sábado, julio 27, 2024

De menos a más: Argentina y España son los finalistas

Por Maximiliano Das

En Beijing serán las ocho de la noche del domingo una vez que se haya retirado el público que fue a ver qué equipo entre Francia y Australia se quedaba con el último escalón del podio. Cuando ya hayan llegado quienes verán el último partido del Mundial de básquet. Incluso ya habrían hecho el precalentamiento los jugadores.

A las ocho de la noche de Beijing habrá diez basquetbolistas en el parqué. En el medio, un árbitro lanzará la pelota hacia arriba para que dos pivots se disputen la naranja en el aire y así tener la primera posesión. Recién entonces comenzará a correr el cronómetro. El que importa. El de 40 minutos netos divididos en cuatro tiempos de diez. Y cuando ése cronómetro llegue a cero, unos alzarán sus brazos como festejo y otros agacharán la cabeza. Quizás lloren. Por felicidad o por frustración. Pero primero serán las ocho de la noche en Beijing.

En Argentina, a más de 19 mil kilómetros, serán las nueve de la mañana cuando el referí lance el balón al aire. Y a diferencia de cualquier domingo a las nueve de la mañana, la gente estará bien despierta, atenta. Enfrente, su mayoría, tendrá un televisor sintonizado en el canal de la TV Pública, quienes tengan servicio de cable podrán optar por TyC Sports y quienes reciban la señal satelital, por DirecTV Sports.

Particularmente en Argentina, a más de 19 mil kilómetros de Beijing y a las nueve de la mañana, porque será el seleccionado argentino el que dispute el último partido, la final del Mundial. Enfrente tendrán al combinado español, liderado por Ricky Rubio y Marc Gasol, ambos jugadores de la NBA, el último, campeón en la pasada temporada con Toronto Raptors.

Los mismos rivales disputaron un amistoso de preparación para la Copa del Mundo, apenas 19 días antes del encuentro decisivo. Aquella vez no jugaron ni Facundo Campazzo -aún estaba en duda para el arranque de la competencia por un esguince sufrido contra Rusia- ni Gasol y el resultado fue 84-76 para los ibéricos.

A la final llegan ambos equipos invictos: España tuvo sus dificultades para vencer a Puerto Rico, Irán e Italia, pero luego derrotó a Serbia, uno de los candidatos -si no el mayor-, y superó a Polonia en cuartos de final. Frente a Australia acabó en empate los cuarenta minutos netos y el primer tiempo extra, pero en el segundo impusieron su carácter y tomaron una ventaja que los oceánicos no pudieron remontar.

Argentina, por su parte, arrancó la competencia ante el débil seleccionado de Corea del Sur, continuó su recorrido ante Nigeria -“el partido que tenía que ganar”, según indicaba el ranking de FIBA, que ubicaba a su próximo rival, Rusia, por encima suyo-. El Alma derrotó también al combinado ruso y clasificó como líder a una segunda fase en la que se encontró y venció a Venezuela y Polonia. Finalmente, se impuso sobre la Selección serbia y la francesa como el menos favorito en ambos partidos.

De menos a más, ambos equipos recorrieron todas las instancias para disputarse la medalla dorada, la copa y el escalón más alto del podio en el encuentro decisivo. A las ocho de la noche de Beijing. A las dos de la tarde de España. A las nueve de la mañana de Argentina.

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