Por Federico Esteban Bontempi
Darío Vaccarini, dirigente de Argentinos Juniors, presidente de la Fundación AAAJ y co-hacedor del “Templo del Fútbol”, el museo del club, nos contó en una visita al interior del Estadio Diego Armando Maradona, la historia detrás de un sueño hecho realidad. El único recorrido histórico sobre el deporte más popular del mundo, planeado y construido por hinchas.
Surgió la idea de crear algo más que llamara la atención de los turistas que visitaban el estadio por el simple hecho de tener “Maradona” en su nombre. En el club, que poco poder económico, no sabían cómo hacer para ambientar todo un espacio dedicado al museo que les habían entregado a los dirigentes que plantearon el proyecto. Por lo que Darío, junto con sus co-hacedores, comenzaron a publicar en redes, volantes en la calle, en la cancha y en las sedes deportivas del club, pidiendo objetos que los hinchas tuvieran en su casa y quisieran donar, con el lema: “Si tenés algo que les querés mostrar a tus amigos cuando los invitas a tu casa, traélo para que lo vean todos los amantes del fútbol”.
Con el paso del tiempo, los objetos, las memorias, las historias escondidas en un botín, un habano consumido, o una simple madera que fuera parte del antiguo estadio, el Templo del Fútbol se fue formando hasta que llegó un punto en el que plantearon hacer una sección dedicada a “Pelusa”.
“Acá tenemos una foto del Diego posando con el mural de la pared que se la saqué yo cuando vino en 2019. Después del fallecimiento nos empezaron a traer tantas cosas que le armamos toda una sala sólo para él”. En esa sala, exhibida en una vitrina, se encuentra una camiseta con una historia y coincidencias increíbles. Primero, en cuanto a su origen, fue una edición única de Argentinos usada en 1977 y 1978 que encontró un coleccionista de Singapur en línea, mientras era subastada. El comprador logró obtenerla luego de varias pujas y terminó pagando alrededor de 15 mil dólares.
Esto fue previo al fallecimiento del Diez. Cuando la tragedia sucedió, el singapurense, apenado y conmovido por la masiva movilización en Argentina, decidió contactarse con el club casa de Maradona y la donó. ¿La casualidad? Esa edición fue hecha con la marca Deport Hit, la cual es representada por un signo de infinito en su logo. Por lo que se simboliza a Maradona como el Diego Eterno.
“Hay cientos de historias, para nosotros increíbles, alrededor de este museo, el santuario del Diego o esta cancha. Como un turista sueco que iba a venir a visitarnos con un amigo. Habían sacado los pasajes pero el amigo se enfermó y no pudo viajar. La siguiente vez que lo vimos al que sí había venido nos contó que su amigo finalmente había fallecido pero que él le había prometido que lo iba a traer acá. Y se sacó de un bolsillo un frasquito cerrado con sus cenizas. Así hay historias para contar que te erizan la piel”.
Esa emotividad que transmite Darío en sus palabras es la que quieren demostrar cada vez que entra un hincha del fútbol a la visitas del Museo, no solo por lo que ve, sino también por la historia detrás de cada reliquia que cuentan los encargados. Que como destaca el fundador: “Somos todos una familia e hinchas del Bicho que queremos que los que vengan por Maradona se vayan con Argentinos”.
Pero el cuento no fue tan sencillo como parece. El normal funcionamiento del Templo del Fútbol tuvo un período en el que se cortó cuando hubo un cambio dirigencial. Estuvo cerrado por muchos meses y el espacio se usaba para cenas, y como centro de juntadas presidenciales, por lo que la higiene y la comida desparramada por el piso hizo que algunos roedores y polillas entraran a los depósitos donde hinchas habían confiado para dejar sus pertenencias para ser exhibidas: “Entonces cuando finalmente me devolvieron el Museo, por la falta de ese ingreso fuerte que se lograba, me encontré con un lugar con muchas camisetas, pelotas y recuerdos moridos y destruidos que ya no podíamos mostrar al público”, aunque por suerte, destacó, que desde hacía un tiempo ya que el espacio estaba cubierto de objetos por lo que no tuvieron espacios vacíos que llenar.
Cuando hablás con un hincha de Argentinos Juniors, en este caso Darío, fiel seguidor del Bicho, sobre Maradona, sobretodo con uno que lo vio jugar desde Los Cebollitas, la pasión que transmite en cada palabra conmueve a todo el que lo escuche, y con Darío no es menos, más que nada cuando cuenta las historias de cada una de las donaciones al museo y que él recibe. Y eso es lo que diferencia a este museo de los de River o Boca, los únicos abiertos al público del fútbol argentino.
Vaccarini buscar integrar a cada persona que ingresa a las instalaciones desde la primera impresión, que sientan la calidez de una familia que los recibe, más el sentimiento puesto en cada palabra, en cada rincón y en cada reliquia exhibida. Ese afecto hace que cada uno de ellos quiera volver una y otra vez porque despierta un sentimiento que va más allá del escudo que te identifique o la nacionalidad que dice en su pasaporte. Por esto, el “Templo del Fútbol” es tan especial.
La historia de Darío no es una cualquiera. Toda una vida vistiendo los colores del Bicho. Toda una vida yendo a alentar al club de sus amores, y finalmente logró representarlo desde adentro al llegar a la dirigencia, tanto así que en las últimas elecciones se presentó con un grupo de todos dirigentes e hinchas jóvenes que eran conocidos en la institución por trabajar allí desde hacía años y lograron alrededor de un 30% de los votos prácticamente sin campaña. Aunque el ganador fue Cristian Malaspina, con quien mantiene una buena relación, se sorprendió de haber conseguido ese número tan alto.
Finalmente, en una sección del museo se encuentra un cartel y un recorte de un diario que expone la cantidad de partidos que lleva el equipo de fútbol profesional con al menos un jugador surgido en el club. Un condimento que siempre hizo destacar al Bicho es la formación de jugadores estrella, desde Diego Maradona, Juan Román Riquelme o Alexis Mac Allister. En el recorte periodístico se destaca que la racha que aún se mantiene viva con la increíble suma de 1937 partidos consecutivos con algún jugador entrenado en las inferiores. Con una extensión de nada menos que más de cuarenta y cinco años.
Para cerrar, Darío destacó que el Museo funciona los lunes, martes, jueves y sábados de 10 a 17hs para cualquier fan del fútbol que quiera una visita al único museo creado solo por hinchas. Con visitas guiadas por el estadio, incluyendo el terreno de juego, los vestuarios y el santuario de Diego Armando Maradona.