Por Federico Flossdorf
Nueva Zelanda derrotó por 23-13 a Sudáfrica en su debut en el Mundial de Japón. Los defensores del título comienzan a paso firme con el objetivo de conseguir su tercer título consecutivo.
Si bien al minuto de juego un penal de Handre Polar había puesto arriba a los sudafricanos rápidamente un penal ejecutado por Richie Mo´unga igualó el encuentro.
A partir del minuto 22 cambió el partido. Solo 300 segundos le bastaron a los All Blacks para adueñarse del partido. Todo comenzó con una estampida del wing Sevu Reece, que hizo saltar cuantas cortinas defensivas se encontró hasta conectar la jugada con Beauden Barrett, con un puñado de defensores batidos. El fullback neozelandes ganó la ventaja y sirvió a Colin Bridge, quien apoyó el primer try del partido. Tras la conversión del apertura Richy Mo´unga los All Blacks pasaron al frente 10 a 3.
El número diez neozelandés insistió con las patadas a sus wings. Tras una gran jugada en equipo, el centro Lienert-Brown se cortó por el centro de la cancha y encontró el apoyo del segunda línea Scott Barret quien convirtió en segundo try para que Nueva Zelanda se vaya al descaso 17 a 3.
Pero los sudafricanos no se dieron por vencidos y limaron la distancia hasta ponerse a solo cuatro puntos. Primero un try de Pieter-Steph Du Toit en el comienzo de la segunda parte convertido por Pollard y luego un drop del mismo Pollard dejaron el marcador 17-13.
El partido parecía complicarse para los dirigidos por Steve Hansen, sin embargo el conjunto número uno en el ranking mundial y máximo candidato a quedarse con el título mostró su temple y terminó cerrando el duelo con un penal de Mo´unga y otro de Beauden Barrett para que el encuentro finalize 230ª 13.
Los cinco minutos de All blacks en los que barrieron a los sudafricanos del campo no están a la altura de ninguno de sus rivales. Por eso son los favoritos, los vigentes bicampeones del mundo y buscarán lo que ningún seleccionado puedo hacer. Ser tricampeones del mundo.