viernes, noviembre 22, 2024

El fútbol, la familia y la depresión, según Agustín Almendra

Por Sebastian Pardal

Agustín Almendra tiene 21 años, debutó en Primera a los 18 y en su corta carrera ya jugó una semifinal de Copa Libertadores contra River, fue tasado en 30 millones de euros y se alejó del fútbol durante seis meses. En plena pandemia, fue papá de Francesca y luego volvió a jugar en Boca, donde es una de las piezas fundamentales del proyecto de juveniles del Consejo de Fútbol que maneja Juan Román Riquelme.

Almendra nació en San Francisco Solano, una localidad con 80 mil habitantes, que se reparte entre los partidos de Quilmes y Almirante Brown. El juvenil dio sus primeros pasos en las canchas del Club Social y Deportivo 7 de Agosto, en el centro de Claypole. Diego Meirinho, su entrenador en el baby fútbol, lo recuerda como alguien que siempre marcó la diferencia: “Agustín ya era un jugador extraordinario, tenía mucho temperamento y era muy rebelde para jugar. Le sacaba mucha diferencia al resto de sus compañeros”. Tomás Aranda, amigo desde la infancia, cuenta que Almendra era imparable hasta en los partidos en la calle. Que tenía una fuerte pegada al arco -hecho con dos ladrillos- y una amplia visión para asistir a sus amigos en la cancha de asfalto.

En 2013, Almendra se probó en Independiente, pero no quedó y terminó sumándose a Boca en 2014. Cuatro años después, luego de destacarse en las juveniles, dio el salto a la Reserva que dirigía Rolando Schiavi y, de ahí, llegó a Primera División. El 16 de abril de 2018 debutó contra el Rojo en Avellaneda, justo el equipo que lo había descartado.

Ahora, Almendra dice que, después del debut, todo cambió en su vida, ya que fue sparring de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia 2018 y tuvo protagonismo con Guillermo Barros Schelotto como técnico de Boca. Tanto es así que contra River, en la vuelta de la final de la Libertadores 2018, iba a ser titular en el Monumental, pero el partido se postergó por los incidentes.

Con la partida de Barros Schelotto y la llegada de Gustavo Alfaro, Almendra fue importante durante la temporada y disputó las semifinales de la Libertadores 2019 contra River. Por eso, el club le renovó el contrato con una cláusula de rescisión de 30 millones de euros.

El propio Almendra confiesa que, a finales de 2019, todo se complicó por problemas personales y por situaciones de su entorno que hicieron que tuviera que pedirle al club que evaluara ofertas, ya que necesitaba emigrar. A partir de ahí, su nombre empezó a sonar en Europa y clubes como Napoli, Barcelona, Roma, Valencia, Atlético Madrid, Manchester City, Sevilla y Porto se mostraron interesados. Pero no hubo oferta formal y Boca decidió no transferirlo.

Miguel Ángel Russo fue el técnico elegido por la nueva dirigencia en el comienzo de 2020. Almendra fue avisado que no sería tenido en cuenta. Esto aumentó la necesidad de emigrar y estaba todo dado para irse, pero la pandemia del coronavirus en marzo cambió todos los planes. Sumado a todo esto, una noticia le sacudió la vida al juvenil de tan solo 19 años en aquel momento: iba a ser papá.

Almendra sufrió una fuerte depresión. El encierro por la cuarentena y el conflicto con Boca le provocaron que pensara en dejar de jugar al fútbol con tan solo 20 años. En los días previos a volver a los entrenamientos tras la pandemia pidió no sumarse, pero el club no lo autorizó. En esa vuelta a las prácticas, dio positivo por coronavirus, por lo que se vio obligado a cumplir con los protocolos sanitarios. Una vez recuperado, el futbolista asistió al Centro de Entrenamiento en Ezeiza.

En ese regreso al club, Almendra mantuvo una larga charla con Riquelme y Jorge Bermúdez que lo hizo replantearse muchas cosas. El Consejo de Fútbol de Boca comprendió la situación depresiva del jugador y le otorgó un permiso especial de unos días por motivos personales.

En aquel momento, cuando volvía a su casa, Almendra se dio cuenta que estaba por cometer un error. “Gracias al nacimiento de Francesca decidí no dejar el fútbol. Tenerla me cambió la vida, me dio mucha fuerza y si en algún momento pensé en retirarme, sabía que tenía a alguien ahí atrás mío que era una responsabilidad”, dijo el mediocampista.

A partir de esa reflexión, Almendra hizo una pretemporada y se puso a disposición. Su regreso coincidió con el buen nivel de otros juveniles, como Alan Varela y Cristian Medina, lo que permitió que los tres jugaran 12 partidos juntos en la mitad de Boca. Uno de ellos fue el último de la fase de grupos de la Libertadores 2021 frente a The Strongest, en el que Almendra metió su primer gol en la Copa y se lo dedicó a Francesca.

La llegada de Marcos Rojo al club fue muy importante para Agustín, que dice que es como un hermano para él y que sus consejos, tanto dentro como fuera de la cancha, lo mantienen enfocado. Riquelme, en una entrevista en ESPN, se animó a opinar sobre el futuro del futbolista: “Solamente va a depender de lo que él se proponga en el fútbol. Si quiere jugar en la Selección, lo va a hacer. Si quiere jugar en Europa, lo va a hacer. Almendra juega a otra cosa y tenemos la suerte de tenerlo con nosotros”.

En referencia a las palabras del vicepresidente de Boca, Almendra dice que se mantiene tranquilo y que trata de no pensar tanto en el futuro, sino que trabaja día a día para ganarse un lugar en Boca. Mientras tanto, es feliz con su hija Francesca y agradece que todo se haya acomodado, en comparación a la nube negra que lo atormentó en 2020.

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