Por Martina Casabianca y Katherine Sperani
El Gran Premio de Buenos Aires fue en sus comienzos una competencia de carreras de Fórmula Libre organizadas por el Automóvil Club Argentino (ACA). Estas arrancaron a principios de la década del 1930 y se realizaron tres carreras previas al peronismo, las primeras dos en los años 1932 y 1936, en el circuito Costanera, para luego continuar con la tercera en el año 1941 en el circuito de Retiro.
Luego de esta última, las carreras se frenaron debido a inconvenientes con las importaciones del caucho para las ruedas y que tampoco era posible desembolsar demasiado dinero en la nafta debido a la situación económica del país. Esto fue una de las grandes causas por las cuales en 1942 prohibieron las carreras de Formula Libre, que se reanudaron recién en 1947 en el primer mandato del Presidente Juan Domingo Perón. Inclusive éste estuvo presente en la primera carrera luego de la habilitación, donde dio la señal de partida.
A partir de ese momento, las carreras pertenecientes a este premio comenzaron a titularse con los nombres del presidente, o en algunos casos el de su mujer, Eva Duarte de Perón. Las primeras once competencias se realizaron en el circuito de Retiro, el de Palermo o el de Costanera Norte, hasta el año 1952 cuando se inauguró el nuevo Autódromo (hoy llamado Oscar y Juan Gálvez), también impulsado por el presidente.
Por aquellos años, el gobierno de Juan Domingo aportaba presupuesto para que los volantes más importantes pudieran correr en los Grand Prix. Este comenzó habilitando las carreras en 1946 y dos años después, varios pilotos decidieron visitarlo en la Casa Rosada, entre ellos Juan Manuel Fangio y Froilán González, donde le manifestaron su intención de construir un autódromo en la Ciudad. Perón puso en marcha la obra y a partir de 1952 las competencias se realizaron allí, celebrándose en 1953 la primera edición de Fórmula 1 internacional.