sábado, noviembre 23, 2024

Del “marimacho, andá a tu casa” a revolucionar el fútbol femenino

Por Lucas Fiorito Chami

El crecimiento del fútbol femenino se debe, sin lugar a dudas, a alguien como Lucila Luky Sandoval. Jugó al fútbol en las décadas de 1980, 1990 y 2000 en clubes como Independiente, San Lorenzo y Boca. Después de su retiro, a los 46 años, creó en 2016 uno de los movimientos más grandes para difundir la historia del fútbol femenino, Pioneras del Fútbol Femenino Argentino. De chica, cuando jugaba en los potreros, recibía comentarios machistas por parte de las ancianas del pueblo. “Marimacho, andá a tu casa”, le gritaban.

Actualmente tiene 52 años y desde su etapa como jugadora quedó impresionada con un cuadro que mostraba a las futbolistas que habían participado del Mundial femenino de 1971. Desde ese momento se encendió la llama de la curiosidad en su interior, y se puso el objetivo de reunir a todas las mundialistas. 

También buscó que se reconociera el día en el cual Argentina le ganó 4-1 a Inglaterra en el Mundial femenino de México 1971 con cuatro goles de Elba Selva para que se celebrara el Día de la Futbolista. Dicho y hecho, todos los 21 de agosto, desde 2019, se conmemora aquel día.

-A fines de 2019 viajaste a Estados Unidos y te quedaste. ¿Qué proyecto estás llevando adelante?

-Sí, vine de vacaciones y a presentar la historia del fútbol femenino en el consulado argentino en Nueva York con la pionera Marina Nogueyra, ex selección nacional y a quien hace 22 años la contrató un equipo de acá y vive acá desde hace mucho. A través de este proyecto, ella creó Pioneras Latinas en Nueva York.

-¿Quiénes participaron?

Las latinas que viven acá, quienes emigraron por trabajo, habían quedado descolgadas de la historia del fútbol femenino de su país. Por lo cual se creó esta asociación para poner en valor el fútbol femenino latino, el cual estaba muy degradado. 

-¿Qué actitud buscás transmitir?

-A través de lo que creé de Pioneras del Fútbol Femenino Argentino, es como ir contagiando a todo el mundo de poner en valor la historia de un deporte que, como todos los deportes femeninos, se ocultan si no vende. Todo lo que no vende, y todo lo femenino es de tercera línea y ahora todos los deportes femeninos están empezando a tomar más valor como lo que tiene que ser. La cultura no tiene género. El sacrificio y la dedicación es la misma que les ponen los hombres

-¿Ves fútbol femenino actualmente?

-Sí, sí, obvio. Veo mucho a Independiente, porque aparte tengo a muchas chicas de mi pueblo, de la liga que me llevó cerca de cinco años armarla y la cual quería que esté directa o indirectamente afiliada a la AFA para que las chicas pudieran llegar a la Selección. Después de un tiempo lo logramos y hoy en Independiente tenemos como seis chicas salidas de mi pueblo. La Colo Franco fue la primera que llegó a la selección juvenil. Mi trabajo es silencioso, ya no hago tanto ruido como en Pioneras. Pero es concientizar de que el trabajo tiene que ser lineal hacia AFA. 

-¿Tenés un vínculo con AFA?

Yo no trabajo con AFA pero sí creo que el fútbol femenino debe ser federal, y ese es el trabajo que estamos haciendo, teniendo en cuenta de que no se lucra con esto, porque después vienen los que andan fantaseando. Con amor y pasión no se lucra. El que quiera, que lo haga, pero no es lo mío.

-Un informe demostró que el 55% de las jugadoras son profesionales en Argentina. Si bien no se acerca a los contratos masculinos, ¿qué opinás cuando ves a cada vez más chicas que van a firmar su contrato profesional y pueden vivir de esto?

-Me encanta que las chicas vayan teniendo su contrato, al menos para cubrir sus gastos. Lo que no me gustaría, y siempre repito, es que jamás olviden el amor y la pasión con la que una llega al deporte. Que no sea la bandera el hecho de ver qué contrato firmo, que no sea como los hombres, quienes ya están viciados de todo. No nos olvidemos que lo que nos lleva al fútbol es el amor y pasión por el deporte. Pero sí, obviamente a mí me encantaría que la “B” o la “C” tenga un contrato que les cubra sus pasajes o botines o lo que fuera. 

