Por Juan Cruz Tomasco
Nacido en Buenos Aires, Matías Rey comenzó su viaje en el hockey a una edad temprana, impulsado por el entorno familiar y una pasión innata por el deporte. “Inicié siendo muy chiquito, desde los 5 años. Primero jugaba mi hermana, yo iba más por el lado del fútbol, y viendo un entrenamiento de ella, le hablé a mi vieja y me metió a jugar; desde ahí empecé”, relata Matías.
A medida que crecía, exploró también el fútbol. Sin embargo, una lesión lo obligó a tomar una decisión. “Tuvo que elegir entre los dos deportes y eligió hockey”, cuenta su mamá Mirtha. Esta elección marcó un punto de inflexión en su vida, llevándolo a dedicarse completamente al hockey en el club de GEBA
Bruno Przygoda, amigo de Matías desde el colegio y en GEBA, añade: “Diría que es un gran amigo. Nosotros nos conocemos desde muy chicos y la verdad que siempre fue alguien que busca incluir a todos en un mismo ambiente. Tal vez el mejor ejemplo es cómo arranqué yo con el hockey. Un día al mediodía, salimos del colegio y fuimos a comer a lo de Mati. En medio del almuerzo, nos ofreció a dos amigos y a mí empezar hockey. Al principio, no sabíamos si era una buena idea, pero hoy reconocemos que fue la mejor decisión posible”.
Su talento no pasó desapercibido, y arranco jugando con el club GEBA, uno de los más prestigiosos del país, hoy en día sigue ligado a esta institución. Allí, Matías no solo continuó desarrollando sus habilidades, sino que también se convirtió en una pieza fundamental para el equipo. El apoyo de su familia fue crucial durante esta etapa. “La verdad tengo la suerte de tener muchos amigos y familiares que me acompañan, me apoyan viniéndome a ver, dándome críticas constructivas. Me ayudan bastante, sobre todo para despejarme de todo el hockey”, comenta agradecido.
Sumadre Mirtha recuerda que cuando Matías fue convocado a Los Leoncitos, él estaba en quinto año del colegio. “La verdad es que me preocupó porque, de un día para el otro, tuvo que dejar el colegio de forma presencial”. Sin embargo, comenta que, a pesar de todo, lo acompañaron y Matías pudo rendir todas sus materias y terminar el secundario. Mirtha considera que él era muy joven para estar ahí, pero admite que el orgullo de verlo representar a Argentina fue inmenso. “Después fue pura emoción y verlo con la camiseta de Argentina es algo inexplicable”, concluye.
El hockista argentino se destaca por su versatilidad en la cancha. Posee una capacidad para leer el juego y anticiparse a las jugadas, lo que le permite hacer interceptaciones cruciales y lanzar contraataques efectivos. “La parte mental es algo que he trabajado mucho. Desde chico era muy calentón, me ponía de mal humor todo el día, y a lo largo de los años lo fui mejorando bastante”. Además, reconoce la importancia del acondicionamiento físico: “Es esencial trabajar en la preparación corporal. Si hoy no estás a nivel en ese aspecto, la diferencia es evidente”. Bruno afirma que Matías es un jugador “distinto” y, aunque no estén en el mismo equipo, cada vez que tienen la oportunidad de verlo jugar, quedan sorprendidos por su capacidad para simplificar lo complejo.
Luciano Borruto, otro amigo del club, expresa su admiración por él de esta manera: “Para mí, Mati es el mejor jugador que he conocido. Es mi mejor amigo y lo considero como un hermano. Su inteligencia y habilidad técnica lo distinguen enormemente; su destreza en el campo marca una gran diferencia”. Luciano comenzó a jugar al hockey gracias a Matías, quien siempre lo alentó a unirse a este deporte. “Yo empecé a jugar de grande. Fue gracias a él; desde chico siempre me insistió y yo nunca quería hasta que un día le di el sí, y la verdad fue la mejor decisión que tomé en mi vida”.
Como con el caso de Bruno, Luciano juega en un equipo distinto al de Matías pero a pesar de eso, han compartido momentos en el club y también en entrenamientos mezclados: “No compartí tanto con él porque cuando está en quinta, yo también lo estoy, pero él juega en el A y yo en el B. Las veces que nos ha tocado entrenar juntos así mezclados, me divertí mucho”.
