jueves, noviembre 21, 2024

17 de junio, fecha de batallas para la Tricolor

Agustín Loza @agustinloza25

El gol de Hirving Lozano a los 34 minutos del primer tiempo quedará grabado para siempre en la retina de los simpatizantes aztecas. El Estadio Luzhniki de Moscú, que conoce mucho de hazañas, se conmovió al ver la caída del arco vigilado por Manuel Neuer y vio cómo el actual monarca quedaba de rodillas ante el excelente planteo del elenco tricolor.

El 17 de junio es una fecha que quedará marcada a fuego en los libros históricos del fútbol mexicano. El seleccionado nacional dio el golpe que nadie imaginaba, al vencer al vigente campeón del mundo en la presentación del grupo F de Rusia 2018.

Ganarle a Alemania, no es cosa que pasa todos los días. Pero México sabe lo que significa jugar en el décimo séptimo día del mes de junio en este certamen. Lo hizo en cuatro oportunidades. La primera experiencia fue triste, pero después, la historia comenzó a darle guiños positivos a los aztecas.

La primera vez que se paró en la cancha un 17 de junio para una presentación futbolística en un Mundial cayó ante Estados Unidos por los octavos de final de Corea-Japón 2002 en la ciudad de Jeonju. Los goles de Brian McBride y Landon Donovan obligaron a la Tricolor a emprender el regreso a casa.

Pero el fútbol sabe de revanchas, y vaya si las hay. Desde Sudáfrica 2010, comenzó una seguidilla de tres veces consecutivas en las que el destino pone al equipo azteca en un estadio para disputar un encuentro mundialista. Y desde ese momento, los resultados le sonríen, y mucho. En 2010, venció a Francia, el equipo encabezado por Thierry Henry que era el subcampeón vigente. El lugar de esa hazaña fue el Estadio Peter Mokoba, de la ciudad de Polokwane. Los goles de Javier “Chicharito” Hernández y Cuauhtémoc Blanco pusieron el 2-0 definitivo que sacó a los galos de la competición en la primera ronda. Ese fue el único éxito del Tricolor en territorio africano.

Cuatro años más tarde, en Brasil, logró un empate valiosísimo ante el combinado local, uno de los candidatos. La igualdad en cero, con el arquero Guillermo Ochoa como figura indiscutible del encuentro, puso al equipo mexicano con un pie y medio en los octavos de final, donde fue eliminado por Holanda.

Para los fanáticos de la quiniela, los números y los sueños, el 17 significa la desgracia, pero el seleccionado mexicano parece hacerle caso omiso a la superstición. Los devotos a las coincidencias, a tomar nota. A pesar del primer gran tropezón ante un combinado sin mucha historia como Estados Unidos, luego las veces que los aztecas enfrentaron a un equipo que fue campeón mundial en la máxima cita, tuvieron resultados positivos.

México cuenta con cierta tradición en el fútbol, por eso lo de ayer generó varias reacciones. Será difícil de olvidar para los hinchas este triunfo inolvidable ante los teutones. Y con lo que viene sucediendo en los últimos 12 años, de ahora en adelante, todos los 17 de junio, serán sinónimos de sonrisas para el combinado Tricolor.

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