Por Sebastián Pardal
ATENCIÓN, se va adelantar ´Chori´, Ooortigooozaaa, gooooooooool de San San San Lorenzo, 36 minutos del primer tiempo, San Lorenzo 1, Nacional de Paraguay 0”. – Mariano Closs (FOX Sports)
Es 13 de agosto de 2014. El Ciclón de Boedo se consagra por primera vez campeón de la Copa Libertadores y su presidente, Marcelo Tinelli, declara en el medio de los festejos: “Somos los responsables del mejor momento de San Lorenzo en su historia”. Hoy, a casi ocho años de aquella conquista, los socios concurren al Estadio Pedro Bidegain para expresar su repudio por la crisis deportiva y exigir elecciones adelantadas para el 17 de diciembre, un año antes del final del mandato de las actuales autoridades.
Hace diez años San Lorenzo estaba muy comprometido con los promedios. En ese momento, el presidente del club era Carlos Abdo. Luego de los torneos Apertura y Clausura 2012, el Ciclón quedó en puestos de promoción y tuvo que jugar una serie frente a Instituto de Córdoba para mantener la categoría. El equipo dirigido por Caruso Lombardi logró mantenerse en Primera ya que ganó 2 a 0 de visitante y empató 1 a 1 de local, con un gol de penal de Néstor Ortigoza, quien había llegado en el mercado de pases anterior.
Luego de aquella definición, el presidente Abdo renunció a su cargo. El 1 de agosto de 2012, Matías Lammens asumió en forma interina la conducción de San Lorenzo, elegido por una asamblea de socios y con el 80.5% de los votos, días después de que se provocara una profunda crisis interna. La dupla Lammens–Tinelli terminó el mandato que le correspondía a Abdo y fueron elegidos nuevamente en las elecciones por el 82.76% de los votantes en septiembre.
La llegada de la dupla empresaria al poder dirigencial, Tinelli con el espectáculo y Lammens con la distribución de bebidas alcohólicas, trajo como consecuencia una inversión económica, que se reflejó en refuerzos importantes para la cosecha de títulos. Juan Antonio Pizzi fue el primer director técnico elegido por Tinelli. En la temporada 2013/2014 hubo una limpieza de 21 jugadores y llegaron como refuerzos Sebastián Torrico, Mauro Cetto, Ignacio Piatti, Juan “Pichi” Mercier, Mauro Mattos, Martín Cauteruccio, Julio Buffarini y otros 15 jugadores que fueron claves para que San Lorenzo sea campeón del torneo Inicial 2013. Tras la coronación, Pizzi tuvo una oferta de renovación con el Ciclón, pero eligió la propuesta del Valencia de España.
El designado para reemplazar a Pizzi fue Edgardo Bauza, quien alcanzó el máximo anhelo de los hinchas con la obtención de la Copa Libertadores 2014 y tuvo una récord de 46 victorias, 20 empates y 33 derrotas (53% de efectividad). Gonzalo Prósperi, defensor de aquel plantel campeón, destaca la mayor virtud de Bauza: “El Patón es el mejor armador de grupos del mundo. El clima positivo que teníamos en el vestuario era más importante que cualquier virtud táctica”.
Después de ser campeón de América, San Lorenzo llegó a lo más alto del mundo y disputó la final del Mundial de Clubes frente al Real Madrid en Marruecos. Aquel partido fue derrota 2 a 0, pero el Ciclón seguía con la posibilidad de competir en todos los torneos que afrontaba, algo que hoy no puede conseguir. En octubre de 2015, Bauza decidió renunciar tras ser subcampeón del torneo que ganó Boca. “Mi ciclo como DT de San Lorenzo llegó a su fin. Estoy muy agradecido a este club y nada de lo que logramos fue casualidad. Soy de los que piensan que los ciclos empiezan y tienen un final. Es el momento indicado para que el plantel tenga otra voz, otro discurso”, se despidió el Patón en conferencia de prensa.
