domingo, noviembre 24, 2024

Vicó: “En dos ocasiones estuve muy cerca de dirigir a Huracán, pero como no uso saco y corbata quedé afuera”

Por Vicente Moreyra 

Dirige al Tricolor desde 2009, vive en las instalaciones del club y es el técnico más longevo de la historia del fútbol argentino. Desde que asumió el cargo, logró ascender a la B Nacional en dos ocasiones, las únicas que el club lo consiguió. Lo que lo llevó a ser un hombre reconocido en la B Nacional y tener ofertas de equipos en Primera División.   

-¿Cómo llegaste a dirigir a Brown?

-Fue una casualidad, yo trabajaba en el Hospital Lucio Meléndez cuando Juan Vairo, quien era coordinador del Lucio y Presidente de Brown, sabía que yo había jugado en Brown y mi historia futbolística me propuso ser entrenador de arqueros para la primera división, para trabajar con Vicente Cristofano. Luego me ofreció el Baby Fútbol del Club y nuevamente acepté. Después de eso, me dijo que vaya a estudiar, al principio lo dudé, pensé que ya estaba grande, pero terminé yendo al curso de técnico. Los primeros meses me los pagó él, luego de 2 años estudiando y laburando en el club me llegó la oportunidad de agarrar las divisiones inferiores y ahí fue donde comencé a prepararme.

 


Antes de vivir en el club, Don Ramón ya había tenido una etapa en Brown, pero como futbolista. Cuando un exdirigente lo vio jugando un partido en el barrio de Mármol por plata y le ofreció empezar a entrenar con el equipo que en ese momento militaba en el Nacional D y dar sus primeros pasos como futbolista a los 21 años.  

 

-¿Cuándo llegó la oportunidad de agarrar Primera División? 

-Yo había hecho varios interinatos en el equipo, pero en el 2009 cuando se va Juan Carlos Kopriva, me propusieron agarrar el equipo con 12 fechas por jugar antes de que termine el torneo. Ahí fue cuando le dije que me diera la chance para terminar el campeonato y si veía que tenía las condiciones para seguir, que me oficialice como técnico y sino que me peguen un voleo. Gané cuatro, empate cuatro y perdí cuatro. Luego de eso conformé un nuevo equipo con un nuevo cuerpo técnico.

“Huracán es el sueño a cumplir que tengo antes de morirme”.

 

-¿Cómo fue ese primer torneo completo?

-Nos largamos con la propuesta que de base yo tenía que hacer 26 puntos por semestre, hice 24. Pero fueron a una votación y me dejaron continuar. Ya para el segundo hice 42 puntos. Ahí empezó el entusiasmo mío para ser campeón y ascender, pero acá me decían que era imposible, que no se podía. Pero yo estoy convencido de que con trabajo y honestidad todo se puede.

-Al año siguiente tuvieron una campaña muy buena. ¿Fue la mejor?

-Sin dudas, comparaban nuestros números con los del Barcelona: Los puntos, los goles y el estilo de juego de ambos equipos. De ahí salió la famosa frase del Barca de la B, después de que dijieron eso nos empezó a ir mal. Pero esa temporada es un verdadero orgullo, logramos ser el equipo más goleador del fútbol argentino con un total de 78 goles en un año. Le hacíamos entre cinco y seis goles a todos los rivales. Hay una anécdota frente a Temperley que termina el primer tiempo 3 a 0 y se me arrima el técnico de ellos y me dice: “No sé qué carajos decirles”.  

-Esta temporada parecía que Brown entraba al reducido, pero de los últimos 5 el equipo perdió 4 ¿qué pensas que faltó en ese último tramo del torneo? 

-Fue un dolor terrible, pero yo la mierda me la limpio en la pileta de mi casa, no la saco a relucir. Creo que con eso te digo todo. 

-¿Qué es lo más lindo que te pasó en tantos años en el club?

-El cariño de la gente, el año pasado me tocó perder 11 partidos seguidos y entraba a la cancha con la gente de pie aplaudiendo. Yo los miraba y decía: “que pelotudos que son, me tendrían que estar puteando”.

 


El amor de la gente hacia el Bigotón no se refleja en las tribunas, ya que el Buffet del club, una plaza en Rafael Calzada y hasta una calle del barrio cerrado “Altos del Mar Golf” en San Clemente del Tuyú llevan su nombre en modo de homenaje.

 

-Después de tantos años en la institución: ¿Sos más hincha de Brown o de Huracán?

-De los dos. A ambos los llevo tatuados en la piel, Brown me da de comer y estoy totalmente agradecido de esta familia y Huracán es el sueño a cumplir que tengo antes de que me muera, cuando voy a la cancha la gente es locura conmigo

-¿Sentiste cerca la posibilidad de dirigir al Globo?

-Si, dos veces. Pero entró un representante que más vale perderlo que encontrarlo y puso su gente. Yo quedé afuera porque no uso saco y corbata.

-¿Tenés pensado irte de Brown en algún momento? 

-Si es para dirigir una primera división me encantaría. El presidente mismo me pegaría un voleo en el orto y me diría que vaya. Tuve un montón de propuestas para irme, pero cuando nos sentamos en una mesa chica y le preguntó al dirigente por su idea y el porqué me quiere contratar. Me mira como si estuviera loco y me dice “Partido tras partido”. Deja que me quedo en Brown que tengo la espalda para perder 15 seguidos.

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