Por Francisco Gentile
El triunfo de Boca frente a Argentinos causó que el campeonato xeneize sea la única forma que tiene River de clasificar a la Copa Libertadores. Con la duda de si gritarán o no los goles de Merentiel, el Millonario podría ponerse la camiseta de su homónimo de Bell Ville para hinchar por River con la azul y oro puesta.
Ya es un hecho, el último club aún en pie en el Torneo Clausura que ya tiene su boleto a la próxima Copa Libertadores es Boca, por ende, es el único que liberaría un cupo en caso de levantar el título, convirtiéndose así en la esperanza final de River para disputar el certamen ¿Es preferible la desgracia ajena o una pizca de alegría entre los festejos de la vereda de enfrente? Ante esta pregunta, los hinchas podrían ponerse la peculiar camiseta de sus tocayos de Bell Ville para seguir alentando por los suyos, mientras visten los colores boquenses.
El Club Atlético y Biblioteca River de Bell Ville nació el 23 de marzo de 1923, con fundadores de opuesto sentimiento futbolístico, pero con las mismas ganar de homenajear a sus amores, por eso se llegó a la insólita resolución hace más de 100 años de que la institución cordobesa utilice el nombre de uno y los colores del otro. Aunque la suerte no quiso que exista un Boca que use la banda, sí decidió un River teñido de azul y oro. En el apodo, los de Núñez ganaron la pulseada y en la Liga Bellvillense se los conoce como el Millonario.

De haber existido este hipotético Xeneize blanquirrojo, la casaca se hubiera traído a colación en la definición de la Liga Profesional 2022, en la que tras no poder vencer a Independiente, el cuadro de la Ribera festejó un penal atajado por Franco Armani a Jonatán Galván en el último minuto que les permitió dar la vuelta olímpica y relegar a Racing al segundo puesto, en una jornada donde parecía no haber rivalidades.
Lo más descabellado es que el Millonario podría no ser el único grande en maquillarse con los colores del barrio de la Boca y calzarse esta extravagante casaca: si Estudiantes o Gimnasia juegan la final, Independiente también deberá ponérsela si quiere disputar la Copa Sudamericana, pues su pasaje al torneo está sujeto a que uno de los primeros diez de la tabla anual salga campeón.
En el ¿peor? de los casos para los de Núñez, verán a su eterno rival festejar mientras con un puñito por debajo de la mesa celebran la clasificación a la Libertadores otro año más, guardando la camiseta de sus primos en un cajón que desearán no volver a abrir. En el mejor de los casos para el elenco dirigido por Claudio Úbeda, se coronarán y cerrarán un año que comenzó de forma trágica, sabiendo que le dan una mano al equipo de Marcelo Gallardo, que si algo sabe es ser un obstáculo a nivel internacional, y con el que incluso podrían compartir fase de grupos, ya que en este contexto, jugarían el repechaje.