Aquel subcampeonato le dio la posibilidad a San Lorenzo de jugar la Supercopa Argentina 2015, ya que Boca también había ganado la Copa Argentina. El técnico seleccionado para reemplazar a Bauza fue Pablo Guede, quien asumió en enero de 2016 y, un mes más tarde, se consagró campeón en Córdoba tras ganarle al Xeneize por 4 a 0. Sería el último que ganaría San Lorenzo. El ciclo Guede había comenzado con un título y con buenos resultados, a pesar de la derrota con Lanús en la final del torneo Final 2014.
Pero todo se iba a terminar, ya que la dirigencia decidió renovarle el contrato al mediocampista Juan Mercier sin tener el aval del entrenador, lo que derivó en su renuncia. “Tomé una decisión distinta a la del club. Ellos le renovaron a un jugador que yo no quería. Mis diferencias con Mercier fueron personales y profesionales, por eso decidí dejar mi cargo”, dijo Guede. Las decisiones de la dirigencia empezaban a reflejarse en lo deportivo.
Llegaron las elecciones de 2016. La dupla Lammens-Tinelli, que se autoconsideraba “la mejor de la historia” se presentó para la reelección y, con los títulos obtenidos tan recientes, arrasaron con el 88% de los votos. César Francis, dirigente opositor de Volver a San Lorenzo, se expresó sobre su participación en aquellos comicios: “Aquel año fui la única voz institucional que se opuso; todos estaban cegados por los triunfos, pero no veían el peligro que podía traer a futuro tener como máximas autoridades a gente que sólo le importa el poder personal”.
El siguiente paso del club en 2016 fue buscar entrenador y el que asumió fue Diego Aguirre. Logró mantener la competitividad a pesar de no cosechar títulos. Tuvo una efectividad del 58% en 57 partidos, pero la eliminación en cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Lanús marcó el final de su ciclo. Este es el momento donde se marca un quiebre en la historia reciente de San Lorenzo. Luego de la salida de Aguirre, Claudio “Pampa” Biaggio asumió primero como interino y después como técnico oficial. Como entrenador dirigió 43 partidos y obtuvo una efectividad del 54% de los puntos. Hoy, a la distancia, Biaggio hace un análisis de aquel ciclo: “Se me exigía pelear campeonatos, pero hay que decir que me devaluaron el plantel; se fueron Buffarini, Ortigoza, Emmanuel Más, Cauteruccio y muchos más que no fueron reemplazados con la misma jerarquía”.
Las alegrías comenzaron a quedar lejos y el infierno estaba cada vez más cerca. Biaggio fue el último entrenador en durar más de un año y medio en el cargo. El sucesor fue Diego Monarriz, quien era el técnico de la Reserva, y tuvo que ser técnico interino en cuatro oportunidades desde 2018 hasta 2021. Desde aquella Superliga 18/19 pasaron: Jorge Almirón, el regreso de Pizzi, la dupla de la secretaría técnica Leandro Romagnoli–Hugo Tocalli, Mariano Soso, Diego Dabove, Paolo Montero y Pedro Troglio. Ninguno pudo sostenerse más de 30 partidos en el cargo de director técnico de San Lorenzo.
Mariano Soso, quien asumió justo antes de la pandemia en 2020, renunció a su cargo en enero de 2021 luego de dirigir apenas 11 partidos. La caída por goleada ante Banfield y la pelea en el vestuario entre los hermanos Romero y Fernando Monetti terminaron acelerando la salida del técnico. “San Lorenzo era un descalabro impresionante, no podía mantener la armonía de un vestuario ni llegarles a los jugadores por muchas cuestiones extradeportivas, así era imposible seguir”, confiesa el actual entrenador de O’Higgins de Chile. Así, no había San Lorenzo que aguantara.
Uno de los factores que metió al Ciclón en este escenario oscuro fue la falta de atención. La mala toma de determinaciones en los mercados de pases, con gran cantidad de altas y bajas en cada ventana del libro, comenzó a desestabilizar a la economía. La política de contrataciones fue fallida hasta principios de este año. Se incorporaron futbolistas que no cambiaron la ecuación y que taparon a muchos pibes que hoy dan la cara.
