jueves, abril 25, 2024

A Venezuela no se le puede reprochar nada

Por Guido Fradkin

Proceso. Una palabra que se utiliza erróneamente muchas veces en la mayoría de los deportes colectivos, y que aplica perfectamente para el Venezuela de Fernando Duró, que hoy perdió 87-67 con Argentina en el marco de la primera fecha del Grupo I del Mundial de China. Así, el equipo dirigido por Sergio Hernández clasificó a los cuartos de final del torneo, instancia a lo que no logró acceder en España 2014 tras perder en octavos ante Brasil. Caso contrario es el de Venezuela, que quedó eliminada del torneo pase lo que pase en los partidos del domingo.

A diferencia de la albiceleste, acostumbrada desde la Generación Dorada a figurar en los primeros planos mundiales, la Vinotinto nunca llegó a estar entre los mejores ocho. En sus tres participaciones alcanzó el 11º, 14º y 21º puesto en 1990, 2002 y 2006 respectivamente, perdiendo incluso con el rival de turno en las últimas dos ediciones.

Si hacemos un flashback a un día como hoy, pero del 2011, estas dos camisetas sudaron en el Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata en el FIBA Américas 2011. Esa tarde-noche, Argentina tuvo -por lejos- su mayor producción en ataque: fue 111-93 con un intratable Emanuel Ginóbili, quien aportó 26 puntos en igual cantidad de minutos. En caso de mirar el plantel argentino de aquel día y compararlo con el actual, llegaremos a una conclusión: solo un nombre se repite, Luis Scola, que fue el máximo goleador del certamen (al igual que en el de dos años antes y en los dos siguientes). En cambio, si analizamos el roster del país de la costa norte encontraremos varios nombres repetidos.

Heissler Guillent es el nivel individual más destacado en lo que va de China 2019. Aquel 6 de septiembre convirtió 13 puntos y dio 3 asistencias. Hoy tuvo un furioso arranque, pero decayó notablemente su precisión y terminó con 10 tantos e igual cantidad de pases-gol.

Windi Graterol fue el segundo máximo anotador de su equipo, con 18 en 26 minutos jugados. En Foshan sumó apenas cinco minutos, relegado por los internos Miguel Ruiz y Néstor Colmenares.

Dwight Lewis estuvo nueve minutos en cancha, en los que convirtió 3 de sus 5 intentos de doble. Su participación no cambió mucho porque hoy estuvo en cancha dos minutos más que hace ocho años. Fue la figura venezolana en el último cuarto, en el que marcó seis puntos.

José Vargas y el mencionado Néstor Colmenares no tuvieron participación en el court. El primero jugó los siete partidos restantes; el segundo, de 23 años en ese entonces, no tenía la relevancia que posee hoy día dentro de su selección, en la que es considerado el arma más peligrosa. Ante la Argentina, ambos titulares: el capitán Vargas no convirtió en casi dos cuartos jugados y Colmenares sumó 5, capturó 7 rebotes y dio 4 asistencias en 27’.

Ese torneo terminaría con Argentina teñida de dorado por segunda vez en su historia y con Venezuela fuera del podio, como en prácticamente todas las ediciones. Sin embargo, a base de una renovación ya tardía (salvo Michael Carrera y Anthony Pérez, todos debutaron en la mayor del 2013 para atrás) los resultados se fueron dando: tres finales consecutivas en el Sudamericano (subcampeón en 2012 y bicampeonato en 2014-16) y campeón del FIBA Américas 2015 tras ganarle la final justamente a Argentina. No solamente con un plantel que se mantuvo, sino también con un mismo técnico al mando durante la mayor parte de estos años: el argentino Néstor García, hoy en el banco de República Dominicana y en aquel 2011 como asistente técnico de la albiceleste, llevó las riendas del seleccionado del 2013 al 2017.

Fernando Duró, asistente de Rubén Magnano en el oro de Atenas, asumía el rol que su compatriota había tenido, ser DT de Guaros de Lara y Venezuela a la vez. Los Crepusculares se fundaron en 2003 y conocieron el éxito de la mano de los estrategas argentinos, pero principalmente por concentrar a gran parte de la Selección venezolana en el club. Guaros llegó a tres de las últimas cuatro Ligas de las Américas (ganó en 2016 y 2017) y se coronó en la Copa Intercontinental de 2016, con cuatro jugadores que  estuvieron presentes en territorio asiático.

En las últimas dos temporadas resurgió Trotamundos de Carabobo (dominador absoluto del panorama nacional en los años 80′) y le empezó a disputar el trono a nivel local. De los doce de la lista para el Mundial, cinco están en Guaros (los hermanos Vargas, Guillent, Bethelmy y Colmenares) y cinco en Trotamundos (Lewis, Chourio, Carrera, Pérez y Ruiz), lo que indefectiblemente denota una importante química dentro de la cancha. Desde la óptica negativa, también implica que les falta el roce europeo o NBA que tiene la gran mayoría del plantel argentino; los dos restantes, Jhornan Zamora en el ALM Évreux Basket de la segunda división francesa y Windi Graterol en Boca Juniors.

Se vienen épocas de cambio en el básquet venezolano. Con ocho treintañeros y dos cerca de formar parte de ese grupo, el plantel de una hipotética clasificación al Mundial de 2023 debería ser muy distinto. A este grupo de jugadores no se le puede reprochar nada pues consiguieron lo que nunca antes. Sumado a los campeonatos y subcampeonatos de antes, en estos últimos años se obtuvieron la mejor ubicación olímpica (10º, 2016) y Panamericana (5º, 2019) y, por supuesto, la vuelta a un Mundial después de trece años, en el que intentarán tener la mejor actuación histórica. Proceso. Una palabra que se utiliza erróneamente muchas veces en la mayoría de los deportes colectivos, y que aplica perfectamente para el Venezuela de Fernando Duró.

Más notas