Por Paula Serricchio
Alemania, una de las selecciones favoritas del certamen, logró quedarse con los primeros tres puntos en un encuentro donde no demostró fluidez en su juego y se topó ante la nueva generación de las Rosas de Acero, un equipo ordenado con juego sencillo, pero efectivo, con rápidas salidas de contraataques, quienes intentarán, a lo largo de la competencia, devolver a China a su esplendor de antaño.
Por su parte, Alemania se llevó los tres puntos, pero no evidenció el poderío que, en teoría, se presupone a las discípulas de Martina Voss-Tecklenburg. A pesar de haber tenido una mayor posesión del balón, un 63%, el seleccionado chino tuvo las jugadas más claras de gol del partido, pero no pudieron concretarlas.
En la segunda mitad del encuentro, China cambió su estrategia de juego, demostró ser más cauta y cuidadosa, cerrada en campo propio, y su principal ataque consistiría en recuperar el balón y jugar de rápido de contragolpe.
Sin embargo, en el minuto 66 del complemento, Alemania disputó un córner y, ante un despeje fallido de una jugadora china, Giulia Gwinn se encontró con el balón en la medialuna del área y con un potente disparo derecho, abrió el marcador del partido.
Giulia Gwinn, que el próximo 2 de julio cumplirá los 20 años, milita en el Friburgo, pero la próxima campaña jugará en el Bayern Múnich. Se destaca en el control de pelota y en las subidas por los laterales, usando su velocidad para causar estragos entre las defensas rivales.
Además, la flamante defensora alemana fue la jugadora del partido en su debut mundialista en 2016 en la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub17 contra Venezuela, como también lo fue en 2018 en la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub20 frente a Nigeria, y en su primer partido en este Mundial de Francia