La decisión de Lammens de meterse en la política nacional, como Ministro de Turismo y Deportes, repercutió en el club porque la atención de quien en ese momento era el presidente de la institución quedó dividida. Tinelli, entonces, tomó las riendas. Después de varias charlas y de analizarlo hasta último momento, confirmó su candidatura y arrasó en las urnas en 2019 con el 80% de los votos. Pero su gestión no logró repuntar lo que ya venía en caída, por el contrario. La pandemia profundizó todos los males. Al regresar a la televisión presentó el pedido de licencia que molestó a los hinchas y los terminó de impacientar con su posterior renuncia el 30 de abril.
Horacio Arreceygor quedó como presidente tras el portazo de Tinelli. El último balance oficial del club arrojó un pasivo de 4.627.387.631 de pesos, que bajó un 22% (era de 5.916.119.450) con respecto al ciclo anterior. Sólo el 16% se encuentra en moneda extranjera. El patrimonio neto es de 1.849 millones de pesos. En tanto, el presupuesto del fútbol se redujo un 37%: de 4.455 millones a 2.795 millones de pesos. Carlos Rosales, tesorero actual de San Lorenzo, acusa que existían “contratos impagables” como los de los hermanos Romero (cada uno costaba un millón de dólares por año) y Franco Di Santo. estaba atado a un dólar variable. Hoy, según aseguran desde el club, el costo del plantel que implicaba un presupuesto mensual de 1 millón de dólares decayó a “500 mil dólares a valor oficial”.
Otro inconveniente son los contratos privados que se les firmaron a algunos futbolistas bajo la gestión de Tinelli, que causaron conflictos, como el de Alejandro Donatti. El defensor decidió no jugar más en San Lorenzo y ausentarse a los entrenamientos en señal de protesta ya que reclama la parte de su salario que acordó con Tinelli. Algo que desde San Lorenzo confirman que no van a pagar. Se rescindió además el contrato con el club a los Romero, Diego Rodríguez, Diego Braghieri y Monetti, entre otros. Algunos a cambio de lo adeudado y otros pactando un plan de pagos, como los hermanos paraguayos.
En 2022, la eliminación en 32avos de final de la Copa Argentina frente a Racing de Córdoba derivó en la salida del entrenador Troglio, pero también en la de Mauro Cetto. El mánager había asumido en junio de 2021 y, al igual que con los entrenadores, a San Lorenzo también le cuesta mantener a los que deberían ordenar el fútbol. “Cuando supuestamente sos el encargado de tomar decisiones y los directivos no te dejan decidir sobre lo que trabajaste mucho tiempo, hay que dar un paso al costado, no voy a hacer la plancha con un cargo en San Lorenzo, no soy así”, dice Cetto, exjugador de San Lorenzo.
Matías Caruzzo, quien jugó en San Lorenzo entre 2015 y 2018, fue contratado el 10 de mayo de 2022 como coordinador del fútbol profesional. Tras la renuncia de Troglio y el corto interinato de Fernando Berón, la siguiente misión era encontrar un nuevo técnico. Le ofrecieron el cargo a Hernán Crespo, Gabriel Heinze y hasta Javier Mascherano, pero el único que aceptó hacerse cargo fue un ídolo de la institución: Rubén Darío Insúa.
El Gallego Insúa fue el designado para intentar salir del infierno y volver al cielo, con la clasificación a la Copa Sudamericana 2023, la misma que logró conquistar en 2002. Lo consiguió con un plantel conformado por el 70% de juveniles, que ya mostraron ser muy interesantes, como Fernández Mercau (hoy en Elche), Agustín Martegani (categoría 2000) o Agustín Giay (2004). Todos chicos surgidos de las inferiores, que contaron con el aporte de la experiencia de Cristian Zapata, Adam Bareiro, Ezequiel Cerutti y Néstor Ortigoza, quien regresó al club el año pasado desde Estudiantes de Río Cuarto y finalizado el campeonato se retiró del fútbol junto a Torrico en una fiesta inolvidable para los hinchas del Ciclón.
El estadio Nuevo Gasómetro, que fue testigo del mayor logro deportivo de San Lorenzo hace casi ocho años, hoy escucha cómo los socios de San Lorenzo cantan “vamos, vamos los pibes”, y esperan las elecciones anticipadas para no repetir en 2023 el sufrimiento del 2012 con los promedios.