miércoles, noviembre 13, 2024

Franco y Colapinto, la dualidad del personaje en la mirada de sus docentes

Por Francisco Gentile

Franco es un alumno del Colegio Del Pilar, sus mañanas y tardes los pasa en la escuela, en los recreos aprovecha el verde césped, escucha los gritos de los chicos que juegan como él y huele la naturaleza que desprende el predio donde se encuentra, cuando está en clase, a veces se distrae dibujando autos en su carpeta, pues ese es su sueño, diseñar autos, lo hace desde el banco con chicles pegados debajo y escrituras con tinta azul arriba. Espera ansioso que toque el timbre para ir a Luján a practicar en su karting, viaja allí todas las semanas, como si se tratase de una peregrinación constante.

Colapinto es un piloto de Fórmula 1, nunca pasa sus mañanas y tardes en el mismo lugar, cuando se baja de su monoplaza Williams escucha los gritos de los chicos y grandes que van a verlo y huele el caucho quemado que todos los vehículos dejaron en aquella curva donde se encuentra, ya es piloto profesional y piensa en si usar o no gomas duras para la próxima carrera. Cuando termine el fin de semana, viajará a disputar su siguiente competencia, nunca repite destino, pasa por Singapur, Las Vegas y Monza, como si se tratase de un trotamundos.

El es el deportista del momento, no solo por su talento, su carisma lo hace conectar fácilmente con la gente. Delante de la cámara es extrovertido, gracioso e incluso un poco donjuán, mantiene la sencillez de un pibe normal y constantemente demuestra su patriotismo y su sentido de pertenencia, reavivando el fuego de una pasión que parecía apagada en Argentina. 

Pero quienes conocieron a Franco, la semilla de Colapinto, hablan de que era una personalidad distinta y casi opuesta la que entraba a la escuela por debajo de la arcada de ladrillos recubierta por una enredadera, caminaba los pasillos y jugaba en el pasto.

La Profe Florencia, su docente de literatura en cuarto año, cuenta que se le dificultaba establecer relaciones con sus compañeros y que incluso se lo veía aislado, debido a que pasaba gran parte del año entrenando en Italia, allí, se angustió por la pérdida de sponsors y no sabía si volvería a correr.

-El hizo mucho sacrificio, se perdió la secundaria y esa edad es muy del estar, de verse y compartir en el aula.

Sin embargo, la preevolución de la superestrella ya deambulaba por la institución antes de su emigración al extranjero. La Seño Majo fue quien le enseñó inglés durante sus últimos años en primaria, hoy con su pelo blanco en canas, cuenta cómo era su desempeño en la materia:

-No era el más brillante ni era el que más le copaba, sí era buen alumno y era sumamente responsable. Tenía las carpetas prolijas y se preocupaba por hacer y por estar al día.

Dos años atrás, fue su alter ego quien visitó el colegio, ubicado a un costado de la Ruta Provincial N°34, esta vez, reconociendo la importancia del idioma para la apertura de puertas en el futuro. A pesar de que en público se muestre más distante con la lengua anglosajona, rechazando la firma de banderas británicas y haciendo sus conferencias y videos promocionales en castellano.

-Franco, contales que ahora te sirve el inglés. Y ahí les dijo: ´estudien inglés, si no fuera por eso no se me hubieran abierto un montón de puertas´.

En el presente, con la Colapintomanía más que instalada, el Colegio del Pilar no es ajeno a esta fiebre, cuenta Majo que son muchos los estudiantes que se arrepienten de no haberse llevado una foto de recuerdo, o un autógrafo en sus chombas blancas, y reconoce que junto a otras ex profesoras comparten un grupo de Whatsapp y están sumadas a la tendencia desde que Colapinto corría en Fórmula 3: 

 

-Siempre supimos que algún día llegaría y comentábamos acerca de lo bien que le iba, lo seguimos a full, pero desde el lado del cariño y  del apoyo, más allá del rendimiento. 

Con ese mismo afecto y viendo la mirada de Franco reflejada en los ojos  se preocupa por los efectos adversos que esto puede traer:

-Me da miedo tanta exposición de golpe, porque nosotros los argentinos somos muy extremistas en todo, hoy lo amamos y mañana perdió una carrera y lo odiamos. Se le está exigiendo demasiado y recién está dando los primeros pasos. Veo que hay una movida política, de sponsors, que se aprovechan de la Francomanía no quiero que se junte con gente que no se tiene que juntar, pero sé que los padres lo van a resguardar junto a los psicólogos y coaches que lo acompañan desde siempre.

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