la actuación de la selección albiceleste Sub-20 en esta gran competencia.

Para el pueblo argentino, el fútbol femenino está comenzando a ganar su terreno y respeto. Ellas, como tantas otras que se pusieron los botines y salieron a la cancha, han demostrado una lucha constante. Supieron enfrentar críticas y superar muchas situaciones polémicas. Hoy, a esta selección de guerreras se le ha premiado con un hecho histórico.

Su papel está más que cumplido y el recorrido en este Mundial ha llegado a su fin, pero el sueño de seguir avanzando en sus carreras sigue vivo en cada una de ellas. Este es solo el comienzo de un futuro lleno de oportunidades, y con la misma pasión y perseverancia que las trajo hasta acá, continuarán conquistando nuevos horizontes dentro y fuera de la cancha.

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