Por Gonzalo Dopico
Comenzó su carrera en River Plate y fue ovacionado por un doblete a Boca, consiguió seis títulos e hizo 123 tantos con el Real Madrid, obtuvo el récord de mayor cantidad de goles en una temporada en la Serie A y se posicionó dentro de los diez máximos goleadores del Napoli, se fue a la Juventus siendo la transferencia más cara de un jugador argentino (90.000.000 de euros) donde ganó tres ligas y dos Copas Italia, se ubicó como quinto artillero de la selección argentina y comparte el podio junto a Diego Armando Maradona.
Con 34 años y jugando en el Inter de Miami, Gonzalo Higuaín anunció que finalizará su carrera futbolística, esa que al margen de sus goles y luces no siempre fue de la mano con el respaldo masivo del aficionado argentino, que simplemente se detuvo en las tres finales consecutivas que perdió con el seleccionado y las chances de gol que no pudo concretar en instancias decisivas. Las críticas despiadadas en las redes sociales fueron motivo de burla durante mucho tiempo y plantearon, incluso, la discusión en cuanto a su convocatoria por encima de otros jugadores. Esto provocó que luego de la eliminación de Argentina en la Copa del Mundo 2018, Higuaín decidiera cerrar un ciclo con el conjunto albiceleste y no volviera a formar parte de él.
La final de la Copa del Mundo 2014 y las finales de Copa América contra Chile en 2015 y 2016 disolvieron su relación con buena parte de los hinchas y no pudo defenderse por el lugar que ocupaba. “Vas por la calle, te insultan y no podes reaccionar, porque si lo haces la repercusión es el doble. Si perdés un partido importante o erras un gol, no podes salir a la calle. El jugador de fútbol vive condicionado por un resultado. Es un deporte, un trabajo, y no hay que confundir. Somos todos humanos”.
Por otro lado, el abordaje de la prensa sobre su rendimiento también formó parte de la masa que criticaba a Higuaín ya por fuera de los límites del respeto y, en repetidas ocasiones, a toda su camada dando a entender que no tenían nivel y que simplemente jugaban por ser amigos de Messi. En su caso, estaba en la mira de los medios cada vez que no convertía. “No sé si a veces el que habló mal de mí lo hizo por show, para vender, porque es fácil criticar o porque lo sentía. Yo siempre digo que la crítica, mientras sea constructiva y con argumentos futbolísticos, tiene todo el derecho de hacerse, si viene desde el respeto. Al que critica para herir, creo que no hay que darle mucha importancia”, declaró Higuaín.
“La gente no toma conciencia de eso, el hecho de cargar en cualquier ámbito deportivo, en un supermercado, ustedes en la prensa, hay muchos niños que no lo cuentan por miedo”.
El delantero decidió cerrar por completo sus redes sociales y aclaró que no volverá al país por cómo se encuentra la sociedad y porque quiere darle un buen futuro a su familia y su hija, intentando alejarse de eso. Dejó en claro que se sintió más reconocido en Europa que en Argentina, ya que, en su mirada, esperaban que le vaya mal y no se ponían contentos si le iba bien.
Debido a todo esto, Higuaín fue parte de varias entrevistas en donde reflexionó sobre lo sucedido e hizo visible la gravedad del bullying en un mundo donde todo se toma a la ligera y no se le da importancia a cómo esto afecta a muchas personas. “La crítica feroz está a la orden del día y es normal, la sufren millones de personas que no lo comunican y se convierte en una carga que puede producir la muerte. La gente no toma conciencia de eso, el hecho de cargar en cualquier ámbito deportivo, en un supermercado, ustedes en la prensa, hay muchos niños que no lo cuentan por miedo y toman una decisión drástica”, sostuvo el Pipita, ese que dejó goles y también un mensaje contundente sobre la sociedad futbolera.