martes, diciembre 3, 2024

El amor en tiempos de rivalidad

Por Joaquín Viloria y Santiago Ballatore

A pesar de la historia que tiene en sus espaldas el clásico Argentina – Brasil, son varios los jugadores argentinos que se ganaron el amor de los brasileños, así como también sucede al revés.

El partido en el que Argentina enfrentará a Brasil por las semifinales de la Copa América remite al mito de una rivalidad irreconciliable. Hay historias que demuestran todo lo contrario. Casos como los de Narciso Doval, Paulo Silas, Andrés D’Alessandro, Walter Kannemann y Tim prueban que este antagonismo no es tan determinante, ya que argentinos pueden ser ídolos en Brasil, y viceversa.

Quizás la historia de Doval sea la más emblemática, porque fue uno de los integrantes de Los Carasucias, un grupo de cinco jugadores, todos salidos de la cantera de San Lorenzo, que en 1964 se destacaron por su juventud y atrevimiento a la hora de jugar. Es curioso que, siendo un ícono del Ciclón, haya tenido un breve paso por Huracán, su clásico, en el año 1971.

Lo más importante de su carrera es que no solamente pasó por estos equipos de Argentina, sino que también brilló en los dos clubes más importantes de Río de Janeiro, Flamengo y Fluminense, los cuales son locales en el Maracaná. Ganó dos Campeonatos Cariocas y dos Copas Guanabara con el Fla y un Campeonato Carioca con el Flu. El Loco Serenata, o de Ipanema para los brasileños, fue capaz de quebrantar tres históricas rivalidades: Brasil y Argentina, San Lorenzo y Huracán, y la que tienen los dos equipos de Río.

El de Silas es el caso más recordado de un brasileño jugando en Argentina, ya que habiendo jugado en clubes importantes como el San Pablo y Sporting de Lisboa, la mayor admiración hacia él es por parte de los hinchas cuervos, que lo recuerdan como uno de los mejores jugadores de la década de 1990. Su amor fue a primera vista, ya que en el día de su debut en el torneo Clausura de 1994 ante Boca Juniors, marcó el único gol que hubo en el Nuevo Gasómetro.

Tiene un amplio palmarés, debido a que ganó títulos en Brasil, Argentina y en la selección. En su tierra natal consiguió dos Campeonatos Paulistas y un Brasileirao con el San Pablo, un Campeonato Gaúcho y una Copa de Brasil con el Inter y un Campeonato Paranaense con Atlético Paranaense. Con su país logró la Copa América de 1989, además de haber participado de los mundiales de 1986 y 1990. En su querido San Lorenzo, se coronó en el Torneo Clausura de 1995, cortando una racha 21 años sin títulos para el club.

Elba de Pádua Lima, o Tim, fue un jugador brasileño, ídolo de Fluminense, que como entrenador dirigió a los famosos Matadores, plantel de San Lorenzo que fue el primer invicto del fútbol argentino, en el Torneo Metropolitano de 1968. Fue conocido por sus grandes charlas en los entretiempos y la cualidad que tenían sus equipos de convertir goles en los segundos tiempos.

En total posee siete Campeonatos Cariocas, cinco como jugador y dos como entrenador. Todo esto lo ganó con el Flu, salvo el de 1970, que lo obtuvo con Vasco da Gama. Una historia recordada es cuando, dirigiendo a Flamengo, pidió como refuerzo a Doval, que durante 1968 no había podido jugar con San Lorenzo, debido a una suspensión. “El mejor es el que no jugó”, había declarado Tim en su momento, ante la pregunta sobre quién era la figura de Los Matadores.


Mirando más a la actualidad, están los casos de D’Alessandro y Kannemann. El primero, muy querido en River, donde ganó cuatro títulos locales y una Recopa Sudamericana, realizó la mayor parte de su carrera en Inter de Porto Alegre. Allí se convirtió en uno de los máximos ídolos de la historia, gracias a la gran cantidad de títulos que logró: 17 estatales y tres internacionales, entre los que se destaca la Copa Libertadores en 2010. El caso del Vikingo en Gremio es el del símbolo moderno, ya que junto a Geromel conforman una zaga central que está marcando una era en el fútbol brasileño. Desde su llegada al Tricolor en 2016, obtuvo seis títulos: tres estatales, una Copa de Brasil, y dos internacionales, remarcando la Copa Libertadores de 2017.

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