Por María Eugenia Oliva
Ya era de noche y en la esquina de una concurrida plaza de Pontevedra en la que convive el humo del puesto de tortillas caseras con la ropa usada que salió de algún placard para transformarse en unos pesos, resultó el encuentro. Una YPF fue el destino elegido para que, café de por medio, la historia de Tiziana Lezcano comenzara a tomar protagonismo. Dejó el bolso negro de Ferro al costado de su asiento, se acomodó el pelo, que todavía estaba mojado luego del baño post entrenamiento en el Predio, y sonrió a modo de “estoy lista”.
Siempre vivió el fútbol en primera persona. A los ocho años comenzó a practicarlo en el Club Deportivo Paraguayo que quedaba cerca de su casa, en Isidro Casanova. Hoy, a los 29, es parte del plantel de la Primera División Femenina de Ferro Carril Oeste y la segunda jugadora transgénero en ser habilitada por la Asociación del Fútbol Argentino. En ese momento una sonrisa burlona en su rostro anticipó la afirmación: “Yo estaba habilitada mucho antes que Mara Gómez. Fui la primera habilitada en Comet”, su nombre ya figuraba en el sistema que utiliza AFA para autorizar a les jugadores a competir, pero Ferro pertenecía a la Primera B en ese momento, y estar en el ascenso fue otra dificultad que se sumaba a la lista. La Primera tenía la prioridad, y Mara Gómez también.
Pero todo en Tiziana es lucha, y toma de decisiones. En 2018 el amor la sorprendió con una propuesta que traía pasajes de avión y una vida en Europa. Sus dedos, custodiados por uñas largas y pintadas de negro fueron hasta sus labios cuando recordó ese momento. La posibilidad de una estadía en España quedó descartada después del fallecimiento de su mamá en ese mismo año: “No pude soportarlo. Ahí me quedé y salió lo de Ferro, sin el fútbol no sé qué hubiera hecho”, el tono de su voz bajó a una profundidad que hasta el momento no había tomado, se sintió como un repaso por la tristeza que el deporte había sabido acomodar.
En diciembre de ese mismo oscuro 2018 una convocatoria por parte del club de Caballito en la que participaron 60 futbolistas había sido el comienzo de la esperanza. El primer desafío ya estaba tachado, Tiziana Lezcano había quedado seleccionada para vestirse de verde. Pero faltaba lo más importante y difícil a la vez, la firma de Futbolistas Argentinos Agremiados en primera instancia y luego la de la AFA, que autorizaran a la defensora a poder competir.
– ¿Te sentiste discriminada alguna vez dentro del fútbol?
– Sentí discriminación en la previa de la habilitación. Tenía que tener los tres contratos. La firma de AFA, la firma de futbolistas agremiados y la firma de Ferro. La de Ferro la tenía sí o sí, tenía todo el apoyo. Pero todo pasaba por Futbolistas Agremiados que era la conexión con AFA, los estudios de control hormonal y los contratos donde constara que yo me hormonizaba. Perdí mucho, un bajón, tenía que estar insistiendo todo el tiempo, iba y me decían que tenía que esperar a un secretario que estaba de licencia, falta la firma de tal, falta lo otro, y ahí me empecé a desesperar porque pasaban los torneos y me quedaba mirando. En verdad AFA busca que te desgastes así abandonás, como les hicieron a muchas chicas y yo seguí, seguí con abogados, seguí yendo. Tuve que estar a full.
Así pasaron dos años en la vida de Tiziana Lezcano en los que sólo se dedicaba a entrenarse. Trataba de dejar llantos y bajones de lado y seguir a como diera lugar, aunque el fantasma de la renuncia la visitara seguido, sobre todo en el último tiempo. Pero nada puede salir mal en el mes en que florecen los jacarandás. El 6 de noviembre de 2021 las firmas estuvieron donde debían estar desde un principio y la defensora de Ferro al fin debutó con el número 27 frente Argentino de Quilmes. Trajo suerte, ganaron 4 a 1 y la posibilidad de subir a Primera División empezaba a materializarse junto con su deseo, ser futbolista.
Tres partidos en la B, pero qué tres partidos. El deporte tiene esas cosas. Al debut se le sumó el ascenso frente a Banfield el 27 de ese mismo mes, y no sólo eso le deparaba el destino. En la final, ante Estudiantes de Caseros, Lezcano convirtió un gol. La dedicatoria fue hacia un solo lugar de la tribuna. Toda su familia la estaba acompañando y celebró con ella infinidad de cosas: “Ahí gané notoriedad y me gané el respeto. Me vinieron a buscar de Lanús, Deportivo Español y Villa San Carlos, pero prioricé quedarme en Ferro”, reconoció orgullosa.
Hoy es jugadora profesional. Se siente acompañada y contenida en el club. Le brindan la ropa, cuenta con un equipo de psicólogos, nutricionista y kinesióloga. Siente que puede apoyarse en sus compañeras y en la Subcomisión de Género cuando lo necesita, allí le entregan las hormonas que debe tomar para mantener el exigente valor que le piden. Un bloqueador de testosterona y estrógenos son los que le permiten participar del torneo, y los responsables de una úlcera también. Pero nada parece opacar la felicidad que siente, y repite en reiteradas ocasiones que ese era su trabajo y lo disfrutaba.
Sus años de preparación y sus tatuajes se pueden ver por DeporTV. Tiziana Lezcano es la segunda futbolista trans de la República Argentina a pesar de la lentitud y la crueldad del sistema. Se lleva un Cabsha para el camino. Se despide y cruza la calle en busca del colectivo que la llevará a Laferrere. Sin dudas, la vuelta a casa siempre es mejor con un chocolate.