Por Mateo Basta
Este proceso comenzó con el interinato de Lionel Scaloni, y derivó en la obtención de la Copa América 2021. Pero, puede ser llamado proceso justamente porque logró superar la barrera del resultado: antes de una Copa América exitosa, hubo derrotas, aprendizajes y un camino lleno de sucesos que contribuyeron para conformar este equipo, que a base de esfuerzo y trabajo permite soñar en grande.
El mayor acercamiento de Scaloni a la Selección argentina había sido formar parte del cuerpo técnico de Jorge Sampaoli. Pero, tras su despido después de lo sucedido en el Mundial de Rusia 2018, el nacido en Pujato se convirtió en el entrenador interino, con Pablo Aimar y Walter Samuel como asistentes.
Su asignación generó más dudas que certezas, debido a que su arribo como técnico principal de Argentina llegó después de la decepción que significó la participación. Era un momento de muchas incógnitas, pero en medio de eso, Scaloni ocupó un puesto que pocos estaban dispuestos a asumir.
Su primera medida al mando de la selección fue renovar el plantel. Su lista inicial de convocados mostró la ausencia de algunos jugadores que contaban con mucho rodaje en la Albiceleste, como Gonzalo Higuaín, Javier Mascherano, Éver Banega, Lucas Biglia, Ángel Di María y Sergio Agüero. A su vez, aparecieron algunas caras nuevas, como es el caso de Leandro Paredes, Exequiel Palacios, Lautaro Martínez y Ángel Correa, entre otros.
Durante el tiempo que duró su interinato jugó seis partidos amistosos, sin Lionel Messi, y venció a Guatemala, México (dos veces) e Irak; empató ante Colombia y perdió contra Brasil. Esto fue suficiente para Claudio Tapia, presidente de la AFA, que el 29 de noviembre de 2018 lo reafirmó en el puesto y lo convirtió oficialmente en el entrenador de la Selección argentina. A su cuerpo técnico se sumaron Roberto Ayala y Diego Placente, que lo acompañaron junto a Samuel y Aimar.
Su primer desafío oficial fue la Copa América de 2019, en la que Argentina quedó eliminada ante Brasil en semifinales, y alcanzó un tercer puesto tras vencer a Chile. Scaloni tuvo sus primeros aciertos: ratificó a Nicolás Otamendi y Di María; asentó como titulares y pilares del mediocampo a Paredes y Rodrigo De Paul; y le dio lugar a Giovani Lo Celso y Lautaro Martínez. Su desempeño en la Copa alcanzó para que nuevamente se confíe en él, y se ganó la continuidad en el cargo hasta las Eliminatorias de Qatar 2022.
La selección cosechó varios triunfos en los partidos clasificatorios de CONMEBOL de cara al Mundial de este año. Y con un grupo cada vez más unido enfrentó la Copa América de 2021 en Brasil. Scaloni sumó nuevos jugadores a la convocatoria, y le dio la titularidad a futbolistas que no habían figurado o sido relevantes en la anterior Copa América, entre ellos: Dibu Martínez, Cuti Romero (que alternó el puesto con Pezzella), Di María, Nicolás González y Lautaro Martínez.
El rendimiento del seleccionado fue de menor a mayor. El equipo se afianzó con el pasar de los partidos y, con un nivel destacado de Lionel Messi, culminó la competencia en lo que es -hasta el momento- la cumbre del ciclo Scaloni: la obtención del título, después de 28 años sin poder conseguir ninguno. Tras vencer en la final a Brasil, en el Maracaná, con gol del Fideo, Messi pudo levantar su primera copa oficial con la selección Mayor de fútbol.
Con un plantel cada vez más consolidado, Argentina reiteró buenos partidos en las Eliminatorias, y se clasificó para el Mundial de Qatar 2022 el 16 de noviembre de 2021, cuando aún faltaban cuatro encuentros por jugarse. Ninguna selección cuenta con una clasificación más temprana para una Copa Mundial de FIFA.
Producto de los buenos resultados, de haber conformado un equipo que viene en alza y de su afinidad con los jugadores, Chiqui Tapia anunció la renovación de Scaloni hasta 2026. Su equipo perdió por última vez ante Brasil, por 2 a 0 en la semifinal de la Copa América 2019, y desde entonces acumula un invicto de 35 partidos. La Selección argentina tendrá su debut mundialista el 22 de noviembre de este año, cuando enfrente a Arabia Saudita (después México, el 26; y Polonia, el 30).
El final podrá generar felicidad o disconformidad, pero de ninguna forma debe borrar este proceso que tiene a Scaloni como cabeza de grupo, aunque sus formas demuestren que es simplemente uno más. Continuamente se puede construir una nueva historia, siempre y cuando haya una base sólida y confiable sobre la que se pueda edificar. Una selección renovada, un grupo en el que predomina la unión y la comunicación, un sentido de pertenencia; el resultado debe ser un punto y seguido, pero no un punto final.