jueves, diciembre 18, 2025

“Es importante que las instituciones les den a los chicos herramientas emocionales”

Por Agustina Lamenti

A las 9.15 de una mañana primaveral, Fernando Langenauer, excoordinador de la pensión de Independiente (2015-2021) y fundador de la ONG Validando, le pide a la moza un agua sin gas en un café de especialidad de la Avenida Warnes al 100, que es su “segunda oficina”, ya que se encuentra en la planta baja del edificio en el que vive. Cada tanto, algún perro pasea por la cafetería pet friendly y lo iluminan los rayos de sol que entran por la ventana que da al pasaje Bravard. Tiene un vaso junto a la botella, pero todavía no se sirve, y empieza a recordar su gestión en Independiente, durante la cual detectó y denunció los abusos a juveniles del club. 

-Cuando entraste a trabajar como coordinador de pensión en Independiente, ¿ya conocías el lugar? 

Soy hincha de Independiente y llegué en 2015 a través de una subcomisión de pensión, así que ya había ido con ese grupo un año antes de empezar, a charlar con los coordinadores.

-¿Seguiste trabajando en Vélez en simultáneo?

Venía de dos años en Vélez donde crecimos un montón. El proyecto estaba en su mejor momento. Convencí a los dirigentes de ambos clubes de poder trabajar en los dos. No sé ni cómo hice. Arrancaba a las cinco de la mañana y volvía a mi casa a las nueve de la noche. Entendí que era imposible seguir ese ritmo y hablé con los directivos de Vélez. Les dije: “Esto es absolutamente por amor, yo tengo que estar allá”. Me dijeron que estaban las puertas abiertas para volver cuando quisiera. Lo entendieron.

¿Qué necesidades detectaste en Independiente?

El gran problema que había era el 95% de repitencia, había que levantar a ese muerto. En el hotel Constitución Palace, al que fuimos cuando se remodeló la pensión durante la gestión de Pablo Moyano, iban a ser dos meses y terminaron siendo cinco. Lo primero que pedí fue una sala de estudio, a la que al principio no iba nadie, así que la hicimos obligatoria. Fuimos muy directos: el que repite se va. Hubo que crear el hábito de que los pibes estudien, pero hubo un cambio drástico. En un año, de 74 pibes que había, repitió uno solo. 

 –¿Cómo tomaron los chicos eso de que “el que no pasa de año se tiene que ir”?

 -Al principio hubo mucha resistencia, hubo que cambiar hábitos. Cuando llegué pedí que todos tuvieran ropa del club y la usaran todos los días. Se la afanaban entre ellos. Tuvimos que echar a muchos chicos de la educación del club. Era más que un tema de estudios. De a poco tratamos de meter salidas, charlas para que los pibes se diviertan y la pasen bien. Al final se creó un ambiente lindo, de familia. 

Club Atlético Independiente . Noticias sobre Club Atlético Independiente | Página|12

-Más allá del rol importantísimo de la educación, ¿sentís que con esas iniciativas los chicos pudieron despejar la cabeza de las presiones del fútbol?

-Uno lo intenta, yo no te puedo afirmar si eso sucedió. Lo que te puedo asegurar es que los pibes en ese lugar fueron felices. Han disfrutado sus años en la pensión, sobre todo por la compañía que tuvieron. Pibes que en su vida pensaban que terminarían el colegio se fueron con títulos secundarios. Depende de cada uno porque hay pibes para los que el fútbol es todo y si quedan libres no ven otra salida.

-No es casualidad que los abusos hayan salido a la luz en el momento que la pensión empezó a funcionar mejor. ¿Pensás que pudieron generar esa confianza a los chicos de que puedan contarlo confiando en que los iban a ayudar?

Creo que no es casualidad que hayan confiado en nosotros para decirnos lo que sucedía. Que un chico se haya acercado al psicólogo preocupado por un compañero me parece de as cosas más nobles que existen. 

-Sí, pero también es noble lograr que él se acercara porque confiaba en que iba a ser escuchado.

-Fue importante estratégicamente lo que hicimos de escuchar. Hicimos una ronda con 60 pibes diciéndoles: “Nosotros sabemos que está pasando esto”. En esa ronda había pibes que se reían, que les parecía gracioso, y otros que estaban incómodos con la situación. A partir de ese espacio hubo varios que se acercaron a contar sus experiencias. Lo primero que les dijimos fue que ninguno hizo nada malo, pero que hubo personas que cometieron un delito que está penado por la ley. Entonces queríamos que confiaran en nosotros, que los íbamos a cuidar y a proteger como lo veníamos haciendo. Esto pasaba en el fútbol argentino hacía 30 años y nadie lo denunció. 

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-¿Cómo fue tratado el tema por los medios?

-Independiente fue muy vapuleado por la prensa, lo mataron aunque haya hecho las cosas bien. Fue muy vanguardista en hacer una denuncia de ese tipo, que terminó con gente presa. Se trató el tema con mucha irresponsabilidad. Que les daban calzoncillos, carga para la SUBE, es todo mentira, siempre era plata. Por eso sigo dando notas, para que un día escriban la verdad.

-¿Cómo surgió Validando?

En 2023 empecé a colaborar con una ONG de mujeres que habían sufrido violencia sexual y un día mi tutora me dijo: “¿sabes cuántas ONG de este tipo hay para varones? ni una, ¿qué estás esperando?” Ese fue el cachetazo que necesitaba. 

-¿Pensás que los estereotipos de masculinidad, sobre todo en el fútbol, causan que los varones se autorepriman a la hora de pedir ayuda?

-Totalmente. Crecen escuchando a los técnicos que les dicen: “Trabá fuerte, no seas puto”, y eso los condiciona. Es importante que las instituciones deportivas les den herramientas emocionales para defenderse y estar alerta.

 

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