Por Conrado Maguna Martorell
“Mucha tropa riendo en las calles, con sus muecas rotas cromadas, y por las carreteras valladas escuchás caer tus lagrimas”. Así comienza Nuestro Amo Juega al Esclavo, una de las armas letales de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota a la hora de confrontar el orden político represor. Una canción que a pesar de haberse estrenado en 1989, volvió a sonar en épocas de menemismo, corralitos, Kosteki y Santillán, reformas como la del 2017, y en la actualidad.
En estos tiempos la situación que atraviesan jubilados y jubiladas parece colocar automáticamente en el reproductor el disco “¡Bang-Bang! Estás liquidado”, en el cual está incluido el tema.
Los reclamos de las personas que están o merodean la tercera edad pisaron a fondo y llegaron al traumado pavimento de Entre Ríos y Av. Rivadavia que tantas cosas ha visto: los $279.000 de los haberes mínimos llevan a quienes lo cobran a movilizarse a la Plaza del Congreso todos los miércoles, aunque esta manifestación viene desde hace años.
Frente a ellos, la policía federal y gendarmería llevan a cabo sometimientos encargados por un protocolo.
Carmen Arias, actual presidenta de Madres de Plaza de Mayo y jubilada, camina desde el fondo hacia el pasillo principal de la casa de la organización, con su baja estatura, su amabilidad, predisposición, y mostrando y tocando con orgullo un collar del pañuelo más famoso y justo del mundo. Una vez sentada en una módica silla de madera, aseguró que les están haciendo la vida imposible a los jubilados y que no puede ser que alguien que aportó toda su vida perciba económicamente una cantidad de dinero tan baja.
El contexto empeoró el domingo 23 de marzo, cuando se dio por vencida la moratoria previsional que permitía el pago posterior de aportes para quienes estuvieron en “negro” a manos de su empleador. “No te jubilas más, es desastroso y no se como la gente pudo votar esto”, afirmó la luchadora por los derechos humanos.
El paisaje en el cual la estatua de la República le da la espalda al palacio legal se encuentra obstruido por una enorme cordón de vallas producto del operativo a cargo de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien ordena mediante las fuerzas municipales y nacionales una despiadada represión hacia los adultos mayores.
Arias expone que semejante actitud es una vergüenza mundial: “¿Cómo van a gasear a personas mayores y después menores? Yo no quiero que hayan tiros porque siempre los muertos los ponemos nosotros pero quisiera que este gobierno se vaya”.
Es en la violencia institucional cuando se dan una de las peores postales, en este caso con ancianos y ancianas, e incluso niños, con las vías respiratorias y la visibilidad infectadas de gases lacrimógenos, o aturdidos por los golpes con el “palito abollador de ideas” diría Quino.
Una semana posterior a la feroz opresión del 5 de marzo, punto de inflexión en la causa, la imagen que regalaron la Avenida de Mayo e Hipólito Yrigoyen parecía entonar el estribillo de Juguetes Perdidos, cantado por el Indio Solari, que consta de “banderas en tu corazón”. La conciencia social hizo que camisetas de River, Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo, Chacarita, Rosario Central y muchos clubes más salieran a defender a los abuelos del pueblo, algo que la entrevistada agradece, calificando de bárbaro el accionar. No corrió con la misma suerte la Confederación General del Trabajo, a quien Carmen le critica que “debería haber salido hace mucho, no esperar a que todo esté como está”. Ella no oculta su deseo de que los sindicatos aparezcan y tengan voz.
Ese mismo día, los puntos de conglomeración no se dieron solo en las narices de la carta magna, sino en diversos puntos del país o de la propia Ciudad de Buenos Aires. La espontaneidad y reacción de una parte del pueblo inundó la noche porteña de la siempre despierta Av. Corrientes, con distintos cacerolazos que gestaron una larga caminata en la cual se iban sumando subgrupos populares para desembocar finalmente en la Casa Rosada.
Algo de esto menciona Carmen afirmando que “tenemos que salir a la calle desde Ushuaia a La Quiaca, pero sin violencia, y demostrarle al gobierno que el pueblo tiene fuerza. La única manera es esa”.
La novedad de la mencionada eliminación del Plan de Pago de Deuda Previsional obliga a quienes se beneficiaban de dicho programa a cobrar la Pensión Universal al Adulto Mayor, que hoy es de $223.200. A la actual conductora de las Madres le toca vivir de cerca esta complejidad, y admitió conocer gente desesperada por no tener la posibilidad de jubilarse y que el PUAM, debido a la inflación, no solucionará el problema.
El haber mínimo obtendrá un aumento del 2, 4 por ciento, lo que lo ascenderá a $285.000, una cifra que sigue sin dar calma en este paradigma. Está claro que dada la coyuntura actual, los miércoles seguirán siendo noticia por el pedido de un mayor incremento, el recuerdo permanente a Norma Pla, y por “formidables guerreros en jeeps”.