Por Juan Pablo Manera
La historia del baloncesto en Puerto Rico no es rica en campeonatos ni medallas. Son muy pocos los logros de la Selección caribeña: sólo se destacan dos oros en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991 y Guadalajara 2011. Sin embargo, hay un logro que resultó ser uno de los más importantes, hecho que data de 2004, en Atenas, durante la XXVIII edición de los Juegos Olímpicos.
Era un 15 de agosto. El combinado boricua llegaba a la competencia con expectativas moderadas, puesto que lograr ubicarse en el podio era un objetivo inalcanzable si se contraponía el equipo propio con las demás potencias. Pero esa noche fue mágica, la más recordada por los seguidores de esa Selección. Puerto Rico abría el campeonato frente a Estados Unidos, el famoso Dream Team que se llevaba puesto todo, pero que tampoco arribaba a Atenas con grandes esperanzas debido a las bajas de varios jugadores importantes, tales como Shaquille O’Neal, Kobe Bryant y Karl Malone. No obstante, sí contaba con las versiones jóvenes de LeBron James, Carmelo Anthony y Dwyane Wade.
“Para muchos era imposible ganar ese juego. Era un equipo que tenía mucho más arsenal que nosotros. Pero el insumo más importante que sacamos del partido es que por ese día todo el mundo en esta Isla se sintió orgulloso de ser puertorriqueño, sin importar su afiliación política, raza o credo. Fue un día de unidad”, expresó por 2008 Julio Toro, el entrenador de Puerto Rico en 2004.
Sí. El milagro que parecía imposible y lejos de convertirse en realidad, sucedió. Los 92 puntos de los centroamericanos fueron mejores que los 73 de los estadounidenses, quienes sufrieron la primera derrota olímpica desde la creación del Dream Team en los Juegos de Barcelona 1992. Posterior a esa histórica victoria, los ticos lograron una de sus mejores marcas en ese certamen, ya que obtuvieron el sexto puesto, al igual que en Múnich 1972, solo superadas por la cuarta posición de Tokio 1964.
Ahora, Puerto Rico llega al Mundial de China con ganas de repetir una hazaña como esta y, por qué no, soñar con el título, algo que nunca se le dio a pesar de haber participado en 13 de 17 ediciones, siete de ellas de manera consecutiva. Nunca pasó de un cuarto puesto. Sin embargo, de la mano de su seleccionador Eddie Casiano, la Selección boricua irá en busca de un podio que quede marcado en la historia.