Hace unas semanas el aborto dejó de ser un derecho constitucional en Estados Unidos, ¿cómo se vivió esta situación allí?

Acá está muy dividido. Los que han peleado para esa ley están tristes, la mayoría está triste. A los sectores más conservadores o religiosos les gusta más. No entienden que nadie va a obligar a alguien a abortar, eso es lo que no entienden. Simplemente el derecho de hacer elegir a cada una si lo quiere hacer o no.

¿Tenés una opinión al respecto?

Yo siempre digo que yo hubiera sido un aborto si éste hubiese sido legal. No hubiera nacido. Pero no por eso estoy en contra del aborto. Yo estoy a favor de lo que cada uno quiera hacer de su vida, mientras no invada la mía, ¿me entendés?

-¿Cumpliste tu meta?

.Sí, yo creo que sí. Al menos cumplí mi sueño. Mi meta es infinita, de acá a que me muera. Voy a seguir acompañando en lo que sea al fútbol femenino. Pero mi sueño, sí. Conocer a las jugadoras del ‘71, de ponerlas en valor. Que ellas mismas nos heredaran esas fechas, de haberlas podido abrazar y caminar a la par de ellas, ya está. De ese lado sí lo cumplí.

-A medida de que el fútbol femenino avanza, se va equiparando con el masculino. Hace poco las selecciones de Países Bajos y España decidieron igualar los salarios, ¿te gustaría que pase acá?

-Obvio. Para mí tiene que igualarse todo. Creo que los hombres cobran demasiado, no me meto en el bolsillo de nadie, pero estaría bueno igualar en algo real. Yo soy masajista deportivo y escucho esos salarios abismales. Todos los deportistas deben tener un gran sueldo como un gerente de empresa, ponele. Que los deportistas entrenen viéndose como jugadores de selección. Lo único que no quiero ver es que se pierda el amor y la pasión por el deporte. Cuando se pierde eso y solo se busca un contrato, ya no me gusta.

-¿Cómo trató la AFA al fútbol femenino durante tu época como jugadora?

-Cumplía con lo que obligaba FIFA. En las reuniones de capitanas, Mónica Santino y  yo reclamábamos ese millón de dólares que la FIFA mandaba a cada asociación para el desarrollo del fútbol femenino. El cambio vino desde que llegó el Chiqui Tapia. Cumplió con lo que dijo hacer. Entre Grondona y Tapia, me quedo con Tapia. 

-¿Qué más pensás que debe cambiar?

Creo que se debe apoyar más al futsal femenino. Si bien se está haciendo, creo que se debe viajar más. En mi época la esposa de Grondona se ocupaba del diseño de la ropa de las jugadoras, quería que usáramos pollerita… 

-¿Cómo te mantenías en la parte económica durante tu etapa como futbolista?

-Trabajaba y muchas veces llegaba con lo justo y necesario. Pero en mi vida, al no tener familia y no tener que mantener a nadie, estaba bien. Con pagar el alquiler y tener un viático para ir a entrenar ya estaba. He sido feliz porque mi vida era el fútbol. Yo lo pude llevar a cabo, algunas veces comía mejor, otras menos. 

-¿Tuviste complicaciones con eso?

-Un día la madre de una compañera, quien es pionera, en la etapa de Boca, me vio que estaba muy flaca y me dio tres cajas de mercadería enormes. Se dio cuenta. Pero bueno, yo prioricé el fútbol. Las moneditas que tenía las usaba para entrenar y después comía algo hervido. Para un futbolista profesional faltaban nutrientes. Cuando me retiré me dediqué más al trabajo.

¿Tuviste la oportunidad de conocer a Maradona?

-Sí, yo trabajo en uno de los gimnasios más conocidos de Argentina, y en una época en la que estaba muy flaco y hacía su programa lo veía entrenando desde arriba. Un día subió al área médica donde estaba yo y le di una planilla y no lo molesté porque estaba con su círculo.

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