Por Leandro Manganelli
“Don’t worry about a thing (No te preocupes por nada) / Cause every little thing gonna be all right (Porque todo estará bien)”, suena como una de las cartas de presentación de Bob Marley cuando se habla de su figura. Y, para los y las futboleras, abre las puertas de su música cuando dice que “el fútbol (football, como decía él, y no soccer) es libertad”.
Nacido en Nine Mile, una aldea marcada por murales con su cara y un mausoleo que reproduce el célebre “one love” en su cartel, Robert Nesta Marley, hincha del Liverpool -su padre nació en Sussex, Inglaterra-, jugaba al fútbol. Se divertía y soltaba una sonrisa de crack cada vez que sus amigos se comían sus amagues. Pateaba en el asfalto o en el pasto. No necesitaba de áreas delimitadas ni medidas reglamentarias. Los arcos estaban hechos con dos ladrillos rotos. Reivindicaba el fútbol en la calle que tanto se ha perdido en las últimas décadas, al menos en Argentina. Sus familiares, amigos o compañeros de The Wailers parecían no poder sacarle la pelota, ni seguirle el ritmo. Uno de ellos vestía una camiseta de Brasil manga larga llena de mística. Otro, en cuero y pantalones largos, con la mirada atenta a la Adidas Telstar de los años 70 con la que jugaban. Marley por momentos decidía jugar con su pelo suelto, y otras veces lo cubría con un gorro verde, amarillo y rojo, tonos que aparecen sin excepción en las tantas fotos a color que hay de Marley jugando al fútbol.
“Pelusa sacude el barrio, se expone al animal / Este vacila buscando, Pelusa es inocente y se divierte / Su magia vuela en el pasto, la gente se alegrará / Un artista con un lazo de capitán que defiende”, cantan Los Cafres, en una de las mejores canciones que hay homenaje a Diego Armando Maradona, el astro que hizo la mejor actuación de su carrera sin Bob Marley de manera física en esta tierra -falleció en 1981, a cinco años del Mundial de México-. Y es que el reggae, además de la unión al deporte que le dio Marley, se relaciona con el fútbol mediante artistas argentinos como Mariano Castro -Dread Mar I- que jugó en las inferiores de Lanús y Boca y dijo, en una entrevista con Olé en 2011, que “el ritual de juntarse a tocar la pelota es impagable”. Muchas hinchadas del fútbol argentino usan las melodías de Dread Mar I para alentar a sus equipos: Hoja en Blanco y Así Fue son las más utilizadas. Independiente, Aldosivi, Atlético Tucumán e Instituto son algunos de los equipos cuyas hinchadas tuvieron que escuchar reggae para inspirarse.
“Hemos tenido años enteros en los que jugábamos todos los miércoles; lo hacíamos en cancha de once, sólo Nonpa contra un grupo de amigos”, dijo Martín Mortola, tecladista de Nonpalidece. “La música le ganó al fútbol -explicó, en un caso parecido al de Mariano Castro-. Me animaría a decir que somos una banda que podría desafiar a cualquiera jugando a la pelota”. ¿Cuál sería el once titular de un combinado de bandas de reggae nacional?
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“Wow, ¡Zico!”, llama Bob Marley a uno de sus amigos cuando recibe la camiseta del reciente campeón del mundo, en 1978. “¡Argentina!”, se sorprende el amigo. Marley dice que vio la final contra Países Bajos y que la albiceleste “es muy linda”. Hoy, el cantante y guitarrista se sorprendería con las cosas que hace Lionel Messi en la cancha: decía que el fútbol le encantaba porque había que “ser habilidoso para jugarlo”. “Me gusta el reggae”, dijo Messi en Fox Sports Radio en 2019. “Es uno de mis temas -reaccionó cuando los operadores pusieron Tú Sin Mí, de Dread Mar I-. El reggae es algo especial porque lo empecé a escuchar gracias a Antonella (Roccuzzo); me encanta cada vez que suena porque me recuerda a esos momentos del principio, a ella”.
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La selección femenina de Jamaica clasificó a los últimos dos mundiales. Desde el primero que organizó la FIFA en 1991, las Reggae Girlz no habían jugado ninguna copa del mundo. Y en Australia y Nueva Zelanda 2023 el equipo mostró una evolución respecto a Francia 2019. Este progreso también se reflejó en el Campeonato Femenino de la Concacaf, porque en las ediciones de 2018 y 2022 -en ambas consiguieron el tercer puesto- cortaron una intermitencia de resultados flojos y torneos a los que no se clasificaron. Todo este combo tiene a Cedella Marley, hija del cantante, como una de las responsables: recaudó fondos junto a la Fundación Bob Marley y hasta sacó una canción con su hermano Stephen y su medio hermano Damian -el único que Bob Marley tuvo con Cindy Breakspeare- para darle más visibilidad y prestigio a la selección femenina.
Bob Marley estaría contento con la actualidad del fútbol jamaiquino que, aunque no avanza a un paso tan firme, crece. Se detendría a mirar su estatua en la entrada al complejo del Estadio Nacional de Jamaica, y hubiese estado feliz de ver, en 2008, a los hinchas del Ajax en la cancha del Cardiff City, en Gales, cuando cantaron Three Little Birds con la paz y alegría que amerita una canción de Bob Marley. Ese día, cuando terminó el amistoso de pretemporada entre ambos equipos, los de Ámsterdam se tuvieron que quedar unos minutos más dentro del estadio y el encargado del sonido reprodujo el tema que quedó como himno del Ajax y hasta fue retratado en una camiseta especial. “Hicimos música para todas las clases”, dijo Aston “Family Man” Barrett, el bajista-arquitecto de Bob Marley & The Wailers: mientras haya reggae y fútbol todo estará bien.