Por Mateo Bartolomei
El 25 de mayo de 2025 a las 18 horas, el Nuevo Gasómetro estaba colmado por 45 mil hinchas de San Lorenzo. Al minuto 51 del segundo tiempo, el árbitro Leandro Rey Hilfer finalizó el partido. Platense le ganó 1 a 0 a San Lorenzo y pasó a la final del Torneo Apertura. Con lágrimas en los ojos, Iker Muniain saludó al público mientras se dirigía al vestuario en lo que fue su último partido como futbolista profesional a los 32 años.
Recibimiento vs Platense.
Dos días después, mediante una publicación en Instagram, el oriundo de Pamplona, España, nacido el 9 de diciembre de 1992, expresó: “El dolor por no conseguir lo que queríamos”. Esas fueron sus primeras palabras luego de la eliminación. Se podía distinguir, con color blanco, la cinta de capitán en su brazo derecho como portó en Athletic Club de Bilbao, su anterior equipo, en el que jugó durante 14 años (2009-2024) y fue dirigido por dos argentinos: Marcelo Bielsa (2011-2013) y Eduardo Berizzo (2018).
A diferencia de los jugadores que eligen al club que mejor salario ofrece, Muniain fue un caso atípico. Pese a tener mejores ofertas económicas de equipos de Brasil, México y Arabia Saudita, prefirió ir a San Lorenzo a cumplir su sueño de jugar en el fútbol argentino y como comentó en una entrevista en ESPN el 18 de enero de 2025, al ver videos de los hinchas y el sentido de pertenencia que existe en Boedo, no dudó en venir. Tampoco le importó la delicada situación institucional que atravesaba el Ciclón con el presidente Marcelo Moretti y jugadores que no cobraban su sueldo a fin de mes.
Su llegada, el 6 de septiembre de 2024, revolucionó por completo a San Lorenzo. Fue presentado con un video en redes sociales y se recordó el paso de otro jugador vasco, Isidoro Lángara quien es el séptimo goleador histórico de la institución con 110 goles. El otro que también se desempeñó en el club de Boedo fue Ángel Zubieta, tercer jugador con más presencias en el Ciclón con 352 partidos. Ambos venían de jugar una gira por América con la selección de Euskadi, un plantel conformado sólo por jugadores vascos que fue creado con el propósito de recaudar fondos para el Gobierno del país vasco en medio del conflicto por la guerra civil española en 1939.
En los nueve meses que Muniain jugó en San Lorenzo se ganó el cariño de cada hincha, jugador y empleado del club. Mateo Sagardoy, intendente del club, menciona: “Era muy respetuoso, una referencia para los más jóvenes. Le preguntaba a los trabajadores cómo estaban en el día a día, peleaba y protegía a sus compañeros por cuestiones salariales”. Matías Tirelli, encargado de las redes del Ciclón, explica: “Estaba predispuesto a todo lo que necesitan los empleados, se preocupaba por aprenderse el nombre de todos; tengo innumerables cosas para contar de gente que ayudó. Es generoso, es una de las mejores personas que conocí en mi vida”.
Desde su debut frente a Vélez el 14 de septiembre de 2024, Muniain jugó 25 partidos y anotó cuatro goles. Le tocó pasar por una de las etapas más turbulentas de San Lorenzo, enfrentar a la barra brava; dos entrenadores en menos de tres meses; que el presidente se tome una licencia por denuncias de corrupción; y terminar 24 de 28 en la tabla de posiciones. En la derrota por 1 a 0 ante Tigre en el último partido de 2024, el vasco obligó a todos sus compañeros a permanecer en el medio de la cancha para recibir los insultos de la gente por no representar con orgullo y sacrificio la camiseta. Estas actitudes fueron las que hicieron que Muniain se gane el respeto y cariño de los hinchas. Era de los pocos que entendían lo significaba jugar en un grande como San Lorenzo.
En 2025, pese a perderse los primeros ocho partidos del Torneo Apertura y anotar solo un gol, Muniain fue pieza clave en un plantel corto que llegó a semifinales y logró revertir la imagen del año anterior. Pero a raíz de todos los problemas que tuvo el club, más el estar lejos de sus hijos, hicieron que le ponga punto final a su paso por San Lorenzo y a su carrera profesional.
El 28 de junio fue presentado como entrenador del CD Derio de la tercera división de España. Lleva los colores azul y rojo. En una estadía corta, Muniain se metió en el corazón de los hinchas del Ciclón, que se aferran a la ilusión de que sus caminos vuelvan a cruzarse en el futuro tras escuchar al vasco en su despedida decir que “aguante San Lorenzo” y que volverá.