miércoles, octubre 8, 2025

Las veces que Pelé brilló en tierras argentinas

Por Bautista Sagasti

Fuerza, salto, técnica, pegada, mentalidad, esas y muchas más cualidades tenía Edson Arantes do Nascimento, apodado O Rei -más conocido como Pelé- y considerado para muchos el mejor jugador de la historia. Los argentinos, si bien la mayoría cree que es el tercero en esa discusión, tenemos mucho respeto hacia él porque jamás adoptó el papel de villano o del enemigo futbolero. De hecho, con Diego Maradona mantuvo una relación muy buena a lo largo de su vida, y a Messi lo ha halagado en reiteradas ocasiones, e incluso lo eligió por sobre Cristiano Ronaldo para un supuesto equipo ideal.

Pelé y Maradona en su primer encuentro en abril de 1979.

A la par de su buena relación con las figuras argentinas, también hemos sido testigos de su excelso fútbol en nuestras tierras, y es que el astro brasileño ha visitado muchas veces nuestro país para disputar partidos con el Santos: en total son 39 los encuentros que jugó aquí, de los cuales ganó 24, empató 9 y perdió tan solo 6. Su primera vez fue en el Campeonato Sudamericano, hoy Copa América, en 1959, torneo en el cual O Rei finalizó como goleador con ocho tantos y fue elegido mejor jugador del certamen; las víctimas del brasileño fueron Perú, Chile, Bolivia, Paraguay y Argentina. El formato en ese entonces era por puntos, y la Verdeamarela terminó ubicada en la segunda posición con 10, uno menos que Argentina.

Tres años después, fuimos espectadores de la primera coronación del Rei do Futebol en la Copa Libertadores cuando Santos jugó ante Peñarol, vigente defensor del título, un desempate en el Monumental como estadio neutral para definir quién se quedaba con la tercera edición del torneo. Los brasileños se impusieron 3-0 con dos de Pelé y gritaron campeones del certamen por primera vez en su historia. En toda la competición jugó cuatro partidos y convirtió 4 goles.

Pelé y Antonio Rattín, en una de las finales de la Libertadores que disputaron Santos y Boca en 1963.

Gracias a su estrella, Santos se clasificó directamente a las semifinales de la edición siguiente, según regía el sistema de disputa de ese entonces, y festejó su bicampeonato del torneo continental tras ganarle a Boca y dar la vuelta olímpica en La Bombonera. Ante unas 55 mil personas, no hubo sorpresa por parte de un Boca que padeció casi toda la primera parte de la ida de la final en Brasil, y aunque Pelé no logró convertir, el Santos se llevó el primer encuentro por 3-2. El equipo dirigido por Aristóbulo Deambrossi salió a jugar la vuelta a matar o morir. El entrenador argentino ordenó una marca férrea sobre Pelé, que vio de cerca el césped en más de una oportunidad por el juego brusco de los hombres boquenses. Boca se imponía 1 a 0 y la serie estaba igualada. Quedaban casi 45 minutos para definir a un ganador, pero lamentablemente para Boca, allí Pelé apareció en su máximo esplendor y se agrandó en la difícil. Primero asistió a Coutinho para la veloz reacción del Santos, que a los 6′ del segundo tiempo igualó las acciones, y luego definió cruzado de derecha tras una maniobra espectacular dentro del área y sentenció el resultado a 10 minutos del final.

En 1973 llegó su última función en el país: el 5 de diciembre Huracán festejó en el Palacio Ducó su primer campeonato de Primera División obtenido poco tiempo atrás, y para coronarlo convocó al Santos de Pelé, que en aquel momento jugaba uno de sus últimos partidos en el club brasileño, ya que el astro se retiró del club a mediados del año siguiente para representar al Cosmos de Estados Unidos.

Pelé y Carlos Babington en la última función del astro en 1973.

La convocatoria para el amistoso fue hecha por el mismo César Luis Menotti, quien viajó a Brasil para convencer al mismísimo O Rei de jugar ese partido por lo que representaba para el público argentino. Santos goleó por 4-0 con goles de Edu, Nené Belarmino y Leo Oliveira. Pelé marcó el segundo gol con un exquisito remate que fue volando por sobre las cabezas de los jugadores del Globo y se metió en el arco defendido por Roganti.

Esa noche, en las tribunas de la cancha de Huracán, había un chico de 13 años que miraba por primera vez a su ídolo en un estadio. Cuando lograron reunirse en 1979, este chico, llamado Diego Armando Maradona, le confesó a Pelé que había ido a verlo aquella noche a Parque Patricios.

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