Por Iñaki Porto
Es lunes y el calor en la Ciudad de Buenos Aires es agobiante. Está nublado, húmedo y el pronóstico da altísimos porcentajes de probabilidades de lluvia desde el mediodía hasta las seis de la tarde. En el Racket Club comienzan los partidos del cuadro principal del Challenger de Buenos Aires. Alrededor de las tres de la tarde, tras el partido entre el cordobés Juan Ignacio Londero y Enzo Coacaud -ganó el francés-, debuta el máximo favorito del torneo, Federico Coria.
En el último game del partido de Londero llovizna. El clima es pésimo. Sin embargo, en el club hay un buen marco. Niños de la escuela de tenis de Racing y de Independiente copan la tribuna lateral de la cancha central. Finalmente, para sorpresa de muchos, no llueve. Coria sale a la cancha. Tendrá un duelo difícil ante el ecuatoriano Álvaro Guillén Meza, con quien comparte equipo de trabajo, por lo cual -por decisión de ambas partes- ni Andrés “El Gringo” Schneiter, ni Carlos “Charly” Berlocq, ni Sebastián Pini están en ninguno de los boxes.
En el transcurso del primer set, Guillén Meza se saca las muñequeras, las escurre y se pone unas nuevas. A Coria le cae el sudor de su gorra. No se puede estar. Sin embargo, a pesar del clima, el día y el horario, el estadio está aproximadamente a un 60% de su capacidad. El año pasado también era el primer preclasificado del torneo, pero el marco no fue tal, al menos, hasta los cuartos de final. “Vamos Mojarra”, gritan niños en la tribuna.
Gran parte de esta revolución por Coria, que lo llevó a sacarse incontables fotos el domingo tras entrenar con Federico Gómez, se debe a su activa participación en YouTube. El 17 de abril lanzó su primer vlog (que está a punto de superar las 80.000 visualizaciones), titulado “¡Pasé la qualy del Masters 1000 de Monte-Carlo!”, y a partir de allí no paró.
Guillén Meza le arrebata el primer set a Coria 7-5, pero el argentino levanta su nivel y logra dar vuelta el partido 6-1 y 6-2. Media hora después se acerca a la sala de prensa del torneo. Tras la conferencia de prensa y dos notas para otros medios, dialoga unos minutos con El Equipo.
-¿Cuánto cambió tu rutina como jugador desde que empezaste con los vlogs?
-Lo que cambió fue que en lugar de irme al hotel a jugar a la compu o a mirar una serie, capaz que voy a recorrer algún lugar, algo que antes solo hacía si estaba Flor (su novia y futura esposa). También salgo mucho más rápido de los malos entrenamientos y partidos por enfocarme en hacer algo para el vlog. Me desconecta un poco. Antes me desconectaba con el Call of Duty. El vlog me sirve para ocupar el tiempo muerto que tiene la rutina del jugador de tenis. Además, por lo que creció y por el apoyo que recibo lo hago con muchas ganas, no solo en los torneos grandes, como Wimbledon, sino también, por ejemplo, en Polonia. Quiero seguir mostrándole a la gente lo agradecido que estoy por la rutina que llevo.
-¿Te esperabas esta repercusión y esta reacción por parte del público, o te sorprendió?
-No, cero, cero. Yo veía los de Juampi Paz y pensaba que me mirarían 500 o 1000 personas, proyectaba algo mucho más chico. Marcos (Zugasti, periodista, encargado de prensa del Challenger de Buenos Aires) me recomendó a Agus (Ceñal, filmmaker y editor de Coria) y él entendió perfectamente la idea, tal vez porque mamamos mucho Tenis Pro y fue un poco por ese lado. Igual, la que le termina dando el formato al vlog es la gente.
-¿Te resulta fácil hacer que participen otros jugadores en los videos?
-Sí, cada vez más porque ahora ellos ya saben lo que yo hago, el ambiente del tenis es chico. A un montón les da gracia y quieren salir. Me dicen: “che, ¿cuándo salgo yo” o “ah, solamente filmas a los buenos”. A mí me parece súper interesante hablar con Djokovic (Novak, el tenista con más títulos de Grand Slam en la historia) o con Barrios Vera (Tomás, chileno de 26 años que tiene siete triunfos a nivel ATP) que tiene un golpe diferente al resto (el drop de derecha, para pegarle agarra la raqueta desde el marco) y me encantaría que todos lo sepan.
-¿Mirás mucho los comentarios?
-A veces miro para ver qué quiere la gente, aunque algunas cosas que me piden no me divierten, como por ejemplo filmar mi rutina. Además, no quiero que los vlogs se interpongan con mi laburo: una cosa es filmar en los tiempos muertos y otra mientras trabajo. Esa línea, por lo pronto, no sé si la voy a romper. Pero sí, es bueno leer qué dice la gente para ver qué puedo ir sumando.
-¿Y cómo te llevás con los negativos?
-Los peores son los apostadores, que te inundan de mensajes malos las redes sociales. De parte del “Mojarrismo” -el nombre que Coria eligió para su comunidad- hay muy pocos y no son graves: me piden cosas como que mire más a los entrevistados, algo que para mí es difícil porque, como filmo con la cámara frontal, tengo que estar pendiente a que salga bien la imágen. Hace poco a Buse (Ignacio, peruano de 20 años) le hice zoom en la cara. Además se me cansa el hombro. La mayoría de los comentarios son buenos.
-¿Qué intentás mejorar en los entrenamientos, después de tantos años de competencia?
-Siempre hay cosas por mejorar. Las pelotas van cambiando, están muy lentas no solamente acá sino que en muchos torneos. Hice un cambio de raqueta, me salió mal, pero me saqué la duda. Estoy todo el tiempo buscándole la vuelta porque voy creciendo y necesito un ayudín. Constantemente estoy tratando de mejorar y de mantenerme en buen estado y en buena forma.
-¿Crear contenido hace que entrenes menos enfocado?
-No. De hecho me da más fuerza. Estamos tratando de no publicar videos todos los domingos para esperar un poco e intentar cumplir algunos objetivos y lograr resultados, pero nunca tuve una crítica de parte de mi equipo. Ellos están súper agradecidos y contentos por el cambio que hice yo afuera de la cancha. Antes estaba mucho más estresado y de mal humor por la presión que uno siente. Tengo que tener dos o tres semanas más buenas de acá a fin de año, pero Agus tiene todo preparado para largar más videos.
-¿Cómo ves al tenis como deporte, qué creés que puede hacer para no quedarse atrás respecto al pádel, por ejemplo?
-Lo bueno que tiene el tenis es que es un deporte súper histórico y tradicional. Tal vez lo que se podría hacer es ir probando modificaciones, como sacar las ventajas, por ejemplo. En algunos torneos, igual, sin tocar a los Grand Slams, que son torneos sagrados que tenemos. Hoy la gente jóven quiere ver más momentos de tensión. A mí capaz que también me pasa de no tener ganas de ver un dos iguales. En el caso del pádel, la ventaja que tiene por sobre el tenis es que es mucho más fácil conseguir a cuatro de un nivel similar y que la pasen bien.