Por Facundo Novo
La Selección Argentina volverá a jugar una final del mundo luego de ocho años. El equipo dirigido por Lionel Scaloni goleó a Croacia por 3 a 0 y disputará este domingo el partido definitorio ante el ganador de Francia y Marruecos que se enfrentarán este miércoles. El equipo demostró que es un justo finalista, y en gran parte es por la figura de Lionel Messi. El alma, el corazón y la bandera de este seleccionado se ven representados en la camiseta número 10. Aquella con la que Diego Maradona levantó la Copa en 1986, Messi puede repetir la hazaña en cinco días.
Si hablamos de marcas, es insuperable. Máximo goleador del Mundial con cinco goles, máximo asistente con tres pases gol y cuatro premios al jugador del partido. Había marcado y asistido en grupos y había convertido un tanto en octavos. En cuartos: un gol y una asistencia. En la función de hoy metió un penal y asistió dos veces, la segunda un poema. Tras este partido rompió récords: superó a Gabriel Batistuta como el máximo goleador argentino en la historia de los mundiales con 11 tantos, se convirtió junto a Lothar Matthäus en el jugador con más partidos en la Copa del Mundo con 25 (este domingo romperá esta estadística con su encuentro 26) y con 20 en total, logró transformarse en el futbolista con más goles y asistencias en la historia de los Mundiales.
Pero si describimos del mejor jugador del mundo, no podemos recalcar simplemente los números y las estadísticas. Porque lo que genera Lionel con la camiseta albiceleste abarca mucho más. A pesar de estar tocado en el posterior izquierdo, Messi jugó un partido en el que luchó, metió, gambeteó y participó en los tres tantos argentinos. En nada más y nada menos que una semifinal de un Mundial, armó una jugada en la que “bailó” al defensor revelación del certamen: Joško Gvardiol. El enmascarado salió a marcarlo en mitad de cancha y terminó recibiendo amagues una y otra vez del 10, quién levantó la cabeza y encontró a Julián Álvarez, quien convirtió su segundo gol. El ex jugador del Barcelona despertó emociones en compañeros y en la gente con un partido que será recordado por mucho tiempo en los corazones de todos los argentinos.
Luego de la victoria, Messi consiguió su cuarto premio al jugador del partido y gracias a esto se convirtió en el segundo futbolista en la historia de los mundiales en ganar esta cantidad de reconocimientos al Jugador Más Valioso (MVP) en una sola edición. ¿El anterior? El mismo Lionel en 2014. Sin embargo, tras recibir el reconocimiento comentó: “Hoy Julián (Álvarez) es un destacado por encima de todos, hizo un partido extraordinario, abrió el partido y se dio con todos. Este premio se lo merece él”.
Superó a Batistuta como el máximo goleador argentino en los mundiales con 11 tantos y se convirtió junto a Lothar Matthäus en el jugador con más partidos en la Copa con 25.
“Lo dijimos al principio cuando nos tocó empezar perdiendo, que confíen porque sabemos lo que somos y lo que este grupo puede llegar a dar. Argentina vuelve a estar en una final de una Copa del Mundo y eso hay que disfrutarlo. Sabíamos que no éramos los máximos candidatos, pero no le íbamos a regalar nada a nadie”, concluyó el capitán de la Selección Argentina.