Por Santiago Peñoñori Gaona
El público visitante volvió al campeonato de Primera División del fútbol argentino luego de 12 años. La vuelta de Ángel “Fideo” Di María a Rosario Central fue uno de los motivos por los cuales Claudio Fabián “Chiqui” Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, anunció una decisión histórica. Siete mil canallas viajaron al sur del Gran Buenos Aires a llenar de color el estadio Néstor Díaz Pérez de Lanús. La vuelta fue pacífica y armoniosa, aunque, tan solo una semana después, la violencia volvió a decir presente en distintas canchas de Argentina. Se vivieron hechos lamentables, como el enfrentamiento con armas blancas entre pseudo hinchas de Aldosivi; el partido demorado en el estadio Nuevo Francisco Urbano por un conflicto entre hinchas de Morón, al que luego se sumaron agentes de la policía; y la batalla campal que se vivió luego del encuentro entre Central Ballester y Victoriano Arenas por la Primera C. Cabe aclarar que todo lo sucedido el último fin de semana ocurrió sin la presencia de hinchas visitantes en esas canchas.
¿Cuál había sido el motivo por el que los hinchas habían dejado de poder ir a ver a sus equipos fuera de casa? Repasaremos una tragedia por año desde el “caso 0”, con el fin de exponer el idioma violento en el que habla el fútbol argentino y la inmensa cantidad partícipes, artífices, lugares, momentos y contextos en los que los hechos ocurren.
2013 – Javier Gerez
¿Es el inicio? Seguro que no. A pesar de eso, la tarde del lunes 10 de junio marcó un quiebre en el fútbol argentino. El estadio Único de La Plata fue testigo del asesinato de Javier Gerez, hincha de Lanús y miembro de la Subcomisión del Hincha, a manos de la Policía Bonaerense. “El Zurdo” fue el blanco perfecto para los perdigones de una escopeta Ithaca 37 que, en la zona de ingreso al estadio, le abrieron un agujero de cuatro centímetros en el medio del tórax. Murió antes de llegar al Hospital San Roque de Gonnet. La AFA, presidida por Julio Humberto Grondona, decidió prohibir la presencia de hinchas visitantes a partir de allí.
2014 – Isaías Ruzak
“La Banda Mostro” y “Los de Siempre”, a tiros en los alrededores del estadio. La fecha 20 de la Primera B Metropolitana en la que se enfrentarían Almirante Brown y Estudiantes de Caseros debió ser suspendida por un enfrentamiento entre dos facciones de la barra de la Fragata. El saldo tuvo a Isaías Ruzak, de 35 años, como víctima fatal y a un niño de 4 años herido por un balazo en el glúteo.
2015 – Emanuel Ortega
44 minutos del primer tiempo en el estadio Francisco Boga. Una jugada intrascendente, un choque lícito, un jugador de San Martín de Burzaco con un traumatismo de cráneo severo por el golpe contra un paredón próximo a la cancha. ¿Quién permitió que se juegue en esa cancha con una pared tan cerca de la línea? Tras 11 días en coma, falleció Emanuel Ortega. La AFA suspendió un fin de semana el fútbol pero al siguiente, el show continuó.
2016 – Cesar Flores
En Campo de la Ribera en Córdoba, en un torneo barrial y por haber sacado una tarjeta roja. Jorge Luis Barrionuevo no tardó en abrir fuego contra César Flores con una pistola nueve milímetros, tras prometerle que tomaría venganza por la expulsión. Esta vez, contra un árbitro.
2017 – Emanuel Balbo
El Sapito Gómez activó el protocolo, acusando falsamente a Emanuel Balbo de ser un infiltrado hincha de Talleres, y comenzó la matanza.
El 15 de abril de 2017, mientras se disputaba el clásico entre Belgrano y Talleres, un grupo de hinchas del Pirata linchó a Emanuel por cometer el “delito” de ser un presunto hincha de la T. El joven de 22 años cayó de una de las tribunas y se desvaneció. A los dos días murió en el Hospital de Urgencias de la capital cordobesa.
2018 – Sergio Confalonieri
“Estuve en todo momento al lado del tipo. Se había formado un cuello de botella, con miles de personas que pasaban por el cacheo de cuatro. Había policías con escudo. Cuando la gente quiso apurarse, el señor, sus hijos y yo nos comimos palazos y gas pimienta. Entramos a la cancha, el tipo se sacó con la cana y subió para la explanada y cuando estaba yendo a la popular se desplomó en el piso y ahí se quedó. Empezamos a pedir una ambulancia, el hijo empezó a gritar y un policía le puso una piña y nos fuimos todos al humo. La ambulancia tardó mucho en llegar, creo que el hombre cuando se lo llevaron de la cancha tenía pulso”, contó un testigo que estuvo aquella noche en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, donde se jugó la final de la Copa Argentina que enfrentó a canallas y triperos.