Fuera del deporte, Matías lleva una vida equilibrada y tranquila. Disfruta de actividades simples como tomar mate, ver televisión, pasar tiempo con su novia y amigos. Su madre añade: “Matías es un chico con muchas metas más allá de lo que es jugar al hockey. Actualmente entrena, ayuda a equipos de hockey y lo hace con mucha responsabilidad y dedicación”.
En cuanto a su formación académica, Matías está estudiando en su primer año de la carrera del profesorado en Educación Física. “A principio de año está el ingreso, y desde ahí se va dando para que cada uno se adapte a sus horarios. Me esforcé bastante en el ingreso para quedar en las posiciones más arriba y poder elegir mis propios horarios”. Aunque intentó estudiar Economía, la carga horaria de entrenamientos y estudios lo llevó a cambiar de carrera. “Era difícil; los tiempos no me daban”, admite.
Bruno resalta la determinación de su amigo: “Siempre supo que quería llegar a donde está hoy, se entrenó y sacrificó para eso. Uno siempre escucha a los deportistas hablar de los sacrificios, y cuesta creerlo, pero cuando los ves en persona, te das cuenta de que así es”. Matías tiene grandes aspiraciones para el futuro. “Uno de los objetivos sería competir con el seleccionado mayor y, a largo plazo, participar en un Juego Olímpico“, declara con determinación. Además, sueña con recibirse y quizás convertirse en entrenador algún día, una meta que muestra su deseo de seguir ligado al deporte.
En cuanto a sus referentes en el hockey, Matías menciona con interés a un homónimo: “Matías Rey, que comparte mi nombre, es un destacado jugador de la Selección y también ejerce como capitán. Es una figura clave en el hockey y un gran referente para mí”.
Los entrenamientos con la selección son estrictos y muy perfeccionistas: “A nivel seleccionado entrenamos por la mañana, te levantás a las seis y media. A las ocho estás en el Cenard ejercitando la parte física del gimnasio una hora y media. Después tienes dos horas de cancha, almorzás y luego tenes la tarde libre para estudiar o trabajar. Los miércoles y viernes me toca entrenar con el club”. Sobre el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), afirma que las instalaciones en el hockey están bien, destacando la cancha y el gimnasio en buenas condiciones. “Creo que en todo se puede mejorar, justo ahora por los Juegos Olímpicos se nota un poco más”.
El triunfo en la Copa Panamericana Junior realizado en julio de este año fue un momento especialmente significativo para Matías y para el equipo porque lograron el titulo por segunda vez consecutiva. “Fue hermoso, si bien no es un Mundial y tal vez no estás con los mejores equipos del mundo, creo que representar a Argentina en un torneo Panamericano no es poca cosa. Como experiencia grupal fue increíble porque te llevás un montón de amigos, pero como experiencia hockista también, porque conocés otro ambiente que no es cotidiano”.
“Era con la expectativa de que tal vez íbamos sabiendo que éramos candidatos, pero a veces al saber eso te lleva a tener más nerviosismo. Creo que lo supimos llevar y aprovechar”. Una anécdota que destaca de esa experiencia es el festejo postpartido, donde todo el equipo, tanto chicas como chicos, se reunió en el hotel con los entrenadores para disfrutar de una cena improvisada con pizza. Ese momento de celebración conjunta fue una experiencia especial que el deporte les brindó al salir campeones.
Bruno recuerda un momento divertido del colegio: “Hace cuatro años, justo se jugaban los Juegos Olímpicos en Tokio y Las Leonas jugaban muy temprano, alrededor de las 8. Como nosotros hacíamos hockey, convencimos a la profesora para parar la clase y que suban un televisor al aula para ver el partido”.
Rey es más que una promesa del hockey argentino; es un joven con un futuro brillante, un ejemplo de dedicación y pasión por este deporte. Mirtha concluye con esta valiosa reflexión: “Hoy terminó una etapa que es la de los Leoncitos y ya pasaría a Los Leones. El deporte de alto rendimiento no es fácil y, para ser parte de Los Leones, debería dejar todo lo que hace, ya que es muy sacrificado y full-time, sumado a que es amateur. Si tengo un deseo, es que pueda hacer lo que le hace bien y lo que decida, sea llegar a estar en la selección o dedicarse a otra cosa. Siempre voy a estar para acompañarlo”.