jueves, noviembre 21, 2024

Ángel Labruna, dos equipos y un legado eterno

Por Lautaro Álvarez

El Millonario y El Calamar se verán las caras nuevamente, lo que nos abre las puertas a repasar lo que fue la carrera de El Feo en ambas escuadras y la huella imborrable que dejó en ellas.

River visitará a Platense por la fecha 17 de la Liga Profesional Argentina a las 19, en lo que será el encuentro 141 entre ambas instituciones con un saldo de 90 victorias para La Banda, 29 empates y solo 22 triunfos para El Marrón. Si bien ambos equipos atraviesan presentes diferentes e históricamente ha sido así, hay varias cuestiones que los unen.

En primera instancia, la cercanía entre los dos clubes, ya que El Calamar se ubica en Vicente López y El Millonario en Núñez. Solo cinco kilómetros separan los estadios de ambas instituciones. Sin embargo, por la diferencia de categoría, no se han enfrentado muy seguido en los últimos tiempos. De hecho, en 2021 fue la primera vez que jugaron después de más de 20 años. En esa ocasión, los de Marcelo Gallardo ganaron 1 a 0 con un tanto de Julián Álvarez.

Por otro lado, muchos jugadores han vestido las dos camisetas: Mariano Dalla Libera, Esteban Fuertes, Claudio Spontón, Eduardo Coudet y hasta David Trezeguet se pusieron la casaca de ambas instituciones. Pero el futbolista más emblemático que jugó en las dos escuadras fue Ángel Labruna.

La historia de El Feo en Núñez es bien conocida. 20 años ininterrumpidos con la banda roja en el pecho, 516 partidos, 293 goles, máximo artillero de la historia de River y de los Superclásicos, segundo en la tabla de goleadores históricos del fútbol argentino y 22 títulos sumando su etapa como jugador y entrenador.

Su primer ciclo como director técnico del Millo comenzó en 1963 de manera interina e inesperada, ya que José María Minella había renunciado a su cargo de entrenador. Angelito tomó las riendas del equipo durante nueve partidos y salió subcampeón del torneo de ese año. Entre 1968 y 1970 inició su segundo periplo en el club. Entre esos años cosechó cuatro subcampeonatos seguidos en los torneos nacionales del ´68 y ´69  y los metropolitanos del ´69 y ´70. Luego de eliminar a Boca en la segunda fase de la Copa Libertadores de 1970, perdió la semifinal contra Estudiantes y cerró su estadía en el club. 

Sin embargo, en 1975 regresaría para comenzar su tercera y más gloriosa etapa, en la cual se vieron resultados al instante. En ese mismo año, logró coronarse campeón del Nacional y del Metropolitano, cortando una sequía de 18 años sin títulos para el Millonario, la peor de su historia. Además, hasta 1981, el fin de su tercer período, sumó cuatro campeonatos más: los Metropolitanos del ´77, ´79 y ´80 y el Nacional del ´79. Dejó River siendo el técnico con más partidos dirigidos en la historia del club con 528, además de ganarse el estatus de leyenda absoluta de Núñez.

Sin embargo, el destino quiso que su primera experiencia como entrenador fuera en Platense, equipo al que le anotó 26 goles, marca más abultada de un jugador contra un club en la historia del fútbol argentino. Su debut fue en el campeonato de Primera B de 1961. En este primer ciclo, ocurrió un hecho para la posteridad del Calamar: resulta que El Marrón no tenía a disposición los suficientes futbolistas para disputar sus partidos, motivo por el cual Angelito decidió ponerse los botines y saltar al campo de juego no en una, sino en dos ocasiones. Es así como, el 19 de agosto de ese año, Labruna se paró como volante por izquierda en un empate 1 a 1 ante Tigre y una semana después haría lo propio en la derrota ante Central Córdoba de Rosario por 2 a 1, siendo en único jugador de Platense que jugó siendo técnico en simultáneo. Su primera experiencia en los del barrio bonaerense duró 37 partidos, con 16 victorias, 9 empates y 9 caídas, finalizó en el cuarto lugar de ese torneo y su equipo fue el tercero en goles anotados con 65.

Sin embargo, el destino tenía preparada una segunda etapa de El Feo en Platense, en la que estuvo a punto de escribir una página en los libros de historia. Resulta que, en 1967, Labruna disputaba con El Calamar el torneo Metropolitano de ese año, en el que alcanzó las semifinales. Su rival era el Pincha, dirigido por el eterno Osvaldo Zubeldía, uno de los mentores de Carlos Bilardo. En ese partido, los dirigidos por Angelito, considerados como “el equipo del pueblo”, llegaron a estar 3 a 1 en el marcador, pero los de La Plata lograron una increíble remontada en 16 minutos y eliminaron a su rival. Como curiosidad, durante este ciclo, Labruna dirigía paralelamente a Defensores de Belgrano, ya que se hacía cargo de la concesionaria de la confitería de dicho club y los dirigentes le ofrecieron tomar el timón del primer equipo. El oriundo de Palermo no dudó y logró sacar campeón de la B al Dragón.

Los hinchas del Marrón consideran que El Feo fue uno de los mejores entrenadores de su historia. Además del éxito deportivo, logró poner en boca de todos a un conjunto del que poco se hablaba en su momento y que dejó de ser un club más. No solo eso, sino que también vistió la camiseta en el momento en que el equipo más lo necesitaba, con un sentido de la responsabilidad que marcó un antes y un después en la institución.

Luego de cerrar su etapa en River, Labruna tuvo pasos esporádicos por Talleres y Argentinos Juniors,su último club en 1983, año en el que falleció de un ataque cardíaco luego de intentar recuperar la movilidad tras una operación en la vesícula. Ubaldo Fillol lo ayudaba a caminar, pero Angelito se desplomó en brazos del arquero a los 64 años.

Se le hicieron muchos homenajes en su honor, entre los que destacan la estatua de 6,7 metros de alto que presentó River en la entrada de su museo, que es la más grande del mundo dedicada a un futbolista. El más reciente se hizo en el 2022, en un partido entre El Millonario y Platense, bajo el nombre “Copa Ángel Labruna”, de carácter amistoso, que se la adjudicaron los dirigidos por Marcelo Gallardo luego de ganar por 3 a 0. Por otra parte, cada 28 de septiembre desde el 2003 se conmemora el Día Internacional del Hincha de River ya que ese es el día del natalicio del Feo.

Pasarán los años, las décadas y los siglos, pero el legado que dejó Ángel Labruna no sólo en River o Platense, sino en el fútbol argentino, será eterno y recordado para toda la eternidad. 

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