Por Pedro Duffau, Leandro Gambino y Marcelo López Aspuru
Claudio Vivas fue el ayudante de campo de Marcelo Bielsa en la dirección técnica de Argentina en el Mundial 2002, en el que el conjunto nacional quedó eliminado en primera ronda. Luego de estar muchos años en ese rol, su primer equipo como entrenador fue Argentinos Juniors en 2009 y actualmente dirige al Bolívar de Bolivia. Después de haber pasado por esa experiencia no grata con la Selección en Corea y Japón, recuerda y analiza a la distancia sus vivencias y sensaciones de aquel Mundial.
–¿Cuánto tardaste en asimilar el golpe de la eliminación?
-Es una herida que nunca se va. En lo deportivo es algo que te queda marcado. A uno particularmente en el fútbol te puede ir bien, mal o regular, pero bueno esta situación no estaba en nuestros planes y que básicamente habíamos demostrado tener un equipo muy competitivo y que estaba a la altura para llegar lejos en el Mundial. La anécdota es que quedamos afuera en primera fase y el dolor permanece cada vez que viene el recuerdo. Pero bueno hay cosas más importantes en la vida y hay que saber diferenciar. En el deporte, es algo que te queda para siempre.
–En una entrevista hace un mes en la radio 94.7, contaste que luego del Mundial volvieron a ver todos los partidos para analizarlos nuevamente. ¿A qué conclusión llegaron? ¿Qué encontraron al verlos nuevamente?
-Después de analizar el partido, muchas veces y más de la cuenta, la conclusión fue que nuestro mejor encuentro fue el tercero contra Suecia y en un mundial donde hay pocos partidos tenés que tratar de ganar el primero (contra Nigeria) y nosotros lo hicimos. Pero en el segundo encuentro contra Inglaterra era clave para las aspiraciones nuestras y terminamos perdiendo un partido muy parejo y equilibrado. Quizás en el primer tiempo jugamos mucho mejor pero no alcanzó para poder sumar un buen resultado. No hay muchas cosas para sumar. Simplemente, el equipo estuvo a la altura, pero no fue suficiente porque el empate no nos sirvió, no alcanzó y lamentamos la salida prematura del mundial.
–¿Cuánto afectó a lo que tenían planeado la lesión de Roberto Ayala en la previa al primer partido contra Nigeria?
-Lo que modificó fue un poco la organización que nosotros habíamos tenido en la previa al partido inaugural. Fue totalmente variable porque tuvimos que modificar con dos cambios. Placente ingresó de central izquierdo, un puesto que él conocía pero nosotros lo habíamos llevado en reemplazo de Juan Pablo Sorin (lateral izquierdo) en caso de que fuese necesario. También manejábamos la opción del Kily González, Sorin y Placente en el mismo puesto. Pero bueno, Diego (Placente) tuvo que jugar de central izquierdo, Samuel pasó a jugar por el centro y Pochettino jugó de central derecho en esa línea de tres. Fue muy sorpresiva la lesión porque fue en la entrada en calor. Fue muy rápido y muy repentino. A nivel de FIFA es complicado porque hay que informar a muchas áreas. Pudimos hablar muy poco con Roberto y el jugador que ingresó de titular tuvo que acelerar la entrada en calor porque normalmente los suplentes realizan la entrada en calor pero no al ritmo que la hacen los titulares. Así que fue importante la baja porque además se modificó el capitán y Ayala en la cancha era un líder muy importante.
–¿Te hubiera gustado jugar otro tipo de amistosos preparatorios para el Mundial?
-Sí, lo ideal hubiera sido lo que nosotros propusimos que era jugar amistosos contra equipos que jueguen parecido y tengan el mismo esquema de juego a los de nuestra zona. Sobre todo para preparar bien la fase inicial. Los amistosos que pudimos hacer con los equipos de la Primera División de Japón no tenían ese diseño que nosotros queríamos. Pero bueno es una anécdota y simplemente sirve por si te vuelve a pasar nuevamente. Es fundamental jugar dos o tres amistosos internacionales antes de un Mundial.
-¿Qué te dejó trabajar con Marcelo Bielsa?
-Me dejó primero un aprendizaje muy importante, el haber estado 16 años hace que uno tenga la posibilidad también de poder trabajar por su cuenta, pero básicamente es un agradecimiento eterno, porque es una persona que me dio todo y que me ayudó a crecer en el conocimiento, tanto en lo deportivo como en lo profesional.