2019 – Álvaro Javier Monje
Se presume que una discusión futbolera fue el móvil para que Lautaro “Manteca” Gorosito asesinara a puñaladas a Álvaro Javier Monje. La víctima, de Central Córdoba de Santiago del Estero; el victimario, de Güemes de esa misma provincia. En un cumpleaños, a la madrugada, lejos del césped que cada fin de semana los hacía vibrar al son de su equipo.
2020 – Sergio Emanuel Castillo
Por la tercera división del fútbol argentino se enfrentaban Villa Mitre y Olimpo, el clásico de Bahía Blanca. Los hinchas del Aurinegro hicieron una campaña en la que se autoconvocaron para acompañar al equipo hasta el estadio del Tricolor, más allá de que no podrían ingresar a ver el partido. Los hinchas de Olimpo debían meterse en un barrio que les era ajeno, y el cual estaban dispuestos a destrozar: la territorialidad como escenario a violar para llegar al súmmum del aguante. En medio de todo esto estuvo Sergio Emanuel Castillo, hincha de Olimpo, que fue alcanzado por una bala que le quitó la vida. Violencia con violencia se paga, la Ley del Talión.
2021 – Lucas González
En abril de este año se confirmó la condena perpetua para tres policías de la Ciudad de Buenos Aires, responsables del crimen de Lucas González. Uso de arma de fuego, alevosía, odio racial, premeditación entre varias personas y abuso de su función como miembros de una fuerza de seguridad, fueron los cinco agravantes que definió el Tribunal Oral en lo Criminal N. º 25 de Capital Federal en la sentencia.
Un auto en el que viajaban cuatro jóvenes que volvían de entrenar fue atacado a balazos por un grupo de policías vestidos de civil. Entre ellos, estaba Lucas, quien recibió un balazo en la cabeza.
2022 – Juan Calvente
Un hincha de a pie, un tipo tan fanático que iba a ver hasta los torneos de verano, un hombre al que le arrebató la vida un enfrentamiento entre vecinos del barrio Rancho Grande, que cortaron la autopista Buenos Aires-La Plata en el km 14 en protesta por los recurrentes cortes de luz, y barrabravas de Independiente, que quisieron desarticular el piquete a la fuerza.
La batalla incluyó armas de fuego, corridas, piedrazos y palos. Juan Calvente ingresó al hospital de Wilde con un disparo en el pecho y sin signos vitales. El club confirmó la tragedia por sus canales oficiales.
2023 – Ivana Garcilazo
No era la primera vez. En 2014 habían sido asesinados dos hinchas de Central que celebraban una victoria contra Newell ‘s; antes de eso, en 1990, había sucedido lo mismo con un hincha de la Lepra, que fue alcanzado por una bala de goma, en tiempos donde aún convivían ambas parcialidades en la cancha.
El 30 de septiembre le tocó a Ivana Garcilazo que fue apedreada por tres hinchas de Newell’s. No toleraron que ella junto a su novio celebraran la victoria de Central en el clásico. En la esquina de Montevideo y Ovidio Lagos recibió un piedrazo que la ultimó.
2024 – Jorge Durán y Nicolás Ballé
Dos casos en poco más de 24 horas. Dos conflictos entre facciones de barras. Durán, víctima de los conflictos en Chacarita y Ballé, de los de Gimnasia de Mendoza. Ambos asesinados con armas blancas, sin piedad y en la puja por un poder polisémico y difícil de desestructurar.
Esta recapitulación de hechos violentos fue posible gracias a la lista de víctimas por violencia en el fútbol argentino que la ONG “Salvemos al Fútbol” detalla en su web.
Una posible conclusión lleva a pensar que no hay actores, lugares, víctimas, victimarios, ni contextos únicos que permitan desarticular este entramado de un modo sencillo. En la cancha, en la calle, en un cumpleaños, en un piquete, de día, por la tarde, de noche, a la madrugada, entre barras, entre hinchas del mismo equipo, entre hinchas de distintos equipos, por represión policial, por mala praxis organizacional, contra un árbitro, contra un niño, contra una mujer, contra un hombre.
¿Es la violencia en el fútbol argentino un evento monocausal o un ovillo con cientas de puntas de las cuales tirar?