jueves, noviembre 21, 2024

La bendita locura de Lucas Pérez, el héroe del Dépor

Por Joaquín Arias

“Cuando me dicen ‘vas a jugar a Primera RFEF’ yo no lo veo así, voy a jugar al Dépor”, declaraba Lucas Pérez en diciembre de 2022. El delantero había sorprendido al mundo del fútbol español y mundial cuando unos días antes había anunciado que se iba del Cádiz, de primera división, al Deportivo de La Coruña, de tercera. Su vuelta fue totalmente inesperada. Por un lado, estaba en un gran momento futbolístico, cuando incluso meses atrás había convertido el gol de la primera victoria gaditana en el Camp Nou. Además, el traspaso no se había producido de la manera típica: Pérez tuvo que pagar 493 mil euros de
su bolsillo (la mitad de su pase) para volver a su tierra.

El nacido en Monelos, barrio de la ciudad gallega, había tenido dos ciclos en el conjunto blanquiazul. El primero fue el más fructífero. Entre 2014 y 2016 se convirtió en uno de los mejores delanteros de la Liga española, metiendo más de 20 tantos y forjándose como referente del club. Su gran rendimiento hizo que fuese vendido al Arsenal inglés por 20 millones de euros. Tras un año irregular en el que no pudo asentarse en Londres, volvió a A Coruña, pero pese a tener buenos números los herculinos tuvieron una pésima temporada y descendieron a segunda con varias fechas de anticipación.

Entonces los caminos de Lucas y el Deportivo se separaron. Mientras él continuó rompiendo redes en equipos como West Ham, Alavés y Elche, el cuadro de sus amores entraba en una crisis institucional y deportiva que lo sumió en un pozo muy profundo. Primero fue una final de ascenso a La Liga pérdida, y después un dramático descenso a la tercera categoría. Un gigante como el Dépor, campeón de liga, de Copa del Rey y semifinalista de la Champions League hacía solo dos décadas comenzó a desfilar por canchas de césped sintético en pueblos casi desconocidos para muchos futboleros.

Luego de un primer año desastroso parecía que en el segundo el ascenso iba a ser un mero
trámite, pero el Dépor perdió la final ante el Albacete con el agravante de que fue en Riazor, su propio estadio. Aquel día Lucas se encontraba en la tribuna, mostrándose visiblemente afectado y, quizá, con la determinación de volver, lo cual concretó meses más tarde.

El inicio de aquella campaña 2022/23 no había sido bueno. Sin embargo, con Pérez todo indicaba que la situación se podía remontar. Si bien el nuevo capitán debutó con dos goles y tuvo unos meses brillantes, el equipo nunca pudo ser regular y tuvo que volver a pelear en el playoff. Allí se dio una semifinal totalmente insólita ante el Castellón, donde Lucas hizo un gol y una asistencia pero el Dépor terminó cayendo 4-3 en el tiempo suplementario. Era otro año más en el “infierno” con el club en la deriva. La historia que parecía que iba a tener un final feliz terminó con uno triste y desolador.

Para la presente temporada las cosas arrancaron peor de lo acostumbrado. El equipo tuvo resultados muy malos y en la fecha 9 llegó a estar en puestos de descenso a la cuarta categoría. Lucas no parecía el mismo, se le había cerrado el arco y llegó hasta a tener cuestionamientos de los propios. Todo cambió en este 2024. El 4 de enero convirtió su primer gol y a partir de allí vinieron meses de su mejor fútbol, acompañado por un equipo sólido basado sobre todo en las contribución de jugadores de sus inferiores. Se despachó con 12 goles y 17 asistencias, e incluso igualó un récord de Lionel Messi en el fútbol español, ya que convirtió y asistió en cinco partidos consecutivos.

El Dépor escaló posiciones rápidamente y se colocó puntero en la recta final. A falta de dos fechas recibían al Barca Atletic, filial del conjunto catalán y escolta del torneo, con la chance de ascender a segunda si ganaban el partido. Riazor y sus exteriores explotaron de hinchas que nunca habían perdido la fe en los peores años del club.

El encuentro estaba siendo áspero hasta que a los diez minutos del complemento se cobró una falta para el local en la puerta del área. Ahí estaba él, con la 7 en la espalda. Decidió sorprender al arquero y ejecutar un tiro a media altura a su palo. La pelota besó el lateral interior de la red y todo A Coruña estalló mientras su héroe se abrazaba con sus compañeros y los alcanzapelotas.

Un rato después llegó el final del partido, el desahogo y la celebración que se extendió por toda la noche gallega. En un momento, con todo el estadio ovacionándolo, O Neno de Monelos agarró el micrófono y apuntó: “Me llamaban loco cuando cambié un Primera por el Dépor… ¡bendita locura!”.

Es que en un fútbol donde cada vez hay más negocios y menos sueños, Lucas demostró que algunas “locuras” pueden llegar a tener un final feliz